Viernes 29 de marzo | Mar del Plata
10/12/2016

Un año de Arroyo: renuncias, crisis y conflictos

Un repaso mes a mes por los primeros 365 días del intendente de Cambiemos en el cargo. Las permanentes bajas en su gabinete, frases polémicas y reiterados conflictos, algunas de las claves.

Para el gobierno de Carlos Arroyo, el que se cumple fue un año de “transición”. Prometen que a partir de ahora las cosas empezarán a mejorar. Pero para que eso ocurra la gestión deberá reponerse de permanentes bajas –algunas con escándalo incluido- en un gabinete que quedó expuesto por su deficiente conformación, de frases polémicas y controvertidas del propio intendente y de repetidos conflictos que se dieron, en parte, por una fuerte crisis económica y, por otro lado, por una crisis política que dominó al Municipio durante el primer año de mandato.

Un repaso por doce meses intensos en la vida política, económica y social de Mar del Plata.

DICIEMBRE 

El mandato de Arroyo empezó entre conflictos heredados: municipales de paro por falta de pago y guardavidas advirtiendo con seguir el mismo camino. En el medio, aquel 10 de diciembre Arroyo prometía “un gobierno de consenso” y resolver “problemas de orden”.

Ese mismo día, Arroyo presentó su misterioso gabinete. “Es una respuesta a los que decían que no teníamos equipos”, desafió, aunque con el correr de los meses la frase perdería validez.

De movida el gobierno anunció que la Municipalidad fue heredada con $743 millones de déficit y $636 millones de deuda. Por eso, se presentó ante la Justicia para acusar a Gustavo Pulti por presunta malversación de fondos.

El primer golpe llegó rápido. El jueves 17 se concretó la primera baja en el gabinete: Julio Razona y su equipo renunciaron a la Secretaría de Seguridad, que hasta hoy se mantiene acéfala.

Con el correr de los días en el poder, Arroyo demostró que no está hecho para medir consecuencias a la hora de brindar su parecer, y cargó contra la decisión del gobierno nacional de establecer el inicio de clases en febrero. “Es una burrada”, dijo y eso le trajo más de un reproche.

ENERO

Para mediados de enero, el intendente pidió declarar por 180 días la emergencia de la Municipalidad en materia económica, financiera, administrativa, educativa, social y en seguridad. Algunas semanas después, el Concejo la convalidó.

FEBRERO

El tercer mes de gestión llegó con la segunda salida de un funcionario. Arroyo le pidió la renuncia al presidente del Ente de Vialidad, Miguel Ángel Guzmán, en medio de una polémica desatada con el funcionario por un viaje a San Luis en un auto oficial que no fue informado y que terminó con el vehículo volcado en un accidente.

MARZO

Pero como si aquel escándalo no fuera suficiente, en marzo estalló una bomba. Emiliano Giri fue detenido en el marco de una investigación por contratos truchos en un astillero provincial, de la que meses después sería sobreseído. A las horas de la detención, se concretó la renuncia.

Para fines de marzo Arroyo se ocupó de un anuncio trascendente: presentó junto a agrupaciones estudiantiles el reclamado proyecto de Boleto Universitario Gratuito. Sin embargo, no tuvo avances deliberativos en todo el año.

Mientras tanto, la catarata de renuncias continuaría. Para fines de marzo quedaron fuera del gobierno el secretario de Cultura, Sebastián Puglisi,  el director del CEMA, Julio Tuseddo,  y el secretario de Desarrollo Productivo, Héctor Toty Flores, que había sido presentado como la estrella y pieza clave del gabinete.

ABRIL

“Estos cuatro meses me parecen siglos” y “cometí errores e hice lo que tenía que hacer” fueron algunas de las frases centrales del intendente en la apertura de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante.

Pero días más tarde una nueva polémica estaba en puerta: tras diversas reuniones en la Provincia y Capital Federal,  el intendente anunció que el PRO enviaría un funcionario para encargarse de “coordinar el trabajo de todas las secretarias”.

Las críticas no se hicieron esperar, y para aplacarlas el gobierno anunció una semana después que el coordinador de la gestión finalmente sería el secretario de Salud, Gustavo Blanco. Lo más insólito es que sólo algunas semanas después llegó a la ciudad sin presentación oficial un enviado del PRO para seguir de cerca al gobierno de Arroyo, Agustín Cinto.

