Caso Saurel: “Caldas lo enterró y le vació una bolsa de cal”
En la primera jornada del juicio por el secuestro y la muerte del joven, Ayelén Martínez, quien era su pareja, declaró durante varias horas y sumó un nuevo lugar donde podría estar el cuerpo, hasta hoy desaparecido. Las defensas buscarán la absolución.
Con una declaración de su pareja que se extendió por algunas horas, se inició este miércoles ante el Tribunal Oral N°4 el juicio por el secuestro y el asesinato de Nicolás Saurel ocurrido en febrero del 2014 por el que están imputados Germán Caldas y Darío Repetto por “secuestro extorsivo seguido de muerte” y Juan Bazán por “encubrimiento agravado”. “Caldas lo enterró y le vacío una bolsa de cal”, acusó Ayelén Martínez respecto al desenlace que al día de hoy tiene al cuerpo de la víctima desaparecido, y declaró por primera vez que de acuerdo a versiones que le llegaron Caldas habría reconocido en el Penal de Batán dónde se encuentran los restos.
En el inicio de esta primera jornada el fiscal Eduardo Amavet, que en el debate es acompañado por su par Paulo Cubas, presentó su lineamiento al trazar dos hechos: el secuestro y posterior muerte de Saurel por el cual se les imputa a Caldas y Repetto el delito de secuestro extorsivo seguido de muerte -que incluye violencia física, su ocultamiento en el Bosque Peralta Ramos y el pedido de un pago de $4 mil a su pareja-, que prevé una pena de prisión perpetua, y el de encubrimiento agravado que pesa sobre Bazán.
A su turno, el abogado Sergio Fernández que representa a Caldas adelantó que discutirán todos los planteos de la fiscalía ya que aseguró que durante la etapa investigativa no se probó que se haya ejercido física, el ocultamiento ni el pedido de rescate. Por su parte, Patricia Perelló, por Repetto, coincidió en que se discutirá la materialidad delictiva y la participación de su defendido a partir de la “falta de pruebas” por lo que apuntará a lograr la absolución. Mariano Ayeza, en tanto, abogado de Bazán, adherirá a la discusión de los planteos de la fiscalía y de manera subsidiaria adelantó que solicitará el mínimo legal de pena para su defendido.
Luego de un planteo de nulidad sobre la participación de cinco testigos por parte de Perelló, la primera en declarar, tal como estaba previsto, fue la pareja de Nicolás, Ayelén Martínez. Durante unas horas contó toda su historia con la víctima, repasó en detalle la manera en que se enteró de los hechos y respondió planteos vehementes de las defensas que le marcaron supuestas contradicciones respecto de anteriores declaraciones en el marco de la investigación.
Ayelén contó que la relación entre Caldas y Nicolás -que llegó a vivir a la ciudad en 2006 desde Las Flores- era de amistad además de que el ahora acusado era su patrón ya que le había ofrecido un puesto de peón de albañil en algunas obras que realizaba. Asimismo, sostuvo que lo conoció luego de que se lo presentaran como vendedor de marihuana.
El hecho investigado se inició el viernes 31 de enero de 2014 cuando Nicolás acudió a un negocio en San Martín al 3000, donde desarrollaba junto a Caldas tareas de albañilería. Ayelén sostiene que el único que tenía llave de ese local era Caldas. El presunto desencadenante del secuestro del lunes siguiente habría sido el robo de un dinero –que rondaría los $3000- en ese negocio. Caldas aseguraba que lo tenía Nicolás y hay imágenes de la cámara de seguridad del negocio que muestran al joven tomarlo.
Sobre el hecho, Ayelén contó cómo se empezó a enterar el lunes siguiente cuando Caldas la llamó tres veces, una de ellas con Nicolás al teléfono pidiéndole que consiga el dinero así lo dejaban irse en medio de golpes que recibía adentro de un auto. Antes de eso, según sostuvo, Nicolás le había dicho que “Caldas estaba alterado porque le debía plata a quien le proveía droga” y que tenía “conductas agresivas” como perseguir en la calle y encerrar a un automovilista que había rozado a un perro. “Le asustaban algunos episodios”, señaló.
Sobre el tramo final de su declaración ante las preguntas de los fiscales -y antes de ser consultada por los defensores- Ayelén relató un episodio que hasta el momento no figuraba en la causa y lo cual derivó en un pedido de agregar nuevas pruebas al proceso. Es que sostuvo que alguien a quien prefirió no exponer con su identidad le contó desde adentro del Penal de Batán que allí meses atrás Caldas reconoció haber matado a Nicolás y haberlo “enterrado en su casa”. “Cuando digo mi casa hablo de la casa de la madre”, señaló la testigo y puntualizó la dirección sobre la cual dijo que durante la investigación no tuvo conocimiento de que haya sido allanada.
“Caldas lo enterró y lo quemó, le vacío una bolsa de cal”, dijo, entre lágrimas, Ayelén, y volvió a remarcar que lo que busca junto a la madre de la víctima es poder recuperar el cuerpo “más de allá de si le dan cuarenta años, cinco o dos meses de prisión” a los acusados.
Tras ello, Amavet le consultó si la persona que le dio la información de la supuesta confesión estaría apta para declarar para lo cual Ayelén señaló que le informaría su identidad en reserva para preservar su integridad. A partir de esta situación, los fiscales pedirán la incorporación de nuevas pruebas al proceso que irán en el sentido del testimonio, lo cual previamente deberá contar con el aval de las partes y el visto bueno del Tribunal.
