Sábado 20 de abril | Mar del Plata
06/02/2016

Silvia Mercado: “No habría peronismo sin relato”

La periodista y escritora pasó por la ciudad para presentar su último libro “El relato peronista. Porque la única verdad no siempre es la realidad”. “El peronismo dio derechos a cambio de libertad”, dijo la autora.

El peronismo atraviesa la historia moderna de Argentina. No es novedad, no es un descubrimiento decirlo. El peronismo atraviesa la historia moderna de Argentina de derecha izquierda, de manera dicotómica. El peronismo genera un amor absoluto. El peronismo genera un odio irreconciliable. El peronismo fue reprimido. El peronismo reprimió. Al peronismo se le atribuyen los grandes logros sociales. Al peronismo se le atribuyen los grandes males sociales.

La periodista Silvia Mercado visitó la ciudad en el marco del ciclo “Verano Planeta” para presentar su libro El relato peronista. Porque la única verdad no siempre es la realidad, un libro en el que le cae con los tapones de punta al peronismo, donde muerde hasta el hueso al peronismo y busca llegar a al punto justo donde se encuentran eso que el peronismo fue y lo que el peronismo dijo que fue.

Silvia Mercado está afiliada al Partido Justicialista, aunque tal vez con tantos años de desencanto no sea justicialista. Tal vez Silvia Mercado no sea nada, pero si algo es, es crítica, crítica de peronismo, de Perón, de su relato y sus símbolos. “Me llama la atención la dificultad que tenemos por aceptar la vocación autoritaria de Perón”, dice la periodista.

-¿Hay mucha diferencia entre el peronismo y su relato?

-La distancia entre el relato y los hechos es fenomenal, es enorme, es tremenda. Creo que el peronismo es básicamente relato, no habría peronismo sin relato. El relato peronista ha sido funcional en el sentido de la necesidad de los argentinos.

-¿Por qué?

-Por dos razones: primero porque la nuestra es una democracia joven y entonces necesita mitos de origen como todo país, como toda religión necesita sus mitos y creo que el peronismo es como una religión, un dogma, un sistema de creencias del tipo religioso. Y la sociedad argentina, básicamente, necesita de estos relatos, de estos melodramas, necesita de este sistema de creencias más que cualquier otro país de la región.

-Mencionás a los países de la región y para el libro usaste mucho archivo de países vecinos ¿Cómo crees que ven el peronismo?

-Los países vecinos no pueden creer que nos pase esto, no pueden creer al peronismo. Por supuesto que no creen nada del peronismo en el que nosotros creemos porque les parece ridículo.

-¿Y por qué usar los archivos de lugares en los “no creen en el peronismo”?

-Porque allí no hubo censura en relación a lo que pasaba en Argentina. Yo me basé en los diarios de ese país y es como si fuera otro país, otro peronismo. Ningún otro país tiene algo como el peronismo.

-¿Qué es el peronismo para vos?

-El peronismo es un fenómeno que hace a nuestra personalidad como argentinos, que necesita relato, melodrama, el juego del bueno y el malo. O necesitaba. Creo que con el kirchnerismo terminó todo eso. Hay todo un gran ciclo que se inició con Perón y termina en el kirchnerismo. Empieza con Perón como drama y termina con el kirchnerismo como comedia. Creo que el kirchnerismo es el fin de esa necesidad tan argentina de vivir de relatos. No digo que no haya gente que todavía necesite de eso, pero me parece que ahora es una minoría y eso no va a volver a pasar: esa necesidad de melodrama, histrionismo, de líderes como Perón o Cristina tan necesitados de épica, tan absurda, no va a volver.

-¿Y cómo volvería?

-Va a volver otro tipo de peronismo. El peronismo siempre ha tenido sus sectores democráticos, pero siempre lo que hegemonizó fueron los sectores autoritarios y melodrámaticos o histriónicos. Creo que eso no volverá porque la Argentina no lo va a tolerar. Hay una etapa del modo de hacer política que se terminó con el kirchnerismo.

silvia mercado 03

-En tu libro cuestionás el 17 de octubre, fecha clave para el peronismo.

-Es que el 17 de octubre fue una movilización que organizó Perón desde el poder, no algo espontáneo. Armó toda una historia de que lo metían preso, pero tuvo un solo objetivo: salvar el golpe de Estado del ’43. Salvar esa dictadura de la que él era el ideólogo. Perón era un hombre del ejército golpista. Perón es hijo de ese ejército golpista que cree que tiene que ir a poner orden cuando las democracias no funcionan.

-¿Y por eso mencionás que el peronismo es una continuación de la dictadura del ’43?

-Perón lidera el golpe del ’43 a pesar de no ser general. Era un hombre de tremendo talento, muy por encima de los generales, él los conducía. Estaba tan convencido de la democracia fraudulenta, que no dejaba que ganen los radicales, no era lo suficientemente favorable al Eje como el creía que había que ser. Perón estaba convencido que el Eje iba a ganar la guerra y cuando Alemania cayó, se produjeron en Argentina muchas movilizaciones, en especial de estudiantiles, que han sido invisibilizadas, en especial la del 19 de septiembre de 1945 que pedía que la Corte Suprema se hiciera cargo del gobierno y llame a elecciones.

-¿Y eso tuvo relación con lo que decís del 17 de octubre?

-Sí, porque el 17 de octubre es una respuesta a esa movilización. Por eso el relato peronista buscó estigmatizar esa movilización, decir que ahí había marchado la oligarquía y otras figuras de derecha, pero en verdad esa movilización estaba encabezada por el Partido Socialista y por el Partido Comunista. También la acompañó la sociedad rural, que parecía ver peor el peligro nazi que significaba Perón y ese gobierno golpista.

