Costa Brava: reclamar sin que nadie escuche
Los meses pasan y la realidad de 40 trabajadores es la misma: el empresario no paga las indemnizaciones acordadas ante el Ministerio de Trabajo. Mientras tanto, ninguna autoridad da respuestas. Volvieron a reclamar frente a la casa del responsable.
La historia es repetida, solo cambia el paso el tiempo. Hace nueve meses un grupo de trabajadores fue despedido de la empresa pesquera Costa Brava. De un día para el otro les llegó un telegrama y nunca más noticias. Entonces, algunos meses después decidieron tomar la planta y protestar frente a la casa de una de las dueñas. En el medio apareció un empresario que dijo hacerse cargo de la empresa y firmaron un acuerdo indemnizatorio. Pero ese acuerdo no se cumplió: cobraron solo una cuota. Entonces ese empresario dijo devolver la empresa a los titulares originales y todo sigue como siempre: los trabajadores manifestándose en la puerta de su casa a la espera de que les paguen lo que les deben.
Ese es el resumen de una historia que demuestra, una vez más, cómo nadie escucha a los trabajadores, en este caso a 43 que alcanzaron aquel acuerdo, y se quedaron en la calle. Es que el empresario Francisco “Chicho” Di Leva no le paga lo que corresponde a quienes fueron sus trabajadores, pero tampoco ninguna autoridad interviene para que eso se cumpla: el acuerdo fue firmado a instancias del Ministerio de Trabajo, aseguran los obreros, que dicen ni acercarse a preguntar porque “ya saben” lo que les van a responder.
“Se van a declarar incompetentes y nos van a decir que hagamos juicio, y no podemos cobrar recién cinco años después”, entiende Daniel, uno de los trabajadores.
La semana pasada los obreros decidieron volver a la puerta de la casa de Di Leva, ubicada en Corrientes y Formosa. Ya lo hicieron muchas veces y las respuestas no llegaron, pero dicen que es su única manera de mantener vigente su reclamo. En el barrio, los policías ya los conocen y saben que ante cada llamado de la casa de Di Leva son los trabajadores que reclaman de manera pacífica y que cuanto mucho prenden fuego unas gomas.
“Estamos cansados de escuchar mentiras, no lo queremos escuchar más, queremos que nos paguen lo que nos deben“, reclama Daniel. Este lunes la protesta frente a la casa de Di Leva arrancará después de las 14. Es que algunos de los trabajadores ya encontraron otros empleos, mientras siguen en la lucha.
