Miércoles 24 de abril | Mar del Plata
28/05/2016

Puerto: 75 días como muestra de que nada cambia

Desde el 15 de marzo unos 180 obreros dejaron de tener trabajo a partir de la “desaparición” del empresario Roberto Funes. Agotadas las vías legales, no hay ninguna respuesta. El frigorífico de Solís y José Hernández sigue tomado.

Puerto: 75 días como muestra de que nada cambia
(Foto: archivo / QUÉ Digital)

Mientras el Ministerio de Trabajo de la Provincia busca armar, una vez más, reuniones entre gremios y cámaras empresarias, la realidad del Puerto sigue siendo la misma: inalterable, injusta y sin la repercusión suficiente. El sector parece ya haberlo naturalizado: un empresario de un día para el otro se va, desaparece, y deja a cientos de familias en la calle, sin trabajo, sin indemnización, sin respuestas. El caso de Roberto Funes ya cumple 75 días. Desde ese momento sus trabajadores no saben nada de él y, a pesar de los pasos administrativos, todo sigue igual.

“No hubo ningún tipo de respuesta”, responde, una vez más, la secretaria general del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado, Cristina Ledesma, ante la consulta de QUÉ sobre un nuevo conflicto en el Puerto que cumple 75 días. Es que desde el 15 de marzo los trabajadores del frigorífico  Coast Fish, ubicado en José Hernández y Solís, y de tres plantas de fileteado no saben nada de Funes por lo que se quedaron sin trabajo y no vieron ni un peso.

La cadena armada por Funes era la siguiente: tres plantas fasoneras -en las que la mayoría de sus trabajadores estaban en negro en supuestas cooperativas- donde se procesaba el pescado y el frigorífico donde se congelaba la producción y quedaba lista para la exportación.

“Nada, no hay nada”, reitera la dirigente y señala haber agotado la parte administrativa con el envío de telegramas y demás medidas, sin éxito alguno.

En este marco, unos 50 trabajadores del frigorífico –que estaban en blanco- ahora esperan respuestas de Franco Barillari, uno de los propietarios del lugar que era alquilado a Funes. Es que reclaman que ante su “desaparición” sean los dueños del inmueble quienes den algún tipo de respuesta.

Por su parte, en una de las plantas fasoneras algunos de los empresarios que era proveedores de materia prima colaboraron con un aporte a los trabajadores por el pescado procesado en su momento y por lo cual nunca recibieron remuneración.

Mientras tanto, el futuro inmediato de unas 180 familias sigue siendo incierto, sin ningún tipo de garantía, tal como funciona hace años la estructura del poder formada en el Puerto.

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28/05/2016