Competencia Internacional: aires gitanos

“Entre dos aguas” del director español Isaki Lacuesta, apuesta por el Astor de Oro en el Festival Internacional de Cine. El film sigue la vida de dos hermanos andaluces, con destinos diferentes, en los márgenes del desarrollo europeo.

“Entre dos aguas” la película del director español Isaki Lacuesta, apuesta por el Astor de Oro en el Festival Internacional de Cine, sigue la vida de dos hermanos andaluces, con destinos diferentes, en los márgenes del desarrollo europeo. Se podrá ver nuevamente este jueves a las 22:15 y el viernes a las 14.30 en el Teatro Auditorium.

Vemos a un adolescente de perfil: nariz pronunciada, rasgos gitanos. Habla un español muy cerrado, gaditano. Charla con una chica. En la escena siguiente hay una embarazada en pleno trabajo de parto. Junto a ella, un hombre joven, aguarda la llegada de su tercera hija. La cámara pone en primer plano la cabeza que asoma del vientre materno. La música de golpes de guitarra hace el resto.

Luego de conocer a su hija, el hombre sale de la habitación del hospital. Le colocan las esposas y se lo llevan. Gran comienzo. Luego sabremos que se llama Israel, que está deprimido, que saldrá de la cárcel, que su esposa ya no querrá compartir la familia con él, que tiene un hermano que trabaja de panadero en la Armada, que buscará una salida a la dura realidad que le toca vivir en un ambiente poco amable para el desarrollo y la redención.

La película transcurre en la ciudad de San Fernando, provincia de Cádiz, región de Andalucía, España. Esa comunidad autonómica del sur es la más pobre del país. La herencia árabe, después de siglos de ocupación, es insoslayable. Los andaluces son cadenciosos, gustan de comer, beber y cantar. Es la cuna de la música flamenca. Las costumbres de muchos de sus pueblos están más cercanas a las latinoamericanas que a la frialdad y el progreso europeo.

Si bien España no está dentro de los países que marcan el curso económico y político de Europa, en Andalucía menos aún. Sí las guitarras y los pescados. Sí Paco de Lucía y Pablo Picasso. En ese contexto de subdesarrollo, Ismael intenta conseguir un trabajo, disfrutar de la vida, hacerse cargo de sus hijas, pero no resulta nada fácil.

Hace doce años, Isaki Lacuesta filmó La leyenda del tiempo con los mismos dos hermanos como protagonistas. Puede pensarse como una segunda parte de sus vidas, aunque puede verse en forma autónoma. Lo que aporta a Entre dos aguas son imágenes de ellos jovencitos. Ese contrapunto entre las esperanzas de la juventud y los infortunios de la primera madurez sirven para complejizar la construcción de los personajes. Las actuaciones de los hermanos Romero (son hermanos también fuera de la ficción) es fresca y verosímil. La película trabaja en los márgenes de la ficción y el documental. Y el resultado es interesante.