Viernes 19 de abril | Mar del Plata
04/02/2018

El Gobierno le quitó la pensión a Fermín: “La necesito para estudiar”

El joven no vidente y con una disminución auditiva cuyo caso trascendió en 2014 por ser discriminado por la UTN Mar del Plata, ahora le reclama a Mauricio Macri que le devuelva su pensión por discapacidad. La carta que le escribió al presidente.

El Gobierno le quitó la pensión a Fermín: “La necesito para estudiar”
(Fotos: archivo/QUÉ Digital)

Hace tres años QUÉ Digital hizo público el caso de Fermín Castañeiras, un joven no vidente y con problemas auditivos que fue discriminado por la Universidad Tecnológica Nacional de Mar del Plata debido a su discapacidad. Su situación llegó a una mediación en la Dirección de Derechos Humanos que dictaminó el “accionar discriminatorio” de la universidad. Hoy, Fermín sigue dando pelea por lograr sus sueños: volvió a empezar a estudiar en otra institución, pero hace unos meses el Gobierno nacional le quitó la ayuda económica que le otorgaba el Estado y por eso le está reclamando a Mauricio Macri que se la devuelva. El motivo por el cual le quitaron su pensión por discapacidad, de acuerdo con su familia, “no tiene sentido común”.

Fermín fue ciego toda su vida, pero recién en el 2011 logró que el Estado le otorgarla una pensión no contributiva debido a su discapacidad tanto visual como auditiva. Lo cierto es que no era mucho, pero sí era una ayuda. Un incentivo para él y su familia para poder estudiar, desarrollarse y sostener una vida sin lujos.

De un momento a otro la pensión desapareció. Fue a mediados del 2016, cuando en los primeros meses de la actual gestión de Gobierno ya se hablaba de la quita de pensiones de este tipo. Fermín se quedó sin esta ayuda desde entonces.

Patricia Foa, la mamá del joven, explicó en diálogo con QUÉ Digital lo que ocurrió: en 2014 junto a su marido sacaron un crédito para poder cambiar su auto. No por uno de alta gama sino un Renault Clio que les permitiera moverse para ir a trabajar, pasear y buscar a su hijo en el instituto donde estudia lejos de su casa, sin un colectivo directo y con un horario de cursada que finaliza entre las 22 y las 23.

“Fermín se maneja a muchos lados en colectivo, pero no a todos. Hay lugares donde no sabe llegar y más aún cuando tiene que tomarse más de un colectivo. En este caso sale de estudiar muy tarde en Bernardo de Irigoyen casi Juan B. Justo y nosotros vivimos lejos, pasando Constitución”, graficó su mamá en primer lugar.

El auto que con esfuerzo sacaron fue el motivo por el cual el gobierno le quitó la pensión a Fermín. Fue un error involuntario y sin ánimo de aprovecharse de nadie: ella puso el vehículo a nombre de su hijo desconociendo una normativa que busca evitar que personas saquen provecho de una situación similar. “Un auto es por ahora lo único de valor que sé que puedo dejarle”, dijo al respecto Patricia.

Equivocada o no, la normativa vigente contempla esta situación (el retiro de la pensión) al tener un auto relativamente nuevo. Fermín, al respecto, explicó: “Entiendo esta ley, en parte, ya que existe mucha gente que simula tener una discapacidad para sacar más beneficios, tal vez, de los que tiene. Pero no es justo, una persona que nació con ceguera debe pagar de todas maneras aquel abuso de otros, más aún cuando está estudiando, no disponen en su casa de tanto dinero”.

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Fermín tiene apenas 22 años y una vida llena de metas por lograr, aunque todo siempre parece costarle más. Sin embargo, está lejos de rendirse. Tras la frustrada experiencia para estudiar Tecnicatura en Programación en la UTN Mar del Plata, donde fue discriminado contra la cual los padres presentaron una denuncia por “discriminación” y “abandono de persona” que prosperó con dictamen favorable de la Dirección de Derechos Humanos, siguió su sueño y su habilidad para el manejo de computadoras y software, mundo que sigue estudiando en otro instituto y en una carrera diferente, de la cual ya completó a fines de 2017 sus primeros dos años de cursada.

La quita de la pensión no fue inmediata. “El auto lo compramos en 2014 pero la pensión se la sacó el gobierno de Macri a mediados del 2016”, lamentó Patricia, quien buscó por todos los medios gestionar la recuperación de la pensión. La respuesta que le dieron fue insólita.

