El Galpón de las Artes celebra 26 años de “encuentros y aprendizajes”
Con una sala renovada, el espacio ubicado en Jujuy 2755 celebra continuar produciendo, brindar espectáculos diversos y seguir con el proyecto “Cruzando Fronteras”.
El Galpón de las Artes cumple en abril 26 años y a modo de celebración, después de dos años atravesados por la pandemia de covid-19 y ocho meses de refacciones estructurales, quienes gestionan el espacio cultural ubicado en Jujuy 2755 realizaron una gira por el interior del país. Además, los festejos cuentan con una cartelera variada y proyectan retomar con el proyecto “Cruzando Fronteras”, una iniciativa que une a distintos colectivos artísticos de Latinoamérica. “Son 26 años de encuentros y aprendizajes, no tenemos más que agradecer”, manifestaron en diálogo con Qué digital.
“Los cumple el espacio pero también como grupo y eso en una grupalidad y en el camino del teatro independiente es un regalo inmenso que nos ha hecho la vida. De encontrarnos, reconocernos como compañeros y compañeras en un camino de creaciones que nos identifica y hace sentirnos parte”, sostuvo Claudia Balinotti, una de las referentes del espacio.
Las actividades en El Galpón de las Artes se detuvieron abruptamente en marzo del 2020 y recién este año volvieron al ruedo. “Empezamos con todo el trabajo de lleno después del confinamiento y el año pasado que nos pusimos a rearmar el espacio. Ya el 2022 nos agarra con la programación, con compañeros, reconociéndonos, recibiendo nuevos grupos”, describió Mónica Juárez una de las integrantes que gestiona el centro cultural.
Cabe destacar que, en este marco, este año se reestrenó la obra “Lo que traerá el Alba” (2003). “Retomamos esta obra que tiene una historicidad previa y salimos de gira para encontrarnos con compañeros”, resaltó la artista. Por su parte Balinotti destacó que se propusieron experimentar con el universo multimedia. “Hay muchas experiencias, el desafío es encontrar en ese recurso también la poética no solo como efecto. Surgieron muchas inquietudes sobre esta recepción. Estrechamos vínculos con el saber compartido”, agregó.
Asimismo, en el marco de un nuevo aniversario desde El Galpón de las Artes se aventuraron a hacer una pequeña gira por el interior del país. “Estuvimos en espacios donde no había salas teatrales, no está la actividad y piden que vayamos. Fuimos a Pehuajó, Córdoba, San Miguel de Tucumán. Nos dio una amplitud de ver cómo está la situación teatral en esos contextos y fue acertado haber podido ido con la obra”, explicó Mónica Juárez.
Desde el centro cultural hace tiempo que vienen trabajando con el proyecto “Cruzando Fronteras” y con esta gira volvieron un poco a la esencia de la iniciativa y así lo percibieron: “La pandemia nos había dejado como en un paréntesis porque el último viaje fue en el 2017, cuando viajamos a Ecuador a tomar el seminario en Malayerba con Arístides y Charo”.
“No fue una gira con calendario de fechas, sino que en cada lugar que llegamos se producía esta situación de volver a reconocernos con les compañeres y volver a conectar con la historia de cada sala en la que estuvimos. Compartimos nuestra búsqueda y la resignificamos con estas otras teatralidades. Son proyectos de riesgo porque son búsquedas experimentales”, insistieron.
Si bien El Galpón de las Artes se inauguró en 1996 en España y Jujuy, después en plena crisis del 2001 tuvieron otra sede en Rawson hasta llegar al lugar propio en el 2009. “En ese recorrido de cambios fuimos aprendiendo cómo esto de la movilidad también hace que un proyecto permeable pueda crecer, transformarse con quienes lo van integrando”, explicó Balinotti y agregó: “De aquellos fundadores quedamos dos porque se fue desdibujando: hay gente que se fue del país, otros que fallecieron pero están en nuestro corazón y nuevos compañeros y compañeras que se sumaron a una nueva gestión”.
La historia del Galpón de las Artes continúa escribiéndose en Mar del Plata: “Nació para ser un lugar de encuentro, no solo de exhibición de obras. Lo pensamos como un espacio de producción ya que se da que hay muchos grupos que no cuentan con espacio propio. La sala se propone como un espacio de producción y encuentro comunitario, de la comunidad con artistas: de la música, la danza y el teatro”.
Por este espacio han pasado talleristas como César Brie, Tato Pavlovsky, Eduardo Misch y Susy Evans. “En esa diversidad de encuentro El Galpón va renovando su perspectiva de proyecto educativo y cultural y comunitario: tanto ediliciamente como en su programación artística”, puntualizó Claudia Balinotti.
Desde la fundación cuando se pensó el nombre, si bien nuestro arte es centralmente el teatro, ya avizorábamos fronteras muy permeables entre la danza, música y circo. Además le rendimos homenaje a Atahualpa del Cioppo por El Galpón
El Galpón de las Artes se inauguró con una obra para infancias y desde allí tuvieron actividades y propuestas con artistas locales y de Latinoamérica. “Muy tempranamente se definió la entrada por cooperación solidaria, en un principio lo llamábamos ‘a la gorra’ y después a partir del aprendizaje y las discusiones con el ‘Cruzando Fronteras’ y sobre todo en México, decidimos entre los grupos que participamos”, expusieron.
