Viernes 19 de abril | Mar del Plata
20/12/2015

Abril: Nicuez, un caso bisagra y una condena de dolor

Juan Carlos Belasco fue condenado a 8 años de prisión la muerte de Eliana y sus dos hijos. La sentencia marcó un precedente en Mar del Plata en casos de siniestros viales. Luego, el arresto domiciliario y una familia destruida.

Abril: Nicuez, un caso bisagra y una condena de dolor
(Fotos: QUÉ Digital)

Rosa le pasa a un mate a uno de sus hijos. Los dejó hablar primero a ellos, pero ahora es turno de ella, la mamá de Eliana Nicuez. Con una mezcla de bronca y descreimiento, horas antes del inicio del juicio, finalmente dice: “Por todo lo que está pasando, por como se vive hoy, no creo que se haga justicia. No sé, llevo el dolor encima y no tengo palabras”.

Sí tenía palabras, las justas y necesarias, como toda buena madre. La condena a ocho años de prisión para Juan Carlos Belasco por el triple homicidio con dolo eventual de Eliana y su dos hijos, Lautaro y Bautista, marcó -además de burocrática jurisprudencia- una bisagra en la determinación de la Justicia sobre las víctimas de siniestros viales en Mar del Plata. Meses más tarde, por la muerte de tres personas, el responsable recibió el beneficio del arresto domiciliario. Tal vez Rosa, la mama de Eliana Nicuez, tenía algo de razón.

eliana nicuez

A veces no es cuestión de tiempo. Los más de dos años que pasaron desde la muerte de Eliana sus hijos no sirvieron para amortiguar el dolor de lo que quedó después del fatal accidente de Luro y 184: una familia quebrada, ocho hermanos que lucharon para que el caso tuviera “una condena ejemplar”, una madre que no tiene consuelo, un padre que ya no cree en la Justicia y once sobrinos que todavía preguntan por los que ya no están.

Fue un viernes. Llovía. Diego había vuelto hacía un tiempo de España y su mujer ya había quedado con el 86% de su cuerpo discapacitado por un choque. Esa noche, el 12 de abril del 2013, Diego miraba el noticiero y por primera vez la noticia no le fue ajena: su hermana y sus sobrinos eran las víctimas fatales del accidente que le quitó la vida a la joven de 25 años y a sus hijos de 2 y 7 años.

La reconstrucción de la historia indica que Juan Carlos Belasco, albañil de 47 años, conducía por avenida Luro su Fiat Weekend a unos 98,6 kilómetros por hora, sin frenos, sin luces y sin VTV, con 0,2 miligramos de alcohol en sangre y algunas botellas de cerveza para ir a comprar más bebidas. En las horas previas al accidente, según pudieron averiguar los familiares de Eliana y ratificaron los peritos mecánicos durante el juicio, el conductor había ido a revisar los frenos, por lo que “era consciente de que no funcionaban”.

Cerca de las 20, Eliana hizo el camino de todos los días. De su casa, fue hasta la esquina y cruzó la avenida por la senda peatonal de la mano de sus dos hijos para hacer las compras enfrente.

nicuez accidente

Así quedó el Fiat Weekend que manejaba Juan Carlos Belasco (Foto: archivo/Florencia Di Sciascio)

Las pericias indicaron que por el impacto, Eliana, Lautaro y Bautista fueron expulsados aproximadamente 80 metros. Ella sufrió un traumatismo craneoencefálico que le costó la vida, al igual que a sus hijos.

Al reconstruir la historia, existieron pruebas para demostrar no solo que Belasco no detuvo la marcha, sino que fue hasta su casa y denunció que le habían robado su vehículo. Pero al acercarse a la comisaría para presentar sus datos, fue reconocido por los testigos del accidente y entonces quedó detenido, pero fue liberado seis días después.

 JUSTICIA POR ELIANA NICUEZ 

Un año después comenzaba el juicio, en abril de 2015. Maximiliano Orisini fue el abogado que la familia Nicuez eligió para “hacer justicia” por la muerte de Eliana.

Rosa, la mamá, tenía dudas. “Solo espero que la Justicia… estoy esperanzada, pero por todo lo que está pasando en general no creo que se haga justicia, es lo que pienso”, confesó en una nota con QUÉ y titubeó al pronunciar esa palabra, justicia.

Algo similar -pero a la vez distinto- le ocurría al padre, Enrique, quien por diferencias que fueron surgiendo en este tiempo, eligió tener su propia abogada, María Eugenia Lemoine. La muerte de Eliana y sus hijos, produjo -como se dijo antes- un fuerte quiebre dentro de la familia, que quedó en evidencia. Sin embargo, eso no los separó. Por el contrario, los hermanos aseguran que les dio mayor fuerza, pese a todo.

