Jueves 28 de marzo | Mar del Plata
23/05/2020

Artistas en cuarentena: comparten “haikus locales” para visibilizar la precarización

A través de una campaña virtual de poesía de estilo japonés, Olivia Diab y Nathalia Zapata buscan visibilizar el reclamo de organizaciones artísticas.

Artistas en cuarentena: comparten “haikus locales” para visibilizar la precarización
(Foto: ilustrativa / Qué digital)

Los días transcurren y la cuarentena para prevenir la propagación del coronavirus se extiende y, en este marco, artistas de distintas disciplinas se sumaron al ciclo de Olivia Diab y Nathalia Zapata, quienes llevan adelantehaikus locales”, una iniciativa de poesía japonesa virtual que tiene como objetivo mostrar la realidad de artistas independientes. Buscan acompañar con producciones artísticas las gestiones que llevan adelante distintos sectores de la cultura local para que se declare la emergencia en cultura y se tomen medidas concretas para reducir el impacto económico.

Cuando se declaró la cuarentena, la artista Olivia Diab empezó a escribir haikus y publicarlos en su blog “Notas de Olivia, mi parte insegura”. Semana a semana fue desarrollando esta poética de estructura narrativa japonesa pero con temáticas locales. Durante la primera quincena de la cuarentena la artista encontró un pequeño caracol en su patio y rememoró uno de los haikus:

“Carga su casa

el pequeño caracol.

Él puede salir”.

“Un haiku es un poema japonés con una estructura y una métrica particular. Se compone de tres versos: el primero y el tercero de cinco sílabas y el segundo –el del medio- de siete. Además, sus versos deben hacer alusión a la época del año o al paisaje donde transcurre”, explicó para Qué digital Olivia Diab, quien impulsa la iniciativa.

De esta forma, la artista fue uniendo anotaciones que tenía en su diario de cuarentena. “La voz para el corto la puso Nathalia Zapata. A partir de ahí, todos los días pensábamos nuevos haikus referentes a la cuarentena, al aislamiento, a la situación de incertidumbre, a los estados anímicos que íbamos atravesando día a día, e íbamos grabando, filmando, escribiendo, creando estos cortos que además nos obligaron a aprender a ambas cómo manejar un editor online, entre otras tantas cosas”, sostuvo Diab. “Justo antes del fin de la cuarentena, que no fue fin, convocamos al público de las redes a que completen la oración: ‘Cuando termine la cuarentena…’. A partir de ese momento el proyecto se extendió a la participación de más de cien artistas“, sumó.

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“Por ese entonces, el Municipio largó el Convocarte MGP que a casi todos los artistas locales nos pareció una tomada de pelo. Yo hice mi descargo en Facebook y Nathalia volvió convocar a la comunidad artística para que dejen su opinión acerca de las necesidades urgentes, con la siguiente pregunta: ‘Artistas: ¿cuáles son las necesidades básicas que el Municipio debiera garantizarnos ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén?’”, indicó la directora y actriz marplatense.

En simultáneo varias asociaciones civiles representativas de las artes escénicas y visuales elevaron el pedido de declaración de situación de emergencia del sector artístico en la ciudad. “Desde varios sectores de la cultura coincidimos en la necesidad de visibilizar la extrema precariedad laboral y el alto grado de vulnerabilidad de nuestras necesidades básicas”, puntualizó.

Ese fue el momento preciso en el que consideraron que era necesario armar un Haiku local de reclamo y para eso convocaron a músicos, teatristas, técnicos, artistas callejeros, circenses, bailarines y de las artes visuales. “La respuesta fue inmediata. Todos muy dispuestos a armar el material del que resultó este último con el lema: ‘Ser artista es un trabajo’”, compartió y completó que en estos días realizarán nuevos haikus que “hablen sobre el protocolo que van a lanzar para la reapertura de las salas de teatro”.

– ¿Sienten que todavía no se entiende que la rama artística también es un trabajo?

-Pareciera que un trabajo es aquel que te soluciona un problema. ¿Estás enfermo? Un doctor ¿Tenés problemas con el vecino? Un abogado ¿Tenés hambre? Un almacenero, un restaurante o un supermercado. Esos son trabajos. Nosotros no tenemos función concreta más que conmover, transformar, transportar en el tiempo, hacer pensar, hacer reír hasta las lágrimas, hacerte cuestionar sobre la existencia humana y sobre la belleza.

‘Los artistas (sólo) somos la representación más elaborada de la necesidad humana de expresión’. Eso está claro. Pero “no somos necesarios”, lo dijo una representante de la Asociación Argentina de Actores. Imagínate qué bien respaldados estamos.

-Los reclamos son muchos, ¿de qué manera se están organizando para ser escuchados?

-Nosotros estamos trabajando como artistas, produciendo los ‘haikus locales’. Otros artistas están haciendo otras producciones. Todos estamos trabajando como locos en la redes, para poder superar esta falta de convivo del teatro. Nos falta la escena, el público, los ensayos, nos falta todo y aun así seguimos trabajando. Gratis. Nadie ningún artista de los que nos la pasamos produciendo en las redes sociales lo hacemos con fines de lucro. Es una necesidad vital. Nuestro lema y nuestro haiku es exactamente esto que estoy diciendo: “Queremos seguir viviendo”. Ser artista es un trabajo. En el caso particular de esta producción, sólo visibilizamos la situación. Las organizaciones artísticas se están encargando de la gestión del reclamo ante las autoridades.

– ¿Qué análisis pueden hacer como artistas independientes en este contexto actual?

-Vivir del arte ya era difícil antes de la pandemia, imagínate ahora. Muchos de los artistas trabajamos en docencia – el IFE no nos llegó a todos- y de manera informal.

Las organizaciones artísticas armaron redes solidarias acercando bolsas de alimentos y  subsidiando económicamente a los que se puede -muchas familias están pasándola muy mal-  pero la demanda desborda la posibilidad de ayudar a todos. ¿Hasta cuándo? Hay actores vendiendo empanadas, directoras confeccionando barbijos, bailarinas haciendo delivery. No se nos caen los anillos. Otros son rescatados por el bien de la economía, pero nosotros, los artistas, quedamos desamparados, quedamos al borde del camino.

Los centros culturales necesitan una contemplación económica. Muchas personas basaban su economía en los centros culturales que hoy están completamente parados. Sólo queremos que el Municipio nos garantice las necesidades básicas. Una estructura que nos contenga. Un fondo de desempleo. Garantías como a cualquier trabajador.

Cuando esto termine, todos estos reclamos seguirán en pie ya que nuestro sector viene baqueteado desde siempre, por los siglos de los siglos, amén.

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23/05/2020