Viernes 29 de marzo | Mar del Plata
25/12/2014

“En algún momento tuvimos la intención de dejar el proyecto”

Francisco Pagano, el principal responsable de la llegada de Unión a la B Nacional en apenas 8 años, habló con QUÉ sobre el ascenso. Un repaso por los últimos años, sus sentimientos hacia el club y el futuro.

“En algún momento tuvimos la intención de dejar el proyecto”
Francisco Pagano analizó los últimos años de Unión y el futuro inmediato. (Foto Kito Mendes)

Otoño 2007. Un plantel acotado, con las mismas camisetas del certamen local, lograba el ascenso al Argentino B. Con sufrimiento, a través de una Promoción en Santa Fe, Unión ascendió. Una vez consumado, de vuelta al hotel, el máximo responsable del fútbol “Celeste” lanzaba una frase que retumbó en los años subsiguientes. “Ahora hasta el Nacional B no paramos”, soltó Francisco Pagano. Los que lo escucharon rieron cómplices, menos él. Porque no era una frase a la ligera. No partía desde la euforia del festejo, sino de la convicción de un hombre apasionado, amante del fútbol, de Unión.

Primavera 2014. Apenas siete años después, en Junín, Unión logró el ascenso a la B Nacional al vencer a un gigante como Talleres de Córdoba. Premio a este plantel, a los anteriores, al camino, al esfuerzo de todos, pero principalmente de este hombre. Un dirigente que estuvo a punto de claudicar en la mitad del trecho, pero que insistió e insistió para cumplir con su palabra. Aquella que nació en Santa Fe, que no muchos lo tomaron con la seriedad de su enunciador.

Fue una campaña meteórica. Del certamen vernáculo a la máxima categoría del ascenso argentino. Con muchos protagonistas, responsables, pero el mayor mérito es de Francisco Pagano, quien tuvo apoyo de amigos y empresas, pero que fue movilizado principalmente por esta pasión, su pasión por el fútbol y por Unión.

“El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar. No puede cambiar de pasión”, enunció el vicepresidente del club, aún con el grabador apagado al recibir a QUÉ en su despacho, evocando una escena de la película El Secreto de sus Ojos. Una suerte de síntesis de la razón por la cual continuó apostando y buscando ese objetivo de acceder a la B Nacional.

– Pasaron siete años desde aquella frase, aquel deseo de no parar hasta llegar a esta categoría. Llegaron, ¿ahora qué?

– Llegamos y bien. Ahora esperemos que la gente nos acompañe y los sponsor también. En este sentido vamos a tener un ingreso de AFA, que posiblemente sea importante para el club. Para nosotros va a ser todo bueno. Lo que me había propuesto lo conseguimos. Con la ayuda de muchos amigos, Leonardo Cordeiro, Fernando Piovano, salió todo bien.

– En diciembre de 2006 estaban festejando el título local y hoy están a un escalón de Primera, fue un crecimiento meteórico…

– Sí, el estar casi cinco años en el Argentino A nos hizo tomar mucha experiencia y los equipos nos respetaban cada vez más. Para mí lo más importante de todo esto es que se haya logrado el objetivo con la familia en la cancha y con un grupo de jugadores que entendió cómo se tenía que trabajar con las directivas del cuerpo técnico.

– La campaña en la que se eligió a Alberto Fanesi como entrenador, tras la salida de Marcelo Zwicker, hubo pocos refuerzos. ¿Se buscó hacer una pausa, sobre todo desde lo económico, para retomar el impulso?

– Hay momentos en los que uno se siente muy desgastado, y hasta inclusive en algún momento tuvimos la intención de dejar el proyecto. Gracias a Dios apareció gente que nos impulsó a seguir y nos ayudó bastante. Hicimos un equipo como para estar ahí, mantenernos y tener un respiro. No nos fue bien y de hecho estuvimos cerca de descender. Después fue importante la llegada de jugadores que trajo (Juan Carlos) Pirez y mantenerlos cuando tomaron conocimiento de la ciudad.

– La llegada de Pirez y la conformación del plantel hacían suponer que la intención era ascender en esa temporada (2013/14). ¿Fue así?

– Sí, porque pensamos que teníamos un gran equipo, pero lamentablemente no se dieron los resultados. Y cuando eso ocurre, los técnicos salen. Había un buen grupo, salvo por dos o tres jugadores que no debimos haber traído, y con la llegada de (Gustavo) Noto se reforzaron lugares claves.

– ¿Por qué continuar con Noto?

– En un primer momento, con Noto no tuvimos mucha afinidad porque no nos habíamos tratado y había versiones de terceros que decían que él hablaba mal de mí y viceversa. Por eso había cierto “resquemor”. Cuando me dijeron que lo escuchara, que quería hablar conmigo, no me interesó. Después, con el tiempo, accedimos porque es de Mar del Plata y había hecho un buen trabajo en otros equipos. Al conversar con Noto, nos dimos cuenta de que tenía el diagnóstico de lo que le faltaba al equipo, igual al nuestro. Exacto. Gustavo encontró la forma de trabajo y conversó con dos o tres referentes para llevarlo a cabo.

– ¿Costó convencer a jugadores que tuvieron un nivel individual destacado para que continuaran en Unión?

– (Wilson) Albarracín, por ejemplo, que no había salido de San Luis, estaba muy conforme con Mar del Plata y optó por quedarse. Y (Joel) Amoroso demostró que quería hacer algo por Unión. Nos dijo que quería quedarse, hasta con un contrato largo. Nos vino muy bien porque fueron imprescindibles. Pero se quedaron fundamentalmente porque lo vieron trabajar a Noto, entonces se dieron cuenta que con este técnico se iban a sacar los resultados.

– ¿En algún momento pensaste que se les podía escapar el ascenso?

– Nunca.

– ¿Ni en el momento en el que se estuvo varias fechas sin ganar?

– No. Es más, en ese lapso me fui de vacaciones. Escuchaba los partidos y les decía a los muchachos que estemos tranquilos que íbamos a ascender igual. La zona que nos tocó era importante, pero le teníamos que ganar a Talleres, contra quien vi muy bien al equipo y quizás al que más miedo le tenía era a Libertad de Sunchales. Pero en ese sentido, tenía una confianza ciega porque en los momentos difíciles los jugadores siempre aparecieron. Wilson, Amoroso, (Nicolás) Ramírez y (Luciano) Mazzina. Y precisamente cuando “Lucho” no estuvo, fueron los partidos en los que no se pudo.

– Justamente, a Mazzina lo buscaste siempre…

– Tres años estuve detrás de Mazzina. A cada técnico le dije en su momento que era el jugador ideal para (Juan) Alesandroni, porque había que pasarlo a él primero, después a “Pity” y después a la línea de defensores. Era un fundamental un jugador como Mazzina. Todos lo quisieron, pero nos costó “sacarlo” de Sportivo Belgrano, hasta que esta vez pudimos.

– Alesandroni es otro que siempre rindió, desde la llegada de Unión al Argentino A.

– Lo quiero como a un hijo. Lo traje cuando recién aparecía en Juventud de Pergamino y en su momento la madre me alertó de que nunca había salido de allí y vivía con ella. Era un desprendimiento muy fuerte. Lo acompañé mucho en esa etapa y a lo largo de los años se dio cuenta de que podía confiar en mí. Y de ser el jugador que corría a todo el mundo, hoy se toma una pausa, levanta la cabeza, da mejores pases. Esto lo digo porque cuando negociábamos los contratos y él quería un poco más, mirábamos los videos para ver cuántos pases había dado mal y conseguíamos menos precio (se ríe). Hoy es un jugador de nivel, el capitán del equipo y puede rendir mucho más.

– ¿Cómo viviste el partido en Junín?

– Muy emocionado. Fui con mi familia, porque se los debía. Yo hace 20 años que estoy en Unión. Desde las inferiores, y un día se nos dio el campeonato de la Liga, y ahí arrancó todo. Pero mi familia hace 23 años que me aguanta la pasión, que es lo que nunca se pierde. La emoción pasó también porque veía que la gente de Mar del Plata nos apoyaba y quería que estuviéramos en la B Nacional. Cuando llegué a la cancha, le dije a mi señora: “Hoy acá ganamos”. “Por qué estás tan seguro”, me preguntó. Y le respondí: “Porque nos dieron el mismo rincón que con Sportivo Belgrano en San Francisco. Allá éramos 46 personas contra 8 mil y hoy somos 250 contra 7 mil”.

– Estabas seguro, ¿tranquilo?

– No, para nada. Es más no recuerdo cómo viví el partido de los nervios que tenía. Lo único que recuerdo fue el gol de Amoroso y que vi adentro la pelota esa que corta Quiles, que salva sobre la hora. Lo viví con mucha tensión.

– Ahora se viene un desafío importante, un certamen nuevo para todos…

– Sabemos que es un campeonato largo, nos estamos reuniendo para armar  un grupo de trabajo porque esta categoría implica mejores condiciones, más gente, hay que cumplir más papeles, más responsabilidad, tienen que ser todos profesionales. Ya acercamos ese grupo de gente que nos ayude.

– Salvo los diez nombres que fueron declarados prescindibles, ¿siguen todos?

La base va a ser la misma y se traerán tres o cuatro refuerzos puntuales. Considero que a lo que hay que apuntar es estar por encima de los diez equipos que ascendimos. Es un año para mantenerse y recuperar todo lo que pusimos anteriormente.

– A la B Nacional querías llegar, ¿es “el” lugar de Unión en el fútbol?

– Es el lugar donde hay que mantenerse. El Argentino A es muy desgastante, muchos viajes y gastos. En cambio ahora eso lo dispone AFA. Hay que estar tranquilos. Aunque queremos ganar todos los partidos, no podemos tirarnos a un ascenso. No sirve llegar a una Primera división cuando no tenemos una base que respalde todo eso. Con algunos refuerzos que conozcan la categoría, se puede hacer una buena campaña. Tenemos que estar ahí, arriba de los que subieron.

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25/12/2014