Jueves 18 de abril | Mar del Plata
09/02/2016

“El tango no puede ser muy superficial ni desligado del dolor”

Cecilia Pugliese estuvo nominada a los Estrella de Mar con su espectáculo de canciones propias “La Ñata Contra el Vidrio” que presentará por dos últimas veces en la temporada este miércoles y el jueves 18 en Cuatro Elementos.

“El tango no puede ser muy superficial ni desligado del dolor”
(Foto Ariel Alfredo Nicotra).

De encuentro se canta una vez, de desencuentros 1000 veces”, tiene como leitmotiv La Ñata Contra el Vidrio, el espectáculo de tango de canciones propias de Cecilia Pugliese que estuvo nominado a los Estrella de Mar y que este miércoles y el jueves 18, a las 22.30, hará sus últimas dos presentaciones de la temporada en el espacio teatral Cuatro Elementos, Alberti 2746.

El dolor del desamor inspira más que la felicidad adolescente del amor. Esta absoluta verdad incomprobable se da tal vez porque mientras uno está enamorado no quiere perder tiempo en hacer nada que no sea disfrutar el amor. Pero el mito del genio que sufre y realiza sus mejores obras del dolor tiene su cuota de verdad. Desde la expresión artística se busca superar ese dolor. Es una manera de exorcismo. Exorcizar un amor que se terminó y que duele.

Cuando se te clava ese puñal de alguna manera tenés que sobrevivir. Si se hace canción, incluso se hace bonito el dolor. Y siempre hablando de dolores románticos que son sobrevivibles, obviamente el ser humano tiene dolores de los que no puede salir con una canción”, dice Cecilia Pugliese compositora y cantante de todas las canciones de La Ñata.

Cecilia sufrió desamor, como casi todo el mundo. Cecilia convirtió ese –o esos- desamor –o desamores- en canción: en tangos, milongas, candombe y hasta bolero. “Debe ser muy dichosa la persona que se enamora por primera vez y de ahí va para delante toda la vida y ninguno en la pareja se muere o se mueren el mismo día y nadie sufre”, dice la cantante.

-¿Qué tiene el desamor que inspira?

-Ya desde la palabra “melodía”, “melodrama”, el suspirar al decirla. Es una cuestión de lo romántico y está muy ligado a la canción. Para mí es una de las maneras para seguir adelante.

-¿Hay más arte por el desamor?

-Tiene eso que inspira, que mueve. Cuando es genuino es verdadero. Creo que se nota mucho cuando la canción está forzada, prefabricada. Si vos no pasaste por ahí, es muy difícil que lo puedas contar. Siempre hay autorreferencia, aunque estés hablando de Romeo y Julieta.

-¿Cómo cantás esas canciones tan tuyas, tan llenas de tu dolor?

-Está la demanda de la interpretación. Estas canciones tienen un año y todavía estoy en la zona donde canto de verdad, pasando por eso y siempre pienso si después podré seguir estas cantándolas. ¿De qué se trata nuestro profesionalismo? Calculo que debe ser como le pasa al actor, si necesitás conmover vas en tu mente a un momento genuino. Alguna raíz de verdad tiene que haber.

-¿Qué es el desamor en tu vida?

-El desamor es como haber tenido hambre o frío, no te olvidás nunca lo que es.

-¿Por qué pareciera que está siempre atado al sufrimiento?

-Es una música de origen de inmigración, hay un dolor muy grande y un desarraigo muy grande. En “Tinta roja”, por ejemplo, le canta a “su rubio amor lejano”, el tano que queda seperado por el océano. Después lo que tiene es en el costado musical, que se liga al candombe o a la milonga, pasa un poco como en el samba brasileña, que te puede hablar de un nene que se muere y el médico no lo atendió y sin embargo la melodía es divina, podés bailarla y sambar pero “tristeza noã tem fim”.

-Entonces, desde lo musical, un tango puede sonar “más arriba” anímicamente. ¿Pero en la poética?

