Sábado 20 de abril | Mar del Plata
30/03/2016

Historias repetidas

Editorial QUÉ, en la radio

 

La historia se repite, otra vez, y los que pierden son los mismos de siempre, otra vez. Podrán cambiar los nombres propios, pero las fichas son las mismas y ya todos adivinamos el futuro, el resultado es el mismo, otra vez.

La periferia se presenta como el escenario natural donde pasan las cosas más sórdidas. Un barrio es nombrado en un policial, un barrio es conocido porque es el escenario de un policial.

Un barrio que tal vez no sabían que existía de repente es parte de la ciudad. La parte de atrás de la ciudad. Un barrio de calles de tierras, con casas abandonadas transformadas en templos. Los desprotegidos, los más desprotegidos, los más chicos, víctimas otra vez. Y en el barrio, donde la justicia formal no existe, donde la justicia divina se mostró como cómplice, la justicia salvaje intenta saldar cuentas.

En otro lugar de la periferia funciona una zona roja. Hace días mataron a un hombre de un tiro en el pecho, las únicas testigos fueron las mujeres trans que trabajan en el lugar y no pasó nada. Las mujeres trans que han denunciado más de una vez que las golpean y roban. Y no pasó nada. Las mujeres trans que han denunciando más de una vez que los policías se aprovechan de ellas, que los policías les quitan plata, que los policías las maltratan. Y nada.

No pasa nada, porque la historia se repite y ya fueron elegidos los perdedores: los que pierden son los que están en la periferia, pierden los chicos, pierden las trans, pierden los trabajadores del puerto, pierden los pibes a los que la policía para por portación de cara, pierden los que van a tener que vender un riñón para pagar el colectivo de todos los días cuando aumente, pierden los que están afuera.

Esta historia ya nos la contaron, ya la sabemos, cambiaron los nombres personales, pero los sujetos son los mismos y ya perdieron, otra vez.

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30/03/2016