“La experiencia nos iba dando la perspectiva hacía adelante. Siempre con el impulso de la continuidad y también el aprendizaje sobre las dificultades. Fueron muchas discusiones grupales y la sala siempre apareció como el sentido de la casa, del fogón. Montar este espacio llevó mucho y se fue modificando desde el 2009; esta última reforma tiene que ver con el contexto sanitario”, describieron.
Entre artistas y la comunidad el espacio se afianza en la ciudad, siempre con el objetivo de convocar a otras grupalidades artísticas y seguir experimentando. “El sueño era conformar un grupo de gestión que pudiera enamorarse, no solo de la producción teatral sino del mantenimiento de la sala. Más allá de nosotros El Galpón tiene un tiempo de vida con quienes gestionamos y las personas nuevas que van llegando”, subrayaron.
“CRUZANDO FRONTERAS”, UNA DE LAS PROYECCIONES EN EL GALPÓN DE LAS ARTES
Una de los objetivos de El Galpón de las Artes ha sido mantenerse como parte del proyecto “Cruzando Fronteras”, que está pensado como “cruces o intercambios sin competitividad, sin fronteras geográficas en Latinoamérica, para conocer la tradición del teatro independiente, poético y grupal y recibir también en la sala”.
“Estos puentes nos revitalizan y sacan de la perspectiva local. A veces uno se contamina mucho de lo cotidiano y salir abre a nuevas ideas, otras miradas y eso es muy importante”, definieron. En esta iniciativa hay grupos de Argentina, Chile, Brasil, Perú, Ecuador, entre otros.
“Las distintas localidades que formamos parte (del proyecto) compartimos este concepto del ‘Cruzando Fronteras’ y por eso las entradas son por cooperación solidaria”, detallaron. Actualmente, en Mar del Plata el valor sugerido de la entrada es de $700.
“El propósito es seguir haciendo de El Galpón este espacio de construcción colectiva, donde los grupos se sientan parte y puedan crear, producir y sostener temporadas. Después estamos programando el ‘Cruzando Fronteras’ más latinoamericano, no solamente con presencia de invitados locales”, anticiparon. Y según prevén, este año el evento que une a las compañías tendrá lugar entre junio y julio. “Vamos a hacer un cruce articulado con ‘Puentes Invisibles’ de Ecuador, ya comenzamos con grupos de trabajo”, anunciaron.
Y en esta misma línea agregaron: “También tenemos un compromiso con una producción de Tucumán, otra de Córdoba que ahora nos alojó y está en una investigación con una temática relacionada con el tango (están investigando sobre Tita Merello) y otro grupo de Brasil que viene con un proyecto de experimentación cruzando lo teatral con lo multimedia. Empezamos a conectar esas búsquedas”.
Sobre la producción propia, Ballinotti destacó que siguen trabajando con “Quién traerá el Alba”, y el cruce de lenguajes, y la obra va creciendo. Quienes la vieron en diciembre- enero, ya no verán la misma propuesta porque la obra creció mucho. “Por otro lado, estamos buscando producir teatro para infancias porque nos interesa muchísimo”, vislumbró Balinotti.
Por último, quienes gestionan la sala invitaron a acercarse a aquellos grupos que necesiten un lugar para producir, además de brindar talleres y tareas formativas. “La sala fundamentalmente es un espacio de producción y para presentación de obras, estamos abiertos para empezar a producir y ensayar con propuestas locales”, destacaron.
El Galpón de las Artes cuenta con una sala con capacidad para 200 personas equipada con dos camarines, antesala con café y plazoletas al aire libre. La sala ha sido distinguida por el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación como espacio accesible, ya que cuenta con rampas en todos sus espacios, indicaciones en braille, y accesibilidad en baños. Durante el avance de la pandemia de covid-19 y ante las restricciones impuestas, el espacio tuvo una gran transformación. “Una cosa fue dibujarlo y otra fue comenzar la construcción, realmente decimos que fue un esfuerzo titánico”, analizaron.
“Lo primero que pensamos fue ampliar la sala para tener un mejor distanciamiento, una mejor circulación de los públicos”, explicó Claudia Balinotti. Para eso tuvieron que tirar una pared y reforzar una viga que sostiene la loza, con una doble viga de seguridad.
“Se trabajó en tiempos bastante récord para lo que fue conseguir materiales en pandemia que escaseaban y el aumento permanente para conseguir recursos implicó mucha gestión”, sostuvo y además compartió que también ampliaron la cafetería y la antesala. “Ahora estamos intentando acomodar el espacio para que pueda ser una sala de ensayo o una sala más pequeña que pueda contener experiencias más ìntimas funcionando como buffet en otros momentos”, describieron.
Otra de las refacciones fue en la galería de entrada ahora es semicubierta, y el público en vez de entrar por el pasillo de esta típica casa chorizo, ingresa por la galería exterior. “Eso le dio a la gente más seguridad, más tranquilidad”, compartieron y resaltaron que la solidaridad, al encarar una obra de estas magnitudes, fue vital. “Recibimos una donación de unas butacas que tienen 80 años que son del viejo cine – teatro Ocean Rex, las reciclamos. El reciclado nos permitió manejar los recursos y refinanciar esta remodelación”, graficaron.
“La sala permite la creatividad y el imaginario de cada propuesta. Los espectadores están tranquilos y con mayor comodidad para disfrutar. El cambio fue muy grande y tenemos en carpeta seguir mejorando las instalaciones”, proyectó el equipo que gestiona El Galpón de las Artes.
“Valoramos la presencia del público que eligen la sala porque pone en valor nuestro trabajo. Sentimos que construimos comunidad a través de las artes y es un camino maravilloso”, cerraron.
