La Cueva: 30 años de silencio tras haber sido abusada y torturada
Una amiga de la víctima, quien también estuvo secuestrada algunas semanas, declaró en el juicio que se lleva adelante en la ciudad. “Creyó tanto en las amenazas que no pudo hablar con nadie”, relató.
El terror, pasados los años, después de ser brutalmente torturada y abusada en medio de un secuestro que se extendió por ocho días en el centro clandestino de detención La Cueva, uno de los cinco que funcionó en la ciudad durante la última dictadura cívico militar. Este es uno de los 272 hechos que se ventilan en el juicio por delitos de lesa humanidad que se lleva adelante en el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata. La víctima no pudo declarar ante los jueces, por no estar en condiciones, y una amiga que también estuvo en cautiverio contó el dolor que le significó haber sido abusada por sus captores. “Durante 30 años mi amiga no habló, por eso hoy no está acá, porque su cuerpo le está pasando factura”, expresó.
N. fue secuestrada a las seis de la mañana del 16 de febrero de 1977. Fue abordada en la zona de Mitre entre Belgrano y Moreno por cuatro personas que inmediatamente le taparon los ojos y la boca y la subieron por la fuerza a un auto, donde tras golpearla e insultarla la trasladaron a La Cueva, el centro clandestino de detención que funcionó en el viejo radar de la Base Aérea de la ciudad.
La víctima no pudo declarar en el juicio por su estado de salud y psicológico, y quien sí lo hizo fue una amiga, que también estuvo en cautiverio durante algunas semanas y fue liberada junto a N. el 25 de febrero de ese mismo año luego de haber sido trasladadas en un camión hasta el camino de ingreso a Laguna de los Padres.
El proceso de tortura por el que atravesó N. fue permanente, desde su llegada a La Cueva. De acuerdo a la acusación del Ministerio Público Fiscal en base a los datos recolectados a lo largo de la investigación, sus captores le dijeron “Te vamos a meter en la parrilla”, tras lo cual fue atada de sus extremidades al elástico de una cama, le vendaron los ojos y le taparon la boca, para luego sométela a una intensa sesión de torturas a través de la aplicación de picana eléctrica en diferentes partes en su cuerpo, al mismo tiempo que le arrojaban agua, la abusaban sexualmente y la interrogaban para que aportara datos de otras personas.
“Ella siempre insiste en que (cuando estaba detenida) escuchaba muchos aviones”, señaló su amiga, al responder sobre si sabía dónde había estado en cautiverio N. Y expresó, compungida: “Durante 30 años mi amiga no habló, por eso hoy no está acá, porque su cuerpo le está pasando factura”.
Al ser consultada por una de las querellas, contó: “Uno de los factores por los que N. no se recupera es porque fue violada durante su secuestro. Durante 30 años yo estaba segura de que había sido violada aunque ella no me lo había dicho. Y durante 30 años no se lo pudo decir a nadie porque la habían amenazado de tal modo y ella creyó tanto en esa amenaza que no pudo hablar con nadie”.
A los pocos días de haber llegado a La Cueva y luego de haber sido golpeada, insultada y amenazada tras las sesiones de tortura, una persona se acercó al lugar donde N. permanecía alojada y le dijo que “se habían equivocado” y que sería dejada en libertad. Inmediatamente, le aplicaron una inyección. Así, fue colocada adentro de una bolsa de arpillera y traslada en un camión hasta un camino de ingreso a Laguna de los Padres donde sería liberada la mañana siguiente junto a su amiga.
EL JUICIO
El juicio se desarrolla desde fines de abril en el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, compuesto por los jueces Roberto Falcone, Mario Portela y Alfredo Ruiz Paz. Son 43 los imputados por delitos de lesa humanidad cometidos dentro de la Subzona 15 y en los centros clandestinos de detención “La Cueva” y Base Naval. En el proceso se ventilan 272 hechos, de los cuales 133 víctimas se encuentran en calidad de desaparecidas, de 28 de ellas fueron encontrados sus cuerpos y 111 fueron liberadas en su momento luego de la detención ilegal.
