El dolor como bandera
Editorial QUÉ, en la radio
Fotos de nenes, de chicos, de adolescentes y de grandes. Fotos de un hijo, una sobrina, un hermano, una familia, un esposo, una esposa, un papá, una abuela. Fotos de rostros. Fotos de personas. Fotos de muertos. Nuestros muertos.
Y los vivos marchan con los muertos como bandera, para que nadie más tenga que marchar en el futuro. Para que no haya otra familia atropellada por un borracho sin frenos. Para que no haya otro asesinado por 5 pesos en la billetera.
Y los vivos marchan para que no pase de nuevo. Para que el mundo sea un lugar menos tenebroso, menos sórdido, con menos fantasmas. Para que los que tienen que escuchar escuchen, para que la policía deje de dar miedo, para que la justicia deje de dormir la siesta, para que el delincuente sepa que nadie está solo afuera.
Los vivos marchan con los muertos como bandera. Y cada semana se suman más vivos, porque la bandera es cada vez más grande. Con más fotos de un hijo, de una hermana, de una pareja, de una mamá.
Hay muchos que no fueron a la marcha porque pensaron que no era su causa. Lamentablemente, en la próxima tal vez les toque ir, en la marcha o en la bandera.
