Bomberos en acción: la vocación detrás de las llamas
En Mar del Plata, unos 110 hombres y mujeres arriesgan sus vidas para apagar incendios, las 24 horas del día, los 365 días del año. La realidad en los cuarteles, el sacrificio familiar y las historias de una profesión que no conoce límites.
Son los que entran cuando todos salen, los que caminan cuando todos corren y los que con el mismo compromiso y sin titubear rescatan a un gato atrapado en la copa de un árbol –sí, eso todavía pasa en el siglo XXI-, pero también apagan y enfrían durante horas un incendio de magnitudes cinematográficas.
En Mar del Plata, el equipo de Bomberos cuenta con unos de 110 hombres y mujeres, distribuidos en nueve cuarteles: Camet, Caisamar, Aeropuerto, Monolito, Batán, Central, Puerto, San Patricio y Chapadmalal. Trabajan las 24 horas del día, los 365 días del año, y tienen una fuerte vocación de servicio, que los lleva a correr numerosos riesgos.
En la ciudad, el promedio de intervenciones de Bomberos es de entre 10 y 12 salidas por día y alrededor de 3500 por año, aunque “todo depende de las condiciones climáticas”. “Si hay sequía, hemos tenido hasta cien incendios en un día y en el verano siempre hay más episodios”, graficó Alberto Gabba, a cargo de Bomberos Mar del Plata, dependiente del Ministerio de Seguridad bonaerense.
Para Gabba, la de Bomberos es “una gran familia”. Es que, quienes se desempeñan en la fuerza cumplen 24 horas de guardia en el cuartel, atentos a los llamados al 911 y al 100 para la intervención que sea. “El sistema es de 24 horas de servicio (guardia) por 48 horas de franco, aunque en esas 48 horas puede haber recargo de acuerdo al servicio o siniestro”, precisó.
Justamente, la presencia constante en los cuarteles es el condimento que hace que los bomberos de la ciudad trabajen de manera efectiva, con una sincronía que no necesita de palabras a la hora de actuar. Además, es una de las cosas que los diferencia de Bomberos Voluntarios, ya que ellos no realizan guardias fijas; entonces, en Mar del Plata, ante un llamado de emergencia los efectivos logran salir en menos de diez minutos siempre.
“Hay guardias que hace quince años están juntos. El cuartel es nuestra segunda casa, casi hermanos somos; tenemos diferencias como todo el mundo, pero son 10 días al mes que los oficiales están acá, entonces con mirarse ya se entienden, en un siniestro casi ni se habla porque actúan en automático”, apuntó Gabba, sobre el trabajo en las calles.
INCENDIOS, PREVENCIÓN, PERICIAS Y ESTRUCTURA
Respecto a la clase de incendios, Mar del Plata presenta características amplias, debido a la extensión territorial. En ese marco, se pueden establecer siniestros accidentales o intencionales y urbanos y forestales, todos con características diferentes aunque estos últimos -según las fuentes consultadas- son los más peligrosos para los profesionales, debido a los condicionamientos climáticos y del entorno.
“Cada jurisdicción tiene distintos tipos de intervenciones, algunas forestales, otras urbanas como Central, Monolito, Puerto. Nosotros tenemos muchos incendios en altura, de departamentos y en edificios”, confió el representante de la fuerza, respecto a la diferencia entre los cuarteles ubicados en zonas urbanas y en zonas más bien rurales.
Sobre esto último, Gabba admitió que de todas formas “el rubro es muy amplio”. “Tenemos rescates de animales también”, dijo entre risas y recordó algunas anécdotas relacionadas en su mayoría con felinos atrapados en techos o árboles. “Acá no sucede, pero en mi anterior destino teníamos víboras e iguanas”, rememoró.
En cuanto a la estructura, Bomberos Mar del Plata depende de la Dirección de Bomberos, que a su vez es parte de la Superintendencia de Seguridad Siniestral- dentro del Ministerio de Seguridad- junto a las direcciones de Explosivos y de Prevención Ecológica y Sustancias Peligrosas.
“Acá en Mar del Plata están presentes las tres ramas y las dos especialidades que intervienen ante cuestiones específicas”, indicó el jefe de Bomberos, respecto a la organización interna de la fuerza. Y en ese sentido, especificó que existe la división de prevención, a cargo del trabajo orientado a evitar siniestros, y la de pericias, “que en muchas causas es auxiliar de la Justicia, porque ahí se determinan las causas y el origen de cada incendio”.
Quienes se desempeñan en Bomberos Mar del Plata tuvieron su formación en la Policía de la Provincia, donde se le brinda la capacitación básica a los aspirantes, y luego se los reubica en alguno de los 50 cuarteles distribuidos en la provincia de Buenos Aires. “Bomberos Buenos Aires es uno de los cuerpos oficiales más grandes de Argentina, con alrededor de 1200 hombres”, puntualizó Gabba, sobre la magnitud de la fuerza.
En ese sentido, y por fuera de lo que los aspirantes aprenden en la academia de policía, una vez ubicados en alguna dependencia comienza la parte más importante: la capacitación dentro de los cuarteles. “Ahí se nota esto de la familia, porque los bomberos con más experiencia les enseñan, los retan; hay una cosa de camaradería”, consideró el jefe de la fuerza, quien también aclaró que reciben capacitación constante por parte de autoridades de La Plata.