Las palabras de Enrique, debido a la reflexión que las mismas conllevan y a la postura que aluden, merecen ser trasmitidas en forma textual:

Hay animales y humanos. Vos criás una hija responsable, con su estudio, su carpeta, su historia, su proyecto de vida para más adelante….hablás de una persona que está siendo incorporada a la humanidad y a los normales con todas las de la ley: el laburo, sus compañeras, su medio de vida… pero están las bestias que quedan, incluyendo al juez, al fiscal y todo lo que se ve todos los días. Acá el único que comanda es el que ya no tiene ningún tipo de sensbillidad. Los que regularmente creemos estar civilizados nos aguantamos nuestras broncas y lo que ves en la Justicia es un montón de dinamitados mentales, pero no por hablar de ellos, sino por la consecuencia de lo que vivís en tu esperanza. Todos tus días pasan por el manual de cómo hacer las cosas bien. Pero si eso lo ponés en mano de un ciruja al que no le importa la vida de nadie, que tiene dos accidentes anteriores, vos estás regalando la posibilidad de que un maestro hijo de una gran puta al que no le importa tu manera de pensar, te parta la vida. El hecho de manejar tantos códigos y palabras, en vez de sensibilizarte, te insensibiliza. Te puse una madre decente contra un reventado social al que no le importa nada. Justicia, es una sensación de que algo va a estar en un equilibrio para un lado y para el otro ¿Cuál es la oportunidad que tienen? que me lo demuestren. No quiero que me regalen ser el juez verdadero. No lo quiero muerto, sino vivo por mucho tiempo sentado detrás de una reja para que entienda lo que hizo. No creo que haya justicia. No la va a haber. Habría que ver qué es justicia para el otro. La palabra la tenemos, pero la aplicación de la misma se ve diferente.

 LO COTIDIANO, LO QUE NO SE VE 

El caso de Eliana Nicuez trascendió desde un primer momento, por la atrocidad del hecho, pero fundamentalmente debido a la lucha que desde entonces inició su familia. La difusión a través de los medios, fue clave. Ante la cámara o el micrófono hubo una sonrisa, una voz convencida de que habría justicia, una ilusión. Pero cuando la intimidad de lo cotidiano volvía a invadirlos, la historia era y es diferente.

“Estamos como en el primer momento, como cuando nos enteramos. No salimos del asombro. Lo que destruyó no tiene dimensión”, contaron Analía y Rosana, sus hermanas.

Los hijos de Daiana, otra de las hermanas de Eliana, todavía preguntan por su tía. “Mis nenes se acuestan llorando. Me preguntan dónde está ella… y yo los abrazo para tranquilizarlos, pero a veces no sé cómo contenerlos. Es muy difícil todo esto”, relató con la voz entrecortada días antes del juicio.

eliana nicuez

Nicolás y Diego, los hijos varones de la familia, demostraron desde el comienzo un contundente optimismo. Soñaban con que la sentencia contribuyera a generar “la conciencia que nos falta” y que lograra que “empiecen a pagar los que tienen que pagar”. Saben bien que “a Eliana no nos la va a devolver nadie”, pero la sonrisa que muestran se borra cuando Rosa, su madre, reconoce haber perdido la fe en la Justicia.

“Todos ven lo que pasó con el caso de Yésica Parra o con la Hiena Barrios y entonces todo indica que al tipo (Belasco) no le va a pasar nada. Pero nosotros tenemos que poder cambiar esa historia. Este tiene que ser un caso bisagra”, decía horas antes de que comenzara el jucio, con la ilusión de “una condena ejemplar” como final.

 “BELASCO ESTÁ ARREPENTIDO” 

Juan Carlos Belasco no declaró en las dos audiencias declaratorias y escuchó en silencio los alegatos de las partes. Su abogada defensora, Celia De Caro, le contó a QUÉ la descripción que el imputado dio en privado sobre los hechos en torno al fatal accidente que causó la muerte de Eliana Nicuez y sus dos hijos, Lautaro y Bautista.

JUICIO NICUEZ ©  (8)

-Belasco se negó a declarar ¿Qué le ha comentado a usted a lo largo del proceso?

-Belasco está muy mal desde el momento en el que ocurrió el accidente. Yo no fui su letrada desde el principio. Al comienzo tenía otro abogado y a 12 horas del acontecimiento lo hizo declarar y ante el estado de shock, Belasco declaró cualquier cosa.

-¿Cuál fue su relato de los hechos?

-En el momento del accidente vio un bulto y le parecía que era una persona. A los chicos no los vio nunca. Cuando se vio con la persona arriba del capot, le agarró un ataque, no pudo controlar el auto, chocó contra el cantero y cuando bajó vio que había más víctimas, pero a los menores no los vio nunca. Y salió corriendo del lugar, pero no es que quiso escapar. No pudo hacer otra cosa porque su mente en ese momento entró en pánico.

