“La comedia es peligrosa” cierra una temporada de excelencia en Mar del Plata
La obra del Teatro Nacional Cervantes culmina las presentaciones en el Auditorium el domingo 27 de febrero. En abril brindará funciones gratuitas para escuelas públicas.
“La comedia es peligrosa” cierra una gran temporada en Mar del Plata luego desembarcar en la ciudad -traída por el Teatro Nacional Cervantes- en el Teatro Auditorium. La pieza, que desarrolla en código humorístico la tensión entre hispanos y criollos, podrá disfrutarse hasta el próximo domingo 27 de febrero y, posteriormente, las autoridades del centro de las artes confirmaron que en abril la obra realizará funciones gratuitas para escuelas públicas de la ciudad.
“La comedia es peligrosