Un artista de la pelota que busca su lugar en Mar del Plata
Andrés es colombiano y hace cuatro temporadas que viene a la ciudad con su espectáculo de freestyle fútbol, pero no consigue el permiso municipal ni un espacio para desarrollarlo, más allá de los semáforos de la ciudad.
Andrés González es colombiano, hace cinco años que aterrizó en Argentina para estudiar y hace cuatro que llega cada temporada a Mar del Plata con su espectáculo de freestyle fútbol, disciplina en la que salió campeón nacional dos veces y a partir de la cual sobrevive, pero aún no encontró un espacio acorde para desarrollarla, más allá de los semáforos de la ciudad, ante la negativa del Municipio de brindarle la habilitación correspondiente.
En Colombia no encontraba su lugar, pero en Argentina encontró (casi) todo. Llegó a La Plata en 2013 para estudiar Profesorado en Educación Física, y por aquel entonces ya lo acompañaba desde hacía algún tiempo el Freestyle, un deporte que en todo momento Andrés busca depegar de su pariente más próximo: el fútbol. Según explica, sólo comparte con él la pelota que, además de ser el principal elemento del deporte más popular, desde hace unos años también se instaló alrededor del mundo como la base del arte de realizar piruetas imposibles con cualquier parte del cuerpo.
Además de participar en competencias de la disciplina que practica hace ocho años, Andrés decidió animarse a ofrecer espectáculos e intentar así sustentar su vida en la ciudad de las diagonales y, como muchos otros artistas, también llega a la costa cada verano para intentar sacar un rédito extra a la temporada marplatense. “La necesidad te lleva a eso, salir de la zona de confort te va llevando a buscar opciones para sobrevivir”, señala en diálogo con QUÉ Digital.
El freestyle, como la historia de cada deporte, nació mucho tiempo antes de que alguna situación en particular pudiera popularizarlo. Como combinación de diversas disciplinas, su origen es difuso, pero está claro que tiene más relación con el ámbito circense que con el fútbol, y va más allá de las campañas marketineras de la empresa Nike, que desde principios de siglo a través de Internet impulsó a la fama mundial este deporte a partir de videos promocionales con futbolistas como Ronaldinho, de reconocida habilidad con la número cinco.
“Es un deporte muy lindo y muy hermoso, pero es poco valorado por el patrocinio y todo lo demás, entonces es muy difícil vivir del freestyle. Yo no vivo con el freestyle, sobrevivo con el freestyle, pero sobrevivo bien”, explica.
El crecimiento exponencial de este deporte en los 2000 alcanzó un nivel de vital importancia en 2011, cuando en Gran Bretaña surgió la federación internacional que lo regula y que organiza distintas competiciones alrededor del mundo, paso más que importante en su camino a profesionalizarse. Así, hoy en día hay competencias europeas, asiáticas y americanas, y a nivel mundial se destacan el Superball, el World Tour y el Red Bull Street Style.
Andrés cuenta que en los cuatro años que vino a Mar del Plata, si bien pudo encontrar la manera de llevar adelante su demostración de estilo libre, también se topó con muchas dificultades. En primer lugar la planteada por el Municipio que, según relató, no le aprobó el permiso para ejercer en la peatonal, como ya evidenció QUÉ Digital con otros artistas callejeros. También lo intentó en la Rambla, donde rápidamente desistió porque asegura que hay “una mafia” que le pide dinero a los artistas. Así, no tuvo otra alternativa que desembocar en los semáforos, donde tuvo más de un conflicto con limpiavidrios, discriminación e incluso en una ocasión sufrió el robo de su pelota.
“He tratado de buscarle la forma desde la primera vez que vine pero no ha sido fácil porque me ha tocado trabajar en los semáforos. No es el lugar para que las personas puedan disfrutar del show porque esto es un arte y no debería estar en un semáforo sino en un lugar más cómodo donde la gente pueda disfrutarlo y yo pueda estar más cómodo para ofrecerle algo mejor a la gente”, expresa.
“Presenté proyectos a la Municipalidad y en distintos balnearios para ofrecer el show y tener una alternativa, pero fueron muy pocos los lugares que lo acogieron y tuve que volver a caer en el semáforo. La Municipalidad no me dio el permiso para realizar el espectáculo callejero, presenté todos los trámites para que me dieran el permiso pero no me lo dieron no sé por qué. Intenté hacerlo en la Rambla los primeros años que estuve pero me di cuenta que eso es una mafia, con gente que maneja la zona y que te quiere sacar dinero por permanecer en un espacio determinado”, apunta.
Entre los argentinos, uno de los principales exponentes es Charly Iacono, quien logró cinco campeonatos nacionales, tres títulos latinoamericanos y dos importantísimas consagraciones en 2014 y 2016, años en los que fue campeón del World Tour y del Street Style, respectivamente.
Su notoria habilidad que deslumbra a conductores y peatones le permitió competir en distintos niveles, según explica: “En Colombia participé de torneos nacionales en los cuales no me fue muy bien porque no los tomé en serio. En Argentina participé también en torneos nacionales, fui dos veces campeón y dos veces subcampeón. El año pasado tuve la oportunidad de ir a Brasil a un torneo latinoamericano representando a los dos países”.
Mientras termina una temporada más sin un espacio dónde realizar su espectáculo, Andrés ya planifica un 2018 cargado de torneos, donde buscará competir en el nacional de Mendoza, en abril, en junio en Bolivia y también posiblemente lo haga en México a fin de año.
