“El arte debe funcionar como dispositivo revolucionario”
El muralista y fotógrafo urbano Elian Chali pasó por Trimarchi para presentar su libro “Hábitat” y habló de lo que considera la “moral ciudadana”. “Si hay que incendiar una ciudad para que todos vean lo que sufren las mujeres está muy bien”.
Trimarchi 2016 terminó, pero dejó reflexiones para procesar. El muralista y fotógrafo urbano cordobés, Elian Chali presentó su libro Hábitat y en una charla con QUÉ habló de lo que considera la “moral ciudadana”: “Hay un desfasaje de cómo uno se quiere comportar y cómo te dicen que se comportes, esos crucen hacen que se den los choques que se manifiestan en la ciudad”.
Esos “choques” que Elian menciona son, por ejemplo, lo que sucedió el año pasado en Mar del Plata o este año en Rosario durante los encuentros de mujeres. Por un lado un repudio general del establishment a las pintadas que hicieron las mujeres, pero no una reivindicación al mensaje que expresaban.
“Me da vergüenza lo que han hecho los medios hegemónicos que han querido desactivar la causa. Si hay que incendiar una ciudad para que todos vean lo que sufren las mujeres está muy bien”, expresa Elian.
“La moral ciudadana para mí es un fenómeno muy importante porque entender cuál es el sistema de valores que rige en tu ciudad es importantísimo, porque te das cuenta que te comportás como un ser totalmente alienado. Creo que tiene que haber un margen de respeto, de realidad y libertad. Pero también uno tiene que poder usar el espacio, ser un usuario y no un esclavo del espacio público”, considera el muralista y fotógrafo, autor de Hábitat un libro de imágenes de diferentes ciudades alrededor del mundo.
En ese concepto de moral ciudadana, que intenta retratar en Hábitat, Elian piensa que “las ciudades con determinadas operaciones, el sistema o el estado, inducen a cómo quieren que te comportes en la ciudad”. “Esa moral ciudadana está regida por valores impuestos, no por el sistema de valores propios”, explica.
-¿Cuál es tu futuro después de Hábitat?
-En esta primera etapa, que fueron 15 años, estuve estudiando la ciudad, entendiendo la ciudad. Ahora para adelante quiero ver cómo la puedo modificar. Sin hacer política, desde la poética del arte, pero inferir qué se puede hacer para cambiar las cosas. El arte debe funcionar como dispositivo revolucionario.
-¿Qué opinás de la reacción de la “moral ciudadana” con respecto a las pintadas realizadas por las mujeres?
-Creo que hay una incoherencia, se protege a la ciudad cuando escriben “tal es un violador” o “muerte al patriarcado”, pero todos tiramos basura, nos cagamos en la ciudad de diversas formas. Cuando la ciudad habla, con 90.000 mujeres juntas diciendo un mensaje, es porque el termostato ya reventó, cuando se accede a intervenir la ciudad es un acto que no tiene vuelta atrás. Cuando una mujer decide escribir algo y sabe las consecuencias que se le vienen, yo lo reivindico.
El miércoles, en todo el país, se volverá a poner en cuestionamiento esa “moral ciudadana” cuando se haga el primer Paro Nacional de Mujeres.
