Tuvo cáncer de mama y su prepaga no la quiere reafiliar
Mirian Casado de Bottin padeció la enfermedad en 2013 y tras un largo tratamiento se curó. El año pasado se dio de baja de Thema porque emprendía un viaje. Cuando volvió y quiso recuperar la atención, no le dieron respuestas.
Dice que no bajará los brazos a pesar de las vueltas que le den. Asegura que “juegan con la necesidad porque la gente se termina cansando”. Pero repite que el suyo “no será un caso más”. Mirian Casado de Bottin está decidida a hacer que se cumpla la ley y por eso hizo público su testimonio.
Ella tiene 40 años y en 2013 sufrió cáncer de mama. Por eso, debió ser operada, le quitaron varios ganglios y uno de sus pechos y se sometió a un tratamiento que incluyó quimioterapia y rayos. El 22 de enero de 2014 fue dada de alta, pero, según sus propias palabras, toda la vida seguirá siendo una “paciente oncológica”.
A mediados del año pasado, Mirian decidió emprender un viaje junto a su marido durante algunos meses. Como no estaba segura de cuánto tiempo estaría afuera, se dio de baja de Thema, la prepaga a la que estaba afiliada desde hacía unos tres años y la cual se había hecho cargo de la cobertura de todo el tratamiento.
Sin embargo, cuando en diciembre de 2014 retornó al país, se encontró con un problema: en la prepaga no le daban respuestas respecto a su reafiliación ¿El motivo? Nunca se lo dieron. Es que, de acuerdo a su testimonio, “empezaron a dar vueltas” y nadie “se hizo cargo”. “Presenté todos los estudios que dan cuenta de mi estado de salud, porque me hice varios chequeos estando en España, y la médica auditora me dio el ok. Sin embargo, hoy hace tres meses que estoy esperando una respuesta”,afirmó.
En ese sentido, Mirian relató que acudió en varias oportunidades a la sede de la prepaga, pero que “se pasaron la bola entre ellos muchas veces”: “Me pidieron que hablara con la gente de la Superintendencia de Salud; cuando hablé con ellos directamente me dijeron que los denunciara públicamente porque no estaba bien lo que hacían”.
Consultada respecto a los argumentos de Thema, la mujer precisó que si bien ellos le dieron a entender que existe una “cuota diferencial” para casos como el suyo, ella nunca se negó a abonar un monto extra. “Yo lo que quiero es continuar con mi atención, con mis médicos. No tengo problema en pagar lo que tenga que pagar porque se trata de la salud, pero se ve que no quieren”, reflexionó y precisó: “No tomo medicamentos oncológicos sino que lo que necesito hoy son los estudios para chequear que el cáncer no vuelva”.
Sumado a eso, en una de las tantas oportunidades en las que intentó comunicarse con representantes de la empresa, una de las personas encargadas de la atención le dio a entender que el problema era su responsabilidad. “Tal vez si estuvieras sanita todo sería más rápido”, deslizó la joven. “Me contuve para no decirle nada, pero apenas corté el teléfono le dije de todo. Me da mucha bronca porque juegan con la necesidad“, apuntó.
Ante este escenario, y a pesar de todos los obstáculos, Mirian remarcó que continuará con su reclamo porque “están violando la ley y no pueden jugar con la salud de la gente”. Hoy en día, ella cuenta con la asesoría de la Dirección Municipal de Derechos Humanos, desde donde se están encauzando los trámites y se intenta destrabar el conflicto. En los próximos días, según le adelantaron, la prepaga debería dar una respuesta formal, por escrito, ante los requerimientos de la paciente.
LO QUE DICE LA LEY
Según se establece en la ley 26.682, que fue sancionada en diciembre de 2011, las prepagas tienen la obligación de recibir a todos los afiliados, sin importar qué edad tengan. Asimismo, no puedan rechazar a un afiliado alegando la preexistencia de una enfermedad -aunque están habilitadas a cobrarle una cuota diferencial, como en el caso de Mirian-, y tampoco están autorizados para aumentarle la cuota a aquel afiliado que sobrepase la barrera de los 65 años, si este tiene diez años de antigüedad en la empresa.
