Fumigaciones en Félix U. Camet: los vecinos, en defensa de la salud
Días atrás mostraron públicamente cómo el barrio es fumigado en incumplimiento de la ordenanza vigente. Ahora, preparan un recurso de amparo y buscan que las autoridades tomen nota del reclamo.
Al igual que sucede en otros barrios alejados del centro de Mar del Plata, en Félix U. Camet los vecinos viven atravesados por una problemática: las fumigaciones en los campos linderos a sus viviendas, a plena luz del día, sin recaudos y en un claro incumplimiento de la ordenanza vigente que prohíbe la aplicación de agroquímicos a menos de mil metros de núcleos poblacionales.
Cansados de la falta de respuestas, a fines de mayo los vecinos mostraron públicamente cómo operan los tractores en los campos ubicados en inmediaciones de sus casas; la denuncia volvió a poner en evidencia la falta de control de parte del Ejecutivo municipal, responsable de velar por el cumplimiento de la medida cautelar que establece un radio de mil metros libre de agroquímicos.
Es que, en Mar del Plata, desde septiembre de 2014 rige una cautelar dictada por la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires que suspende cinco artículos clave de la Ordenanza N° 21.296 y, por lo tanto, prohíbe la fumigación a menos de mil metros de plantas urbanas en todo el Partido de General Pueryrredon. La norma que establecía este último punto fue modificada en su momento por el Concejo Deliberante, que decidió reducir la distancia a sólo cien metros, y ahí llegó la intervención de la Justicia.
En este escenario, una de las referentes del barrio y de la asamblea de vecinos organizados es Micaela D’Ambra, enfermera y coordinadora del centro de salud ubicado en Félix U. Camet. En diálogo con QUÉ Digital, la profesional confirmó que tras lo sucedido el pasado 25 de mayo, la comunidad trabaja en la presentación de un recurso de amparo y esta semana un grupo de vecinos mantendrá un encuentro con los defensores del Pueblo locales, en busca de respuestas.
“Desde la denuncia el avance fue que trascendió en los medios y eso posibilitó algunas actitudes, pero la situación sigue siendo la misma, las autoridades no se acercaron, no se volvió fumigar pero fue porque llovió”, expuso y ahondó en el desinterés por parte del Estado a la hora de controlar lo que sucede en los campos.
Así, relató cómo intentaron presentarle a los dueños del lugar “una nota firmada por los vecinos y las instituciones del barrio planteando la preocupación por los problemas de salud y ofreciendo asesoramiento técnico para avanzar hacia otra manera de producir en esa franja de 1000 metros”.
“Eso no lo pudimos entregar, no lo quisieron recibir: la respuesta fue que no están haciendo nada que perjudique a la salud, que ninguno de ellos se ha enfermado y que es mentira”, señaló Micaela, quien cuestionó el “mecanismo” que se aplica al momento de denunciar algún tipo de fumigación ilegal.
Así, dijo que pese al llamado a Policía Ecológica, lo cierto es que es muy poco lo que los agentes hacen: “En este año se ha llamado más de veinte veces a Policía Ecológica y siempre tardan: el otro día tardaron 3 horas. Cuando ellos llegan, siempre por una cosa o por otra no accionan, dicen que la Policía Ecológica no tiene la jurisprudencia para pedir la receta agronómica ni constatar a cuántos metros están fumigando”.
En ese sentido, la profesional advirtió que aunque es el Municipio quien debe accionar a través del área de Gestión Ambiental, la respuesta que reciben es que “no tienen los recursos ni los medios”. “En definitiva no está para nada aceitado cuál es el mecanismo cuándo se los llama, porque ni una de las veces se ha podido avanzar en estas cuestiones”, criticó.
BARRIOS FUMIGADOS, EL ROL DE LOS CENTROS DE SALUD
Para Micaela, una de las ventajas con la que cuenta la comunidad del barrio es, sin lugar a dudas, el compromiso de los profesionales que se desempeñan en el Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS). Es que, desde el momento en que “la comunidad (les) presentó la problemática”, se trabaja en el estudio y registro epidemiológico de los casos, fundamental para contrarrestar el difundido argumento respecto a la falta de “aval científico” en relación al vínculo entre ciertas enfermedades y la exposición a los agroquímicos.
“Todo el equipo de salud del centro empezó a estudiar la situación y a hacer un trabajo de fichar los casos para saber cuál es la situación de los padecimientos que pueden tener que ver con las fumigaciones”, detalló la enfermera, quien habló de un barrio con “una incidencia alta en problemas de piel y respiratorios, en distintos tipos de cáncer, problemas hormonales y tumores, además de abortos espontáneos y malformaciones en los embarazos”.
Al respecto, evidenció la gravedad de lo denunciado al referirse al caso de un adolescente de 16 años con una insuficiencia renal aguda y un diagnóstico médico positivo en cuanto al vínculo de su padecimiento y la exposición a estas sustancias: “Está comprobado que fue por exposición al agroquímico y fue la gota que rebalsó el vaso, porque nos fumigan en la cara, a menos de 100 metros”.
