“Parece ridículo tener que decirlo, pero sí, la mujer es persona”
Vanesa Strauch presenta “Persona” junto a Male Pichot, Ana Carolina y Charo López en el Colón. “Es humor sobre nuestra forma de pensar, nuestra militancia del femenismo. No odiamos a los hombres, pero sí al machismo”, dijo.
Vanesa Strauch, Male Pichot, Ana Carolina y Charo López vuelven a mar del plata con Persona su show de stand up en el que se burlan de los estereotipos en los que la sociedad encierra a las mujeres olvidándose de una máxima evidente y simple: que las mujeres también son personas. El show será este sábado a las 21 en el Teatro Colón –Hipóliyo Yrigoyen 1627- y si el mundo continúa girando y nadie se escandaliza porque cuatro feministas hagan humor en un teatro municipal, habrá otra función el sábado 21 de enero.
“Nuestro humor no es de porteñas haciéndose las cancheras. Es un humor sobre nuestra forma de pensar, nuestra militancia del femenismo”, intenta explicar Vanesa Strauch sobre Persona y por las dudas aclara: “Es un show para reírse mucho, a pesar de la mala prensa que tenemos por ser feministas, que parece que somos cuatro locas que vamos a hablar mal de los hombres. No odiamos a ningún hombre, pero sí odiamos al machismo”.
-Que palabra “feminismo”, que parece que genera terror en la mitad del país. ¿Por qué te parece que es así?
-No sé si en la mitad del país, pero está bueno que usés la palabra “terror”, porque yo no entiendo por qué hay gente que le tiene miedo a las feministas, o nos dicen feminazis y hasta cosas muchos peores. Todos los días alguien nos putea, pero también alguien nos dice que se quedó pensando y se puso a reflexionar.
-¿Qué es el femenismo o qué es ser para vos feminista?
-El feminismo es, en mi forma de entenderlo, el movimiento que quiere lograr la igualdad de derechos para el hombre y la mujer. Es la idea de que la mujer es persona, ni más ni menos. Es increíble decirlo, parece ridículo, pero sí, la mujer es persona.
-Hay hombres machistas y mujeres machistas ¿cuál te parece más problemático?
-El de los hombres mata, así que digamos el de los hombres. Pero hay muchas mujeres que no tuvieron la oportunidad de que alguien les explicara bien el feminismo, de sacarse ideas antiguas y conceptos viejos. Yo no nací feminista, de grande tomé conciencia. El feminismo no es un movimiento de odio, es de amor hacia las mujeres.
-Las cuatro estuvieron en Rosario durante el Encuentro de Mujeres. ¿Cómo viviste los incidentes y la represión?
-Es lamentable que llegue a eso. Estábamos las cuatro de Persona tranquilas en la Catedral, con muchas más chicas. Y vino un grupo de atrás, encapuchado, y empezaron a tirar piedras y botellas. Y de atrás de la Catedral estaba preparado un elenco estable de policías y gente, esperando para salir a tirar balas de goma y tuvimos que salir todas corriendo. No puedo entender cómo alguien tiene la maldad de preparar eso. Yo estaba parada ahí y pasó eso, y de ahí a que la gente no crea después.
-Cuando decías que el feminismo tiene mala prensa, la mala prensa se nutre de eventos así: de piedas, botellas y pintadas que opacan las ideas.
-Sí y después, pasa lo más patético, que si matan a una chica en la esquina no pasa nada, pero si te pintan la pared de tu casa te volvés loco. Hay que replantear las prioridades. Una sociedad fría, egoísta, que no le importa nada, solo lo suyo.
-Se arrancan las vestiduras por una pintada y a veces, lamentablemente, es la única manera que tenemos para que nos escuchen. Tenemos mala prensa, periodistas que generan miedo al feminismo y muchas veces no te queda otra que pintar. No estoy de acuerdo con las piedras y las botellas. Prefiero una casa pintada y que paren de matar los esposos a sus mujeres. Después viene un ministro y dice “con casarse se soluciona todo”, parece una explicación infantil y por eso hay que decir de manera infantil: “la mujer es persona”. Estamos en el 2017.
-Volviendo a Persona ¿Qué te diferencia de tus compañeras?
-Que soy la más vieja (risas). Somos las cuatro mujeres muy diferentes. En mi caso, últimamente siempre hablo de lo que me preocupa a mí, lo que me causa gracia y mis miedos. Hablo mucho sobre la maternidad, sobre que no soy mamá y que la sociedad te ve rara si no tenés hijos. Te ven como mala o no sé qué se imaginarán. Ahora tengo unas partes nuevas que hablo de los que son padres a los 87 años. Doy mi explicación de por qué no tengo hijos, que a veces no está vista como una opción buena. Y de mis sueños.
-¿Qué tipo de sueños?
-Un gran sueño, que no pude llevar a cabo de chica, es ser travesti. Así que en cualquier producción que puedo me monto y no pierdo oportunidad de ponerme peluca y pestañas postizas.
-¿Hay límites en el humor?
-Creo que se puede hablar de cualquier cosa. Creo que uno lo siente en el pecho al límite. Es parte de cada uno. El límite es cuando uno después de decirlo no se queda con una resaca fea. Cualquier cosa puede hacer reír, nosotras hablamos de cualquier cosa: aborto, violaciones y muchas cosas de las que parece que no se puede hablar. Le buscamos la vuelta para reírnos y reflexionar. La manera creo que está en el cómo y en tratar de ofender.
