Jueves 28 de marzo | Mar del Plata
20/08/2015

Trata de personas: quedó preso en el juicio por amenazar a una coimputada

Se trata de un caso que data del 2013 y en el que dos hermanas fueron llevadas de Florencio Varela a Pinamar para prostituirlas. En la primera jornada prestaron declaración las víctimas y dos de los imputados.

Trata de personas: quedó preso en el juicio por amenazar a una coimputada
(Foto: Prensa Fiscalía Federal)

Un nuevo juicio por trata de personas comenzó este jueves en Mar del Plata. Los dos principales imputados -padre e hijo- deberán responder por la captación, el traslado y la explotación sexual de dos hermanas de 15 y 16 años, que fueron engañadas en Florencio Varela con falsas propuestas de trabajo; y la captación y traslado de una tercera víctima, cuya explotación no llegó a consumarse. En este tercer caso, habría intervenido la tercera acusada, quien se declaró también víctima en la audiencia inicial.

Sobre el final de la jornada, el Ministerio Público Fiscal –representado por el fiscal de Distrito Daniel Adler y el fiscal de Dolores Orlando Giménez – solicitó la detención de Matías Aguirre, hijo de Alejandro Aguirre, quien ya se encuentra privado de su libertad.

El Tribunal, integrado por los jueces Mario Portela, Roberto Falcone y Néstor Parra, se hizo eco del pedido y ordenó revocar la eximición de prisión por entender que estaba en riesgo el normal desarrollo del proceso, de acuerdo a presuntas amenazas que habría propinado días atrás a la tercera imputada. “Ojo con lo que va a declarar tu piba”, le habría dicho a su padre.

A través de un sistema de videoconferencia, prestó declaración una de las hermanas que resultó víctima. A.S. tenía al momento de los hechos 16 años, y relató que fue Alejandro Aguirre quien le ofreció trabajo en un puesto de la playa, a quien contactó a través de un vecino.

Como eran menores, relató que Aguirre le dijo que necesitaría la autorización de un mayor, y la abuela de palabra validó el viaje. Al día siguiente, las pasó a buscar a bordo de su auto, y en el trayecto entre Florencio Varela y Pinamar, les preguntó cómo vivían –en una situación de total vulnerabilidad-, por sus padres –ambos fallecidos-, y sus edades. “Ahí nos dice que como éramos menores nos cambiemos nombres y edades”, apuntó.

Cuando llegaron a la ciudad balnearia fueron a la casa de Aguirre, donde las presentó con su mujer con los nombres que les había inventado en el viaje. Ahí les dijo que tendrían que buscar trabajo, lo que resultó raro para A.S., dado que se suponía que irían a puestos de playa que Aguirre dijo tener. Durante algunos días, siempre según su testimonio, repartieron volantes, una de ellas lavó autos y la otra cuidó niños. “Alejandro Aguirre nos dijo que podíamos ganar más plata si nos prostituíamos”, señaló y dijo que él mismo las llevaba a casas para mantener relaciones sexuales a cambio de dinero –que ellas no recibían- mientras él esperaba afuera.

Su hermana no pudo declarar dada la situación de estrés que viene atravesando y sí lo hizo la tercera víctima, C.I.M., también por videoconferencia. Ella relató que conoció a la imputada en el Plan Fines, donde juntas estudiaban para terminar el secundario. Ese verano de 2013 dijo que la fue a buscar a su casa y ofrecerle trabajo en Pinamar, que habría conseguido a través de Aguirre. Al llegar, tomó conocimiento de que en realidad iba a ser prostituida. Estuvo sólo un día porque se negó. “Me mandaron a mi casa porque me decían que yo no sirvo para eso”, dijo ella.

EL TESTIMONIO DE DOS IMPUTADOS

Alejandro Aguirre, apodado el “Japo”, pidió declarar y hasta respondió preguntas. Comenzó diciendo que era “la víctima de todo esto”. Dijo que cuando le presentaron a las chicas -a través de un vecino de ellas- les preguntó cuántos años tenían y que le respondieron 18 y 19. Se ocupó de aclarar en dos oportunidades que creía que no eran menores.

Luego de contar su militancia en el Frente para la Victoria, sostuvo: “Todo esto es por lo que yo hice políticamente en Pinamar, me había acercado al intendente para hacer la Secretaría de Derechos Humanos”. “A estas chicas las han usado políticamente con todo esto que inventaron”, sumó más adelante y mencionó: “Me han cortado las piernas”.

Por su parte, la imputada dijo que Aguirre estuvo en Buenos Aires el día que cumplía años su hermana (7 de enero de 2013), y a través de una amiga que había trabajado en su casa, lo conoció. Esa noche las invitó a cenar a Puerto Madero y allí les ofreció trabajo en la Municipalidad o como empleadas domésticas. Luego contó que como una de sus amigas no podía y su hermana tampoco, le preguntó si tenía alguna amiga que necesitaba para limpiar y pensó en C.I.M. Ella quería ir porque necesitaba plata para comprar útiles a su hija.

Según su relato, las esperaban padre e hijos en la terminal y las llevaron al departamento donde dormían. Al llegar, cerraron la puerta y les dijeron que estaban allí para prostituirse. Además, contó que le quitaron su celular. Allí dijo que fue golpeada y amenazada constantemente. Y si bien la explotación sexual no llegó a concretarse, la ofrecían en la playa a posibles prostituyentes. “Yo fui una víctima más”, aseguró.

Sólo estuvo en Pinamar tres días y al volver a Florencio Varela la esperaba un hombre en la terminal, quien la amenazó con tirotearle la casa. Un mes después relató que Matías Aguirre fue hasta su vivienda y la llevó bajo amenazas a declarar a Dolores. “Me hicieron decir que Carolina me había engañado, porque sino iban a violar y matar a mi hija. Yo tenía mucho miedo, por eso fui”, sostuvo.

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20/08/2015