Fanzines: al carajo todo, hacelo vos mismo
Este fin de semana termina en el Auditorium la muestra “Formato real: Fanzinoteca de Le Putit Galerie”. Una exposición de autopublicaciones, fanzines, parches, stickers, flyers y hasta tatuajes. Piezas de arte en distintos formatos para descubrir.
Gutenberg imprimiendo biblias. Grandes editoriales promocionando best sellers. El mercado inventando un ídolo para después humillarlo y crear uno nuevo. El negocio del pensamiento que lucra con ideas, las moldea, las encasilla, las descarta. Los fanzines le dicen “al carajo” a todo eso con publicaciones caseras, pequeñas, auténticas y reales.
“Formato real: Fanzinoteca de Le Putit Galerie” es una muestra que se presentó en el marco de los 20 años de la revista Los Inrockuptibles y podrá verse hasta este fin de semana en el Teatro Auditorium. En la muestra se exhiben más de 200 ediciones de fanzines y otras autopublicaciones artísticas que van desde parches, stickers, flyers y hasta tatuajes.
La muestra trata de la libertad de las personas empujadas hasta el borde. Los fanzines han funcionado siempre como un refugio de ideas, de sentimientos de marginados. Fanzines con poemas de un emo de corazón roto, de dibujos infantiles de alguien que no quiere crecer, de fotos eróticas de alguno que siempre quiso ser Robert Mapplethorpe.
La belleza del fanzine está ahí a la vista entre tantas imperfecciones: en impresiones hechas a la madrugada o en ese gusto de haberle cagado al sistema unos mangos al imprimir con la máquina del trabajo. Los fanzines son piezas de arte sin pretensiones elitistas, actuales y sobre todo reales.
Entre los fanzines que se pueden ver en “Formato real: Fanzinoteca de Le Putit Galerie” hay de todo y de todas partes, como publicaciones firmadas por BBK (Nekro, excantante de Funpeople), o por Yamandú de Loquero e incluso un fanzine hecho por los chicos del Centro Cerrado de Menores de Batán que se llama “La manera de ser libre”.
En los fanzines está el espíritu del do it your self punk, algo de esa furia anarquista que siempre busca difundir sus ideas sin importar la plataforma. Tiene algo de la bohemia de la poesía beat y la libertad sesentista cuando política e ideología eran fundamento de la cultura.
Resumir la muestra en dos palabras: libertad y realidad. Que las personas libres son las únicas reales, que las publicaciones libres son las únicas reales, que la única realidad que importa es la que es libre.