-Por menos de lo que decís, muchos te dirán gorila…

-Gorila, cipaya, buitre. Me dicen gorila y no me molesta. Creo que si me señalan como gorila es porque estoy produciendo cosas. Si no me dijeran nada quiere decir que lo que hago no tiene repercusiones. Me hace bien que me lo digan, quiere decir que pasan cosas en la sociedad, que lo que hago alguien lo escucha.

-Pero también cuestionás los logros sociales del peronismo, es algo así como cruzar todo límite eso.

-En Uruguay se daban las jornadas de 8 horas y el voto femenino y el aguinaldo desde mucho antes. Todos los derechos sociales fueron previos al peronismo. Aquí el peronismo lo que hizo fue dar una forma retrasada de derechos que antes fueron ocultados y no estaban  reconocidos. En ese sentido, hay que reconocerle al peronismo su capacidad de ordenar un poco las demandas y derechos que en otros países de la región ya estaban dados. La diferencia es que aquí fueron dados a cambio de libertad. Por empezar decimos “esos derechos los dio Perón”; en ninguna parte es así. Argentina es un país muy raro en ese sentido.

– Pero es una forma de agradecerle y reconocerle a un presidente lo que hizo…

-Acá se le agradece, se le cantan marchas, se santifica a alguien de algo que no es. Es desopilante. Esa “santificación” a Eva fue construída desde el Estado. Construir la santificación de Eva, que nada tenía que ver con la original, es como esa distancia entre el Jesús mítico y el original. Afuera no pueden creer que tengamos que agradecerle a este o al otro. Pero además fue a cambio de libertad. Solo en los países fascistas y autoritarios te dan derechos a cambio de libertad. A nadie se le ocurre eso en países democráticos.

-Decís que sos justicialista ¿en qué momento te desencantó tanto el peronismo?

-A mí siempre me hizo ruido. Lo que pasa es que el peronismo tiene cosas muy feas y cosas muy hermosas.

– Hay cosas hermosas ¿como cuáles?

-Hay mucha valentía entre los peronistas. En general los peronistas en dictaduras son más valientes que otros. En la dictadura yo tenía 20 años y era muy lindo ver a peronistas que desafiaban a los milicos. Otra cosa que tiene de atractiva es esto de hacerte sentir parte, de hacerte sentirte como que estás en una familia. Hubo kirchneristas, que eran antiperonistas, que se hicieron kirchneristas al sentirse parte de un colectivo, de una familia.

-¿Cómo ves al país ahora?

-Creo que ahora nuestro país va hacia algo más racional, con menos dificultades para enfrentar los hechos, la realidad y los datos. Creo que vamos a recuperar una senda de crecimiento. Desde el ’30, pero sobre todo desde el peronismo, la Argentina solo fue para abajo y tiene que volver a ir para arriba. Argentina era más que Brasil en la década del ’40 y no estaba lejos de Estados Unidos, después cayó porque el peronismo regalaba una fantasía, la de consumir sin inversión. Y el kirchnerismo también ha sido un poco eso. Lamentablemente la fantasía en algún momento termina.

-Dicen que el peronismo es todo ¿Macri te parece peronista?

-No para nada. Me parece que, con todo lo bueno y lo malo, no tiene ninguna deuda política con nadie ni carga con ninguna mochila política e ideológica. Creo que es hiperpragmático; que si tiene que acordar con el peronismo acuerda, si tiene que acordar con el radicalismo acuerda. Es tan poco emocional, que eso es lo que le ha permitido llegar a ser presidente y es lo que me hace pensar que la Argentina tiene una chance de iniciar un camino distinto.

-Siempre se dijo también que no se puede gobernar sin el peronismo ¿se puede?

-Creo que Macri va a demostrar que sí se puede. Macri es algo realmente distinto y creo que va a ser un gran presidente. Lo digo ahora que todavía me puedo arrepentir. Macri es tan práctico que me parece que hasta que no consiga sus objetivos no va a parar. En la ciudad de Buenos Aires ha sido muy eficiente y muy capaz, superando todas las barreras que le puso el kirchnerismo.

-¿Cómo ves el futuro del PJ?

-El peronismo va a iniciar una transición y es muy bueno que crea que va a poder ganar las elecciones presidenciales de 2019, pero creo que no lo va a lograr. Pero es bueno que lo intente, en la democracia tiene que haber alternancia, tiene que haber contrapeso.

LA VUELTA DE CFK

-¿Se tiene que aggiornar el peronismo?

-El peronismo tiene que hacer un tremendo esfuerzo para entender a la sociedad, que es una sociedad muy distinta de lo que creen que están en la política. Es una sociedad desideologizada, cansada de los relatos épicos, atomizada, con valores de diversidad. La sociedad del siglo XXI es una sociedad donde cada opinión tiene valor, y cuando cada opinión tiene valor, no se necesita que alguien le diga cómo tiene que pensar.

-¿Imaginás un intento con esa “épica peronista” de Cristina Fernández de Kirchner para volver a la presidencia?

-Creo que Cristina fue. Por supuesto que a los kirchneristas esto les debe doler y no lo querrán ver. Pero ya es el pasado, es un liderazgo del siglo XX. Creo que Massa y Urtubey son liderazgos del siglo XXI y lo tienen que reafirmar con los votos.

Silvia Mercado había pensado en una trilogía para hablar del peronismo y sus mitos. Empezó con el libro El inventor del peronismo, lo siguió este Relato peronista y lo terminará con uno sobre el kirchnerismo, que saldrá en 2017. De todas maneras, la escritora prometió un libro para este año que, según ella, “hará mucho ruido”.

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06/02/2016