“De todos modos, la mayor parte de la formación se hace dentro del cuartel, en un orden cerrado y se trabaja a diario. Lo cierto es que el bombero está todo el día trabajando, reparando una unidad, preparando su equipo personal, o haciendo alguna práctica para mejorar”, apuntó.
RECURSOS, VOCACIÓN, CONTENCIÓN Y FAMILIA
En lo que hace a la presencia de autobombas, Mar del Plata cuenta con al menos una por cuartel -nueve en total-, aunque, por ejemplo, el Cuartel Central tiene tres y hay otras dependencias con dos cada una, por lo que el número puede variar, en especial a partir de la necesidad de reparaciones.
“Vamos rotando porque hay que hacer mantenimiento. Actualmente nos estamos preparando para el verano, que es cuando el autobomba no puede fallar, y para eso estamos haciendo un trabajo de prevención y preparación porque en la temporada estival se duplica la población en la ciudad; nos estamos reforzando”, aclaró Gabba, sobre la situación actual.
Por fuera de las cuestiones formales, para Gabba hay algo fundamental, que tiene que ver con la formación y al trabajo de todo bombero: el conocimiento, básico y necesario para que haya vocación. “Yo soy un convencido de que uno no puede tener vocación por algo que no conoce. Puede ser que haya gente que diga ‘quiero ser bombero’, pero en mi caso no conocía nada hasta que a los 22 años entré a la academia”, sostuvo.
Alberto Gabba, jefe de Bomberos Mar del Plata
Y en ese sentido, entendió que conocer esta profesión lo ha llevado a “defenderla y quererla, en situaciones felices e incómodas también”. “Con el transcurso de los años de trabajo uno empieza a tener la vocación, porque conoce y se siente identificado con la tarea y ahí es donde se arraiga”, afirmó sin dudarlo y consideró: “A Bomberos hay que quererlo, hay que aprender, hay tomar riesgos y conocer los límites…aunque en realidad no tenemos límites”.
De todas maneras, y más allá de esta especie de coraza que los bomberos logran colocarse para convivir con situaciones trágicas y extremas, después del trabajo en la calle siempre viene la peor parte. Es que, volver al cuartel y no pensar en las familias que perdieron todo, o que incluso perdieron a un ser querido, no es tarea sencilla.
“En el momento se vive con adrenalina, uno necesita esa situación; pero a la vuelta se comenta siempre lo que pasó. Ningún incendio es igual al otro, siempre aprendemos y acá se habla mucho, adentro del cuartel nos desahogamos, nos damos apoyo”, admitió el responsable del Cuartel Central, quien reparó en la fortaleza de sus hombres y en el reconocimiento de la gente.
“Los bomberos al tener tantas intervenciones –un bombero de Mar del Plata no debe tener menos de 50 o 60 salidas al año– como que forman una coraza, llegan a un punto en el que ven el incendio y actúan con tranquilidad; uno se acostumbra, no vas a ver nunca a un bombero gritando, por eso digo que la vocación se va acentuando y reforzando con los años”, dijo y destacó las palabras de cariño de la gente, una vez controlado el siniestro: “La gente agradece que le salvemos la casa, que le salvemos un animal, y nosotros nos sentimos realizados cuando recibimos las gracias; esa es la satisfacción diaria, sin búsqueda de un premio, lo hacemos porque nos gusta y eso se ve en la calle”.
Dentro de esta gran familia que es Bomberos, las compañeras y compañeros, los hijos y el entorno familiar también cumplen un rol fundamental, que tiene que ver con entender y acompañar la labor del profesional: “La familia apoya siempre el trabajo, nos conocieron así. Convivimos entre todos, hay hijos y nietos de bomberos que trabajan acá”.
Y como muestra de eso, Gabba ejemplificó esa camaradería al relatar lo que pasa en las fiestas, cuando las familias de los bomberos en guardia se acercan al cuartel y todos comparten las cenas de Navidad y Año Nuevo. “Nos ha pasado de salir a las 12 a incendios y la familia se queda sola, pero volvemos. A veces tenemos guardias tranquilas, otras no, pero ellos siempre apoyan. Son parte de la camaradería, acá todos conocemos a los hijos del otro, los cumpleaños, somos muy unidos”, subrayó.
Pese a que históricamente se ha asociado a los bomberos con los hombres, lo cierto es que son numerosas las mujeres que se desempeñan en la fuerza. “Hay muchas mujeres, tengo dos oficiales de servicio y hacen la tarea sin distinción de sexo; trabajan a la par y muchas veces los más viejos las cuidan, al igual que a las más jóvenes. Las mujeres hacen un muy buen trabajo”, reconoció Gabba, sobre el rol que cumplen en la ciudad. En cuanto a la salud de los efectivos, teniendo en cuenta que están expuestos a condiciones muy nocivas y a altas temperaturas, el responsable de la fuerza destacó la importancia de los equipos -lo básico lo provee el Estado, aunque cada efectivo adquiere elementos para mejorar su seguridad-, pero admitió que las principales dolencias son aquellas relacionadas con las vías respiratorias o el corazón. “El bombero sufre mucho en las vías respiratorias, es lo que más afectado puede llegar a tener, lo mismo lo cardiológico. Tenemos casos de cáncer de pulmón, porque es un trabajo insalubre; nos exponemos a condiciones que no son buenas para la salud, pero tenemos toda la cobertura con ART, seguros y obra social”, enumeró.