-Los peritos psicólogos afirmaron durante el juicio que Belasco tiene una personalidad que no admite la responsabilidad de sus actos…

-Él tiene discernimiento. Es poco reflexivo. Él vive en una urgencia permanente. Traslademos esto al común de la gente que no tiene posibilidades económicas. Es un albañil, vive tapando agujeros, con cuatro hijos y una mujer que tiene una discapacidad visual. El auto lo tenía medianamente parado, hoy está en la comisaría sexta, sigue ahí. No lo quiere ver más ni va a manejar más. Su vida se centra en eso. Cuando vino a mi estudio, lo primero que advertí es que no hablaba mucho, no se podía expresar, ni cómo actuar.

-Al menos en el contacto con usted, ¿se mostró arrepentido?

-Sí, obviamente. Él me dice que desde ese 12 de abril del 2013 no hay día que no despierte con esa imagen. Entonces yo le aconsejé que buscara un psicólogo. Dentro de sus posibilidades encontró uno, empezó a hacer tratamiento para poder salir de su conflicto porque él ya se siente condenado por la sociedad. Él trabajaba como peón del albañil, pero muchos de sus clientes decidieron no llamarlo más. Entonces ¿qué hacemos con una persona que vive de eso con cuatro hijos y que sabés que ya no va a tener más esa responsabilidad? Es todo una sumatoria de cosas.

-¿Considera que con esa condena se haría justicia?

-Me parece que es mejor someterlo al cumplimiento de reglas de conducta, que haga algún trabajo comunitario y que pueda seguir reinsertándose en la sociedad, para cambiar la actitud poco reflexiva que él ha tenido. En ningún momento hubo dolo, jamás quiso el hecho para sí ni para terceros.

 CULPABLE 

“El Tribunal (N°3) resuelve condenar a Juan Carlos Belasco a la pena de ocho años de prisión y diez de inhabilitación para conducir por el delito de triple homicidio con dolo eventual”, comunicaron jueces Alexis Simaz, Néstor Conti y Jorge Rodríguez el 28 de abril antes del mediodía.

Rosa, Enrique los hermanos de Eliana escucharon en silencio la condena y cuando se dio a conocer la sentencia, una mezcla de emociones invadió la sala y el pasillo del sexto piso del edificio principal de Tribunales.

Los abrazos sentidos y repetidos, la sonrisa mezclada con las lágrimas, el alivio que al menos por unos instantes pudo más que el dolor. “Viste que se podía”, se decían entre los hermanos al escuchar que el Tribunal había aplicado la calificación de dolo eventual, determinación que “sin dudas sienta un importante precedente en Mar del Plata”, afirmaba entonces el abogado de la familia, Maximiliano Orsini.

El Tribunal desestimó la postura que desde un principio esgrimía el fiscal del caso, Pablo Cistoldi, quien se mantuvo firme en considerar al hecho como un homicidio culposo y en la jornada de alegatos pidió que Belasco fuese condenado a cuatro años de prisión. Las críticas de la familia, recayeron precisamente sobre el fiscal.

SENTENCIA CASO NICUEZ © (2)

En silencio, durante cerca de una hora, Juan Carlos Belasco escuchó la lectura del veredicto y tras ser condenado, le habló a los hijos y les dijo: “Cuiden a mamá”. Fue esposado al término de la audiencia y trasladado a la Unidad Penal Nº 15 de Batán.

 VOLVER A CASA 

A menos de siete meses de haber sido condenado a ocho años de prisión por atropellar y matar a Eliana Nicuez y a sus dos hijos, Lautaro y Bautista, Juan Carlos Belasco fue autorizado a cumplir el resto de su condena en su domicilio.

La Sala 1 de la Cámara de Apelaciones y Garantías le otorgó el 20 de noviembre a Belasco la morigeración del arresto domiciliario al entender que no exponía peligro de fuga y debido a que la condena aún no estaba firme. Semanas antes, se le había negado ese mismo beneficio.

Ante esta determinación, la “condena ejemplar” que la familia añoraba, que el Tribunal avaló y que Rosa soñaba como un imposible, quedó reducida a la necesidad de volver a insistirle a la Justicia que revea lo que resolvió y que no pierda de vista que tres personas murieron en el hecho, aunque la más elevada de las penas tampoco hubiese podido romper las cadenas de la condena perpetua de dolor a la que fue sentenciada la familia Nicuez.

 LA FOTO 

eliana nicuez

Eliana abraza a sushijos. Los tres posan para la foto y sonríen. Fue en febrero del 2013, en su casa, cuando Lautaro festejó sus siete años. La imagen del Hombre Araña, uno de los héroes del menor, decora la torta con la vela encendida.

Fue Daiana, la hermana de la víctima, quien inmortalizó esa imagen. La noche que Eliana y sus hijos fallecieron, se encontró sola en su casa ante la computadora. Eligió esa foto para descargar su dolor en las redes sociales y desde entonces, el último cumpleaños de Lautaro fue y es la bandera de lucha de la familia Nicuez para seguir exigiendo justicia.

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