Mar del Plata eclipsada
Resumen de la semana | QUÉ, en la radio
El eclipse lunar que cautivó al mundo se escondió detrás de las nubes en Mar del Plata. Por desgracia o fortuna, el fenómeno que desilusionó a los que tenían ganas de verlo en el cielo terminó mostrándose con claridad, sin telescopio y al alcance de la calle toda la semana.
La luna manchada de sangre amagó con asomarse pero a último momento decretó otra vez paro porque no la llamaron a negociar en paritarias.
Mar del Plata se pasó la semana eclipsada. Se despertó el domingo con una mujer en situación de calle que murió de frío y de exclusión frente a un museo en el que se expone la obra de un artista que piensa que “los argentinos prefieren morir de frío antes que trabajar”.
No fue la luna sino la Ruta 88 la que se tiñó de sangre el martes con otro choque que dejó no una sino dos muertes más al volante en el peligroso camino.
En la misma semana a Mar del Plata se le eclipsó el suministro de GNC por el frío y también la obra de refulado en Playa Grande que le habían prometido.
No fue la mitad del satélite natural de la Tierra lo que se vio en la costa marplatense sino las medialunas que a voluntad venden los eclipsados trabajadores de la Boston desde hace 60 días, casi tantos como los telegramas de despido que recibieron.
A Mar del Plata no le hizo falta mirar el cielo para encontrar un eclipse en la semana en la que al menos siete mujeres escracharon a un periodista y dirigente por hechos de acoso y abuso sexual, fenómeno que con distintos matices se repite con mucha más frecuencia que el enrojecimiento de la luna.
En la misma semana la ciudad quedó eclipsada con el anuncio y el decreto presidencial que autoriza a las Fuerzas Armadas a ser parte de la seguridad interior del país. Sin luna, estrella ni satélite que importe para quienes hace 40 años levantan consigna “Nunca más”, miles salieron a marchar pese al cielo nublado y el frío.
Al final de cuentas, lo más cerca que Mar del Plata estuvo de ver algo diferente en el cielo fue el caso de una vecina que filmó a un supuesto OVNI en su barrio para interrumpir la calma en estas vacaciones de invierno de tibio movimiento turístico.
Mar del Plata vive eclipsada y todavía no sabe si vuelve el lunes a clases. Mientras tanto, espera la boleta de gas más cara de su fase lunar, mira sin asombro cómo vuelven a privatizar su maratón y come caro, mal, parada y apretada en un pasillo de la feria de las colectividades en una carpa que hace años está tan eclipsada como fuera de órbita.
