El drama de las clases
Editorial QUÉ, en la radio
Que las clases empiecen el 29 de febrero es un gran problema, para el turismo, para el comercio, para la industria, para el país, para los chicos y docentes que les cortan las vacaciones.
Que las clases empiecen la segunda semana de marzo tiene su encanto, porque el año debería empezar en marzo, porque si enero nos llovió tanto tal vez febrero mejore, porque la esperanza es lo último que se pierde.
Que las clases empiecen cuando empiecen será un problema, porque primero habría que asegurar los 180 días de escolaridad, habría que tener las escuelas en condiciones, a los chicos en condiciones. Los políticos, en vez de andar tan preocupados por cuándo empiecen, podrían pensar en cómo van a empezar, ya tendrían que andar juntando la plata para los sueldos de docentes, para futuros aumentos, para tantas cosas.
Que las clases empiecen el 29 de febrero es al menos extraño y una larga queja.
