Fiestas electrónicas blindadas: ni drogas, ni chicle, ni agua
El viernes se realizó en Destino Arena una de las dos únicas fiestas electrónicas permitidas por el intendente Arroyo. En el operativo participaron más de 100 efectivos de la Policía Bonaerense, Federal y Local.
La primera de las dos fiestas electrónicas permitidas por el intendente Carlos Arroyo luego de su polémico decreto en el que “no las autoriza” se realizó el viernes a la noche en Destino Arena ante un impactante operativo de seguridad y control del que participaron cerca de 100 efectivos de las distintas fuerzas policiales, más de 30 personas del Municipio y decenas de personal privado.
Una de las condiciones que Arroyo les había impuesto a los empresarios para hacer la fiesta -además del pago entre Destino Arena y Mute de $280.000– era la de realizar un “operativo de seguridad especial“, con el fin de prevenir el consumo de drogas -principalmente sintéticas- dentro de la fiesta.
Este “operativo especial de seguridad” fue hiperbólico: con 90 policías de la Local y la Bonaerense, que envío efectivos de diferentes comisarías, de la Departamental, Narcotráfico con perros entrenados, policía Motorizada y de Drogas Ilícitas, que fue con un colectivo para llevar posibles detenidos. Además la Policía Federal llevó a cerca de diez agentes de la División Antidrogas de Mar del Plata.
Además, la Municipalidad utilizó a 32 personas para los controles entre personal de Defensa Civil y de Inspección General. A estos números se le suman las decenes de hombres y mujeres de seguridad privada que contrató Destino Arena para colaborar en el control.
El control fue exhaustivo para cada persona que quería entrar a la fiesta: los autos ingresaban de a uno y eran parados, les pedían a los conductores que apagaran el motor y a todos los ocupantes que bajaran. Revisaban el vehículo, baúl incluido, y a cada persona. Para el caso de quienes llegaban al lugar a pie, había un control para hombres y otro para mujeres en los que los palpaban y revisaban uno a uno, a algunos incluso les hicieron quitar el calzado y las medias para verificar si llevaban droga escondida.
En los controles, que buscaban drogas entre las pertenencias de las personas, incautaban elementos como desodorantes, perfumes, lapiz labial, encendedores, botellas de agua u otra bebida y chicles.
Las personas que ingresaron a la fiesta electrónica de Destino Arena, en la que se presentó el dj Luciano, se quejaron por los controles y el tiempo de demora que demandaron: apróximadamente un minuto por vehículo y mínimo 30 segundos por persona. Otra de las quejas más recurrentes en los controles fue la prohibición de ingresar con chicles a la fiesta.