La pensión no contributiva que cobraba Fermín se tramita en el Unzué, donde funciona el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. “Lo solución que me dieron es que cambie la titularidad del auto, para ‘engañar’ al sistema. Que lo ponga a nombre mío”, reconoció la mamá el joven no vidente.

El cambio de titularidad le costaba entre 15.000 y 20.000 pesos, pero claro está, el dinero no es el único problema. “La cuestión de fondo es que por más que pague eso nadie me garantiza que le devuelvan la pensión a Fermín y al mismo tiempo sería lo mismo, porque es el auto que usamos para ayudarlo a él, para movernos en familia; no tiene sentido común”, siguió Patricia, advirtiendo uno de los vacíos de la normativa vigente.

Desde mediados de 2016 la familia de Fermín viene agotando instancias para lograr la devolución de esta ayuda económica, que la última vez que la cobró ascendía a poco más de 3.000 pesos. Todo tipo de trámites, expedientes, asistentes sociales, consultas, pero nada cambió.

Un funcionario del gobierno muy cercano a la gobernadora María Eugenia Vidal se comunicó recientemente con la familia para ofrecerle ayuda y llegar a una solución, pero a pesar de las promesas, por ahora el joven marplatense sigue sin recuperar su pensión.

Hace poco, a Fermín, su mamá y su marido Pablo se les ocurrió una idea: compartir el reclamo a través de una petición en la plataforma Change.org dirigida al presidente Mauricio Macri y con el objetivo de reunir miles de firmas virtuales para recuperar la pensión que le gobierno le quitó. Casi 3.000 personas ya firmaron para darle su apoyo.

El texto de la petición lo escribió el propio Fermín en su computadora y dice lo siguiente:

Hola, estimado señor presidente.

Mi nombre es Fermín Castañeiras. Vivo en la ciudad de Mar del Plata. Soy ciego total de nacimiento y desde hace años cuento con una deficiencia auditiva. Tengo 22 años de edad.

Le escribo con el objetivo de reclamar la devolución de mi pensión. La tuve hasta el invierno del 2016. Me la suspendieron, puesto que en el año 2014 mi madre adquirió un auto, el cual puso a mi nombre, tras vender un vehículo anterior que ella poseía y además haberlo comprado con un crédito que tenía su marido, con quien también vivo. No sabíamos en ese tiempo que adquirir un vehículo y ponerlo a nombre de una persona con discapacidad se entendería como que dicha persona no padece ninguna discapacidad y se debe retirarle la pensión.

Entiendo esta ley, en parte, ya que existe mucha gente que simula tener una discapacidad para sacar más beneficios, tal vez, de los que tiene. Pero no es justo, una persona que nació con ceguera debe pagar de todas maneras aquel abuso de otros, más aún cuando está estudiando, no disponen en su casa de tanto dinero.

Hemos hecho desde entonces todos los trámites necesarios, hemos declarado, me presenté en todos los lugares que me tuve que presentar. Al final, el resultado hasta hoy, un año y medio después, es que no me devuelven la pensión, que además me corresponde.

He hecho trámites y trámites. En cambio, la única manera de recuperar la pensión es que mi madre pagara una suma de $20000 para volver a poner el vehículo a su nombre, dinero que desde luego no tiene.

El auto lo usamos para acompañarme ella a estudiar, hacer trámites y cosas importantes para mí, no por haber adquirido un lujo sin más. La universidad donde yo estudio se encuentra muy lejos de mi casa, de forma que por mi cuenta no puedo asistir.

Por eso mi madre adquirió el vehículo y por lo mismo yo ahora reclamo la pensión, siendo que estoy dependiendo de la plata de mi madre, que además es jubilada, y su marido, que son con quienes vivo. Sé que la pensión me corresponde. Me presenté y demostré con pelos y señales cómo soy realmente una persona con ceguera y deficiencia auditiva, para recibir la misma respuesta negativa hasta hoy. Exijo que se haga justicia.

Si luego de escribirle a usted, para finalmente recuperar la pensión debo realizar un último trámite, bien, puedo hacerlo, siempre que no deba pagar grandes sumas de dinero. La pensión es necesaria para mí, para estudiar entre otras cosas importantes, no para gastar en cosas innecesarias.

Un cordial saludo y de antemano le agradezco su atención.

 

Fermín Castañeiras

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04/02/2018