MAYO

Hacia mayo el gabinete siguió con salidas, y ahora, en medio de la crisis económica, fue el turno de José Cano. Mientras tanto, la oposición en conjunto pedía la renuncia de la secretaria de Educación, Ana María Crovetto.  Entonces, Arroyo dijo basta y pidió “que lo dejen gobernar en paz”.

JUNIO

Pero los frentes de conflicto siguieron abriéndose: el Consejo Local de la Niñez presentó un amparo por la reducción de talleres y cursos educativos y culturales en los barrios.

Por otro lado, y por iniciativa del gobierno, el Concejo aprobó por unanimidad la emergencia en violencia de género. Meses después, se multiplican los reclamos por la falta de cumplimiento.

JULIO

El octavo mes de mandato empezó con una pintada amenazante en la casa del intendente: “Hay balas apuntando a tu casa”. Mientras tanto, y ante la crisis económica, Arroyo decidió congelar horas extras y nuevas designaciones

Entre las frases más polémicas del intendente en estos doce meses hay una que sobresale. “Queremos que el vecino vuelva a ser feliz como hace 40 años”, dijo mientras  anunciaba la llegada a la ciudad de fuerzas federales y no tenía en cuenta que hace 40 años la dictadura y el terrorismo de Estado hacían estragos en la sociedad.

AGOSTO

Agosto lo dejó a Arroyo sin otro hombre: en medio de otro escándalo, Eduardo Abud fue desplazado del Ente de Obras y Servicios Urbanos (Enosur) junto a otros funcionarios del área

SEPTIEMBRE

El mes de la primavera acrecentó el conflicto latente entre los trabajadores municipales que ante el pago desdoblado de los sueldos realizaron un histórico paro de ocho días. En el medio, sin informarlo oficialmente, Arroyo desplazó a Mario Marchioli del Ente de Turismo, y a las pocas horas nombró a Gabriela Magnoler al frente del ente. Superado el paro, Arroyo firmó un decreto en el que redujo un 10% el sueldo de los funcionarios.

Y como si otro frente de conflicto y críticas fuera posible, repentinamente anunció su intención de que policías de civil detengan a quienes tiren basura en la calle. Le siguió una catarata de críticas y advertencias sobre la ilegalidad de la medida. Por otro lado, intimó al Circo La Audacia para desalojar la Plaza España.

OCTUBRE

Cuando a mediados de octubre el país se horrorizaba por el crimen de Lucia Pérez, Arroyo tuvo que salir a desvincular a un funcionario del área de Seguridad: el abogado Cristian Prada, quien había asumido inicialmente  la defensa de uno de los acusados, Juan Pablo Offidani.

Pasados algunos meses de su salida del gabinete, Cano volvió a dar el portazo y esta vez abandonó el bloque oficialista por lo que el gobierno perdió la mayoría automática

Y las salidas, seguían: un viernes pasadas las 23 el gobierno informó por Twitter que Cinto –a seis meses de su llegada- dejaba su cargo para volver a Capital Federal.

“La gestión es atacada y acosada”, acusó Arroyo y sostuvo que “cuando se habla de falta de gestión se miente”

NOVIEMBRE

Mientras las marchas bajo la consigna #NiUnaMenos volvieron a tomar impulso, Arroyo quedó envuelto en otra polémica: lo acusaron de haber dicho en un acto escolar que eran una “moda” campañas como la de igualdad de género. Al mismo tiempo, la mamá de Lucía denunció al secretario de Gobierno, Alejandro Vicente, por maltratarla.

Por otro lado, se produjo otra salida en el gabinete: Adrián Coali de Inspección General. Y mientras los municipales entraban en un nuevo conflicto por la falta de acuerdo paritario, se conocieron los datos que aseguraron que creció el desempleo en Mar del Plata y volvió a ser la ciudad con mayor índice del país.

DICIEMBRE

“Me quedan todavía tres años y después otros cuatro”. Ante tanto escenario de conflicto, Arroyo decidió abrir su segundo año de gobierno con el mensaje de que irá en busca de un segundo mandato.

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10/12/2016