El Galpón de las Artes puso manos a la obra y celebra 25 años de teatro independiente
Claudia Balinotti, referente del espacio, detalló cómo se preparan para la reinauguración y cómo sostuvieron este tiempo en pandemia con la sala cerrada.
Desde 1996 El Galpón de las Artes, ubicado en Jujuy 2755, funciona como un centro cultural y gestiona actividades de diversas ramas artísticas. A pesar de la crisis socio económico que se profundizó con la pandemia de coronavirus quienes gestionan el espacio celebran 25 años con reformas edilicias y proyectan una reinauguración para agosto.
“Estamos muy felices y agradecemos el apoyo en estos 25 años. Aquellos compañeros artistas que quieran acercar sus producciones saben que la sala va a estar siempre”, indicó Claudia Balinotti en una charla con Qué digital .
A raíz de la pandemia, de a poco se volcaron al formato virtual y de esta manera comparten en su página web diferentes materiales, entrevistas, charlas y fragmentos de piezas interpretadas por todos los artistas que se presentaron en la sala en años anteriores. “Son intensas horas de filmación, y edición, inversión de tiempo y en equipamientos que nos permiten lograr la mejor calidad en estos contenidos”, expuso Balinotti.
Para el aniversario número 25, Claudia Balinotti, Mariano Tiribelli, Mónica Juárez, Demian Basualdo y otras personas involucradas en El Galpón de las Artes comenzaron una nueva refacción el pasado 20 de abril. “Estamos ampliando la sala a su ancho total, elevamos la altura de los techos, transformamos la antesala, también habrá una nueva sala para ensayos, un nuevo sistema de ventilación”, detalló la referente del espacio de cara a una reinauguración que estiman que será a fines de julio o principios de agosto.
A su vez, y al igual que sucede cuando hay funciones en la sala, en la página web hay disponibles bonos solidarios para contribuir económicamente con las tareas que están llevando adelante. En las próximas semanas el público podrá disfrutar de más capítulos del ciclo de entrevistas “Tejer entre Islas” que se suman a los podcast de César Brie, Norman Briski, Tato Pavlovsky, Eduardo Misch, Susy Evans y Pierrik Malebranche, entre otros, y forman parte del proyecto de registro audiovisual de la Red Cruzando Fronteras.
“Estar cerrados desde marzo significó alejarnos de la actividad que es nuestro proyecto de vida, una parte de nuestra vida quedo detenida“, definió la directora y dramaturga. Sin embargo, la inactividad significó para quienes forman parte del proyecto repensarse individual y colectivamente de adentro hacia afuera. “Con estos movimientos internos y externos nos fuimos transformando siempre con la idea de salir adelante“, cerró.
-Con tantos cambios estructurales ¿cómo atraviesan estos 25 años?
-Son muchos cambios, estamos ahora con esta decisión de renovar la sala. Renovamos el espacio externo porque la sala se va a ir al doble de ancho de lo que tenía, estamos ampliando a un 70% la dimensión del espacio. Estamos refaccionando la parte de adelante, lo que la gente conoció como el cafecito, vamos a tenerlo pero va a ser absolutamente diferente, más volcado hacia las plazoletas al aire libre. Se va a ganar una sala de ensayo.
Todos los cambios que van a ser visibles para disfrutar por los grupos y el público son movimientos internos, son cambios en el propio cuerpo y la sensibilidad de acá de cada uno de nosotros en el grupo y del colectivo al que tiene pertenencia El Galpón.
-Es para destacar lo que mencionás de los movimientos internos ¿Cómo se repensaron ante la pandemia?
-Fue un tiempo de aprender sobre lo aprendido. Somos muy conscientes, creo que este tiempo fue un cultivo a la conciencia individual y colectivo entre los artistas que nos encontramos en que es fundamental el cuidado de la vida. El arte es parte de la voz cantante a los derechos humanos. Este tiempo de compañeros vulnerados, de pérdidas de compañeros amados nos hizo revisar y fortalecer esa mirada en un camino que pone por delante el derecho a la vida. Por eso esta sala y sus integrantes estamos trabajando colectivamente para que la sala en pocos meses pueda recibir desde el arte, la amorosidad del encuentro y la supremacía de la vida. El arte es vida, el juego es vida. Ponemos nuestro tiempo y energía en preparala para un gran distanciamiento óptimo entre espectadores, con cuidado de los artistas que estén trabajando. El arte trasciende los momentos más críticos.
-¿Qué apoyos recibieron por parte del Estado?
-La pandemia comenzó en marzo del 2020, ahí lanzaron unas líneas de apoyo del Instituto Nacional del Teatro (INT), se llamó Podestá y fue un apoyo para que los espacios dispusieran en qué destinarlo porque hubo muchos artistas vulnerados y muchas salas cerradas mucho tiempo. Nos presentamos en las dos convocatorias. Iba pasando el tiempo y no lo recibíamos. Por otro lado, el Instituto tiene una convocatoria que es el apoyo a los funcionamientos de las salas, también convocamos pero iba pasando el tiempo y no teníamos noticias. Finalmente, en una parte del año llegó un apoyo de la Provincia que lo recibieron la mayoría de las salas independientes, que es para activar turismo y cultura. Ese dinero nos permitió comprar herramientas y empezar a arreglar humedad y algunas filtraciones por estar tanto tiempo cerrados. Nos comunicamos con el Consejo de Dirección, entendieron la situación, revisaron la cuestión administrativa que siempre genera demoras y hace poquito tuvimos la alegría de que este apoyo llegaba al espacio.
Estos apoyos del Estado son importantísimos porque hay un esfuerzo del grupo porque estamos sin trabajar y no podemos generar ingresos en la sala. Durante estos 25 años de trabajo aprendimos que la actividad cultural se hace en un entramado solidario y colectivo, del cual El Galpón de las Artes es parte.
-¿Cómo imaginan la reapertura?
-Realmente va a ser una reinauguración porque el formato espacial cambia y se amplía para que la escena tome la dimensión que tenga que tomar. Va a ser muy lindo que esté el testimonio vivo de todo ese apoyo generado desde la comunidad, hay gente muy solidaria que se suscribió a la página y están apoyando voluntariamente y económicamente el proyecto.
-¿De qué manera se adaptaron a la virtualidad?
-Muchos proyectos locales y fuera de la ciudad enseguida pudieron capitalizar la herramienta del streaming. Pero nosotros veníamos con un acervó de equipamiento, porque la sala venía participando de un proyecto que se llama Cruzando Fronteras, con el cual llegamos a otros territorios, encontrándonos con el teatro latinoamericano pero también cruzar fronteras culturales, educativas y desafiar el conocimiento y la formación a nuevos lenguajes. Mariano Tiribelli, Demian Basualdo y Marcos Janna se ocupan de lo audiovisual en el espacio y habían documentado obras, entrevistas y charlas. Teníamos equipamiento pero invertimos en mejorar ese equipamiento para que el streaming fuera de buena calidad, que no se corte, no tenga delay, tenga buen sonido e imagen. Investigamos cómo mejorar lo que ya teníamos, fue un tiempo de aprendizaje. Hicimos un show musical con cuatro artistas marplatenses que salió hermoso, unas cuarenta personas sostuvieron la hora y media del show y se trabajó a tres cámaras. Nos dimos cuenta que había que ajustar para llegar a la temporada y ofrecer contenidos virtuales.
