Jueves 18 de abril | Mar del Plata
06/07/2015

Gógol, el padre de la bestia

Nikolái Vasílievich Gógol (1809-1852) fue referencia para escritores de la talla de Dostoievski, Tolstoi y Turguéniev. Acusado de eslavófilo, murió solo y loco.

 

QUIÉNGogol BLOG (2)

Transpira. El calor del fuego ilumina el rostro desencajado. Grita y con ambas manos se golpea el rostro. La hoguera, montada en la chimenea, destruye papel y tinta. Nikolái Gógol, según el testimonio de sus allegados, enloqueció. Todo lo que no sean sagradas escrituras no sirve. Reniega de su propia obra. Hace un bollo y lo arroja al fuego. Parte de la obra del genio se hace cenizas.

Abandonó el pueblo natal ucraniano para comenzar una carrera burocrática en la Rusia zarista. San Persburgo (llamada posteriormente Petrogrado y Leningrado) es el centro del imperio, y allí se dirige. En la capital hay empleo, vida cultural y los personajes más destacados. Traba amistad con el escritor del momento, Pushkin, quien ejercerá una gran influencia en el joven Gógol.

Vivió durante largos períodos en Europa occidental. Allí disfrutó del comer y del arte, mas no encontró un alivio a sus crecientes dilemas morales. Una peregrinación a Jerusalem lo aferró aún más a su catolicismo ortodoxo. Su mayor obra, Las almas muertas, es una crítica al sistema zarista y una burla a la burocracia enquistada en la administración. Gógol revé su postura y considera que debe enmendar el agravio. Emprende una segunda y una tercera parte de la novela, reconsiderando sus denuncias. Una vuelta del Martín Fierro que dejó cimentadas las normas morales religiosas del alma eslava.

Sumido en la empresa de rectificar su cosmovisión, pasó sus últimos cuatro años de vida en Moscú. El deterioro físico se pronunció y la salud mental se debilitó. En marzo de 1852, finalmente, se termina la lucha contra sí mismo.

POR QUÉ                                                    

Gogol BLOG (1)La literatura rusa del siglo XIX —diversa, dispersa— supone un eslabón destacadísimo dentro del contexto europeo. Al romanticismo, naturalismo y realismo, se le agrega el tono local ruso. La novela con un narrador omnisciente, moralista y castrador, adquiere matices enriquecedores. Y Nikolái Gógol, es el primer novelista (Pushkin era la referencia desde la poesía) de una laureada lista. Dostoievski, Tolstoi, Turguéniev y Gorki, un poco después, son herederos del ucraniano. El autor de Crimen y castigo se reconocía como hijo de El capote, novela corta de Gógol.

Los personajes de Gógol son miserables, corruptos e hipócritas, que persiguen el beneficio personal sin escrúpulos. El “héroe” de Las almas muertas busca rédito económico comprando empleados muertos para venderlos como vivos. Los “héroes” de El inspector son un funcionario público que intenta sobornar a un inspector, y el que creen inspector y se aprovecha del equívoco.

El aire fresco —con humor y crítica social— que aportó a las letras eslavas dio un puntapié inicial que perduró hasta el siglo siguiente. El prestigio del que presumen los escritores rusos se lo deben, en parte, al ucraniano —mentalmente débil y moralmente confundido.

 POR DÓNDE

Escribió y publicó novelas, relatos y obras de teatro. Taras Bulba (“el Martín Fierro ucraniano”), los cuentos de humor y su gran novela, Las almas muertas, conforman las piezas más destacadas de una obra copiosa, de un escritor contradictorio.

El inspector (1836) Obra de teatro satírica que desnuda la corrupción de la administración pública zarista. El humor, característico en la obra de Gógol, es un factor fundamental en la estructuración del texto.

El capote (1842) Esta novela corta es una verdadera obra maestra. Cuenta la historia de un funcionario pobre y mediocre, que escapa, por propia voluntad, del ascenso laboral. Un abrigo es el disparador semiótico que desnuda las diferencias sociales que sufrían los rusos antes de la revolución del diecisiete.

06/07/2015