Así se llevaron a Etchecolatz del Bosque
El genocida dejó su casa de Mar del Plata en un móvil del Servicio Penitenciario en el marco de un importante operativo. Los vecinos le cantaron: “Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”.
“Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”. A las seis de la mañana de este sábado el canto se escuchó en la puerta de la casa de Miguel Etchecolatz, en el momento en que el genocida era trasladado en una camioneta del Servicio Penitenciario Federal. Quienes cantaban eran los vecinos del Bosque Peralta Ramos, que se mantuvieron en una vigilia desde que se conoció la resolución de la Cámara de Casación y quienes impulsaron a lo largo de estos dos meses y medio diversas acciones de protestas y judiciales para lograr que el represor deje el barrio y vuelva a la cárcel.
A las 6.10 se abrió el portón de la casa de Etchecolarz en el marco de un importante despliegue de seguridad con integrantes de diversas fuerzas de seguridad: Servicio Penitenciario Federal (SPF), el Grupo Especial de Intervención, Prefectura Naval Argentina y la Policía Bonaerense.
Y con Etchecolatz ya adentro de una de las camionetas del SPF -con chaleco y casco-, comenzó la marcha lenta de los móviles y el canto de los vecinos, que esperaron el momento desde la tarde del viernes cuando se conoció la resolución de la Cámara de Casación que revocó la prisión domiciliaria que el genocida cumplió en el Bosque desde fines de diciembre.
“Asesino”, fue uno de los gritos que escuchó Etchecolatz desde la camioneta y luego el canto: “Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”.
Luego de la retirada, los vecinos desconcentraron y guardaron la bandera que encabezó las movilizaciones y que durante toda la noche del viernes permaneció frente a la casa del genocida, para que fuera lo primero que viera y que dice “La única casa para un genocida es la cárcel”.
