Paro de kiosqueros: tres días sin SUBE ni recargas virtuales
Los trabajadores de todo el país realizarán una medida de fuerza desde el miércoles y hasta el viernes. Piden “comisiones dignas” que justifiquen el servicio de recarga para los usuarios.
Con el objetivo de exigir “comisiones dignas” que justifiquen el servicio de recargas virtuales y de la SUBE, los kiosqueros de todo el país realizarán un paro durante tres días -del miércoles 28 al viernes 30 de junio- y en Mar del Plata la medida de fuerza también se sentirá, aunque la decisión final dependerá de cada propietario.
“No queremos cobrar un adicional, pero queremos que sea mejor el porcentaje para la SUBE y las cargas virtuales: es muy poco lo que nos queda, hablamos del 1% en la SUBE y menos del 3% para lo que son las cargas virtuales”, expusieron desde la delegación local de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), ante la consulta de QUÉ.
En ese sentido, y tras aclarar que en Mar del Plata la adhesión a la medida dependerá de cada comerciante, desde la UKRA ahondaron en el porqué del paro. “Nuestra intención no es perjudicar al cliente: reclamamos comisiones dignas porque no rinde nada sino, hablamos de montos infernales”, puntualizaron.
Al respecto, los kiosqueros de todo el país denunciaron que de cada $100 que se cargan a la SUBE, el comerciante solo recibe 0.26 centavos; en tanto para las cargas virtuales, por cada $30 abonados, el kiosquero gana 0.90 centavos. “Tenemos costos operativos para dar el servicio y no se puede más. Detrás de un kiosco hay una familia”, señalaron.
Ante esta situación, los kiosqueros decidieron no realizar recargas ni de SUBE ni virtuales durante los próximos miércoles, jueves y viernes, con el objetivo de que el gobierno revea las comisiones destinadas para los comerciantes. “Exigimos que deroguen la ley que prohíbe que se cobre un adicional”, advirtieron.
Sobre esto último, los trabajadores hablaron sobre la competencia desleal que atraviesan y que los ha llevado a optar “por brindar este servicio SUBE de forma voluntaria para amortizar la crisis del rubro”. “Detrás de un kiosco hay una familia y su fuente de trabajo peligra por la persecución de denuncias impulsadas por una ley que culpa al último eslabón del sistema cuando nadie investiga quiénes son los dueños”, apuntaron.
Finalmente, y al entender que el sistema SUBE “necesita a los kioscos para funcionar”, los trabajadores nucleados consideraron que “así como el Estado subsidia al transporte público, reclamamos una rentabilidad digna para brindar el servicio sin cobrar adicional”.