-La poética del tango nunca va a poder ser muy superficial ni desligada del dolor. La parte musical que tiene el tango es muy anímica y puede pasar por la furia, por el llanto, por el triunfo. Es una música muy compleja, te pide todo y no podés estar distanciado ni frío para tocar.

-Vos sos profesora de piano, te iniciaste en el piano ¿cómo fue empezar a cantar tango?

-Me pasó de querer cantarlo bonito al tango, de preciosiarlo, pero si vos estás diciendo “¿quién se robó mi niñez?” y no te tiembla hasta la última célula y no te quebrás genuinamente no transmitís. Te tenés que enchastrar, el tango es algo fangal.

-El tango es una de las grandes herencias culturales de Argentina. ¿Ves más acercamiento de los jóvenes al tango?

-Se ve mucho más. Como es un producto “buscado” aparece la fina línea entre hacer lo tuyo y lo que piden. Una vez un viejo músico me dijo “las decisiones se ven cuando está la plata arriba de la mesa”. El arte tiene esos dos caminos o ser genuinos y ver el negocio.

-¿Y por dónde pasa tu camino?

-Hay veces que se dan las dos cosas. Con la nominación de La Ñata estoy feliz. Durante un año canté lo que quise, me expresé y a un jurado les pareció que sí. Pero siempre desde lo genuino de no resignar, yo no acomodé ni un solo compás para que gustara. Son mis canciones, las presento y si gustan genial.

-¿Cómo ves el tango en la ciudad?

-Tenemos mucho autor. Hay un circuito de bares que es genial: El Argentino, 4Cuarenta, Tu Madre, Blohf. Pero hay muchos más lugares que hacen hincapié en la música y se le da lugar al autor para que presente su obra. Y que la gente pague un derecho a espectáculo y escuche tus canciones es maravilloso.

¿Tenés pensado llevar La Ñata a un disco?

-Ya tengo unas 26 canciones, hay material para dos discos. Tengo que ver qué y cómo. La persona que hace la producción quiere que toque el piano, no me perdona que no lo toque y el piano lleva una elaboración, no es algo espontáneo. Además tengo unos músicos geniales.

-¿Quiénes?

-Tengo tres músicos que son la gloria: Fabian Gonzalez en la guitarra, Esteban Martínez Prieto en el bajo y Ariel Corradini en la percusión. Son como un Barcelona, se miran y funcionan bien.

TÍTERES TANGUEROS 

En un momento La Ñata se transforma y la magia de Pepe García aparece. La canción la comandan dos títres, sin telón, sin nada, pero las personas parecen desaparecer y el público entiende que son los títres y solo títeres los que llevan la canción.

La ñata

“Pepe es un divino, es la lucidez, la claridad en persona. En el primer encuentro estábamos en un café y contaba cosas con las voces de personaje y es como que le cambia la mirada, parece que respira con los ojos y aparece una voz enorme. Es genial”, dice Cecilia sobre el titiritero.

-¿Cómo es la inclusión de Pepe?

-Volvieron unos textos que yo usaba antes de que La Ñata se hiciera completamente recital. Unos textos poéticos que hablan de la ñata contra el vidrio. Explican la relación esta del vidrio, de la mediación del vidrio con el otro. De qué lado se empaña el vidrio. Toda esa cuestión del que se estrella con una imposibilidad de que el otro está del otro lado. Y esos pequeños relatos volvieron en la voz de los títeres de Pepe.

-¿Eras fanática de los títeres de chica?

-Me gustan las historias, soy una enferma de las historias. Me gusta la estructura detrás de la historia, como una geometría que tienen. Por eso me encanta hacer canciones, porque son micromundos. Uno de los textos que hace Pepe se llama “La arquitectura del amor romántico”. Es como esa visión de que el amor es como juegos de encastre en los que hay que llegar a tiempo y si el amor no fue a tiempo ya falló y eso va a impactar en otras relaciones. Es como un juego geométrico y lo estructural me enloquece.

Todo es forma, me interesa la forma“, dice finalmente Cecilia que le canta al desamor a la espera de un nuevo amor que le de otra historia, otro micromundo para volver a cantar.

 

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09/02/2016