Viernes 29 de marzo | Mar del Plata
25/07/2017

“En AGB dejo muchos recuerdos, fueron todas cosas buenas”

Así graficó Alfredo González Barros el cierre de la mítica disquería de la calle San Luis, que durante 38 años se mantuvo firme en la venta de material discográfico. “Con la música se nace, se vive y se muere”, destacó en el último día de trabajo.

“En AGB dejo muchos recuerdos, fueron todas cosas buenas”
(Foto: QUÉ Digital)

Alfredo González Barros es un histórico comerciante de Mar del Plata. Reconocido en el mundo del rock, se convirtió en un hombre respetado hasta por los propios artistas, en su mayoría músicos. Claro, Alfredo fue el dueño de AGB, local que montó por primera vez en 1979, para cuatro años más tarde instalarse en la reconocida disquería que hasta este lunes se ubicaba sobre la calle San Luis, casi San Martín, ese local pintado de gris que por dentro estaba lleno de fotos de músicos y que con su pequeña vidriera colmada del mejor material cautivó a más de uno durante 38 años. “En AGB dejo muchos recuerdos, fueron todas cosas buenas”, definió en diálogo con QUÉ, y expresó: “Me retiro del negocio del disco con la mejor de las satisfacciones”.

El tiempo pasa y los años también, todo cambia, y el mundo de la comunicación está en constantes revoluciones, eso está claro. La llegada de internet, que también causó cierta comodidad en algunos aspectos, hizo que el mundo vaya mutando de cierta manera. Es tema de discusión constante. A veces ayuda, a veces no. Pero lo cierto es que este avance impulsó muchas cosas, entra ellas la descarga gratuita de música y luego la llegada de los portales de streaming. Inclusive, esto derivó en que algunas compañías ya no emitan CDs, sino que directamente vendan el material virtual vía web.

El fanático, el no, el que simplemente compra un disco original porque no compra piratería, es un tipo de público que existe, no es masivo, pero está, como todavía sigue vivo aquel que compra el diario. Lo cierto es que en ambos casos la compra no aumenta, sino que cae en picada, todo por la llegada del mundo digital. Todo esto hizo efecto en AGB, que tuvo que cerrar sus puertas, y así lo explicaron Alfredo y Marta a través de un comunicado: “Las condiciones y avances tecnológicos en materia de distribución de contenidos, hacen insostenible nuestro actual modelo de negocio”.

Tras el anuncio, este lunes el local tuvo su liquidación de stock y por allí pasaron muchos de los habituales clientes y otros que alguna vez lo fueron y no quisieron perderse una última compra de música en la que se transformó en una mítica disquería de Mar del Plata.

 – ¿Qué trae este cierre inesperado?

– Lamentablemente tuvimos que cerrar. Hace 38 años que vendemos todos los formatos, pero antes no existía internet y había dos opciones, o comprar el disco original o comprar el disco original. Los años fueron pasando y la tecnología fue avanzando y lo digital hizo un efecto. A mi disquería nadie vino con malas noticias. En todo caso algún chico que no encontraba su disco, pero nunca tuve una queja. Todo lo que me pasó fueron cosas lindas, son lindos recuerdos. Todo tiene un fin, y se dice basta. Lo bueno es haberlo dejado por sì solo y no por problemas obligatorios.

– ¿El público comprador de discos se fue perdiendo con el tiempo?

– El público no se perdió. Pero la llegada de internet hizo que las personas usen la plataforma virtual y el disco físico también. El problema estuvo en las nuevas generaciones. Hoy en día las personas viven con el teléfono en la mano, están las 24 horas. El celular reproduce todo, pero no es lo mismo escuchar la música por un auricular que por un CD o un vinilo o casettes. No hay que ser experto para darse cuenta de la diferencia, pero se nota. Además no solo es poner el disco, es preparar el lugar, que los parlantes acompañen al hecho y disfrutar de la música.

AGB IndioSolari

– AGB fue una disqueria reconocida por sus fotos ¿Cómo empezó la galería?

– Arranqué con las fotografías en 1984, que fue cuando abrimos el local de San Luis. La primera foto fue sin programar. Victor Heredia tocaba acá enfrente y me acerqué. Mientras algunos bajaban los equipos, me presenté ante Víctor y me saqué la foto, la primera de todas. Después con Teresa Parodi y así fueron pasando. En un momento llegué a tener 75 fotos en el local, que eran unas selectas, pero sin ser elegidas, para no despreciar a nadie. Tengo fotos con Bruce Dicken de Iron Maiden, Noan Gallagher de Oasis, músicos de Deep Purple y un montón de gente de todo el mundo. Después, este mundo nuevo terminó en que compré un dominio y ahí, en agbmusic.com en este momento tengo 1400 fotos con artistas, músicos y periodistas. Tengo de todo.

Hubo bandas que sin conocerme, se enteraban de mi historia con las fotos y me esperaban después de los recitales para hacer la foto. Tuve muy buena relación con todos. Todos me trataron muy bien, nunca me recibieron mal, sabiendo que yo sólo era el dueño de una disquería que poco a poco fue armando una galería de fotos. Mi recuerdo está todo en la página y eso no va a morir nunca.

En AGB dejo muchos recuerdos, fueron todas cosas buenas. Algunos se van a sentir triste, da tristeza. Lo lindo fue terminar con amigos y sin enemigos. Yo me retiro del negocio del disco con la mejor de las satisfacciones. Nosotros estamos muy contentos por haber estado vendiendo alegría y felicidad. Con la música se nace, se vive y se muere.

 En 1984, en Mar del Plata había 75 disquerias, hasta ayer, lunes 24 de julio, había 4 que venden y vendían discos originales. Hoy queda una menos. El adiós a AGB Music, la histórica casa atendida por Alfredo y Marta que, además de vender  millones de discos, vinilos, DVDs y remeras, sólo de música, hizo de su local una galería fotográfica, con momentos congelados de artistas que pasaron por el local.

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25/07/2017