Fiestas blindadas: “La zona roja no recibe la misma intervención”
Lo señaló Julio Razona, exsecretario de Seguridad municipal. Cuestionó la “arbitrariedad” del decreto del intendente y señaló la “llamativa ceguera oficial que implica facilitar la comisión de miles de delitos”.
Tras el despliegue de fuerzas de seguridad sobre la realización de las dos fiestas electrónicas autorizadas hasta este fin de semana por el Municipio, el abogado Julio Razona, exsecretario de Seguridad de la gestión del intendente Carlos Arroyo y actual dirigente del Movimiento Ciudadano, criticó la improvisación del Ejecutivo y acusó una “ceguera oficial” en la administración: “La única actividad que no corre riesgos de recibir una intervención oficial es la que se lleva a cabo en la Zona Roja de Mar del Plata”.
Razona analizó la medida que tomó el intendente y cuestionó la “modificación arbitraria, sorpresiva y de último momento de las reglas de juego”. El abogado denotó que el proceder del gobierno “ha sido tan difícil de justificar hasta para los mismos desorientados funcionarios”.
En cuanto al impacto que tendrá la no autorización de fiestas electrónicas que determinó Arroyo, sostuvo que “se ha convertido en la peor carta de presentación para incentivar una apuesta empresarial o comercial para Mar del Plata”.
Seguido, el dirigente del Movimiento Ciudadano dijo que los operativos desplegados sobre los dos paradores de la zona sur de la ciudad donde se hicieron las fiestas electrónicas, “dejan en claro que la única actividad que no corre riesgos de recibir una intervención oficial es la que se lleva a cabo en la Zona Roja de Mar del Plata” donde –agregó- “las cámaras de seguridad municipal brillan por su ausencia, está invadida por la venta de drogas, por explotación de personas, por quienes incumplen con sus deberes de funcionarios públicos o por quienes violan la ley de profilaxis”.
Razona cuestionó por último que “conviven así un incomprensible intervencionismo irrespetuoso y autoritario, para evitar un probable daño a consumidores, con la más absoluta y llamativa ceguera oficial, que implica facilitar la comisión de miles de delitos, que ponen en riesgo a toda la comunidad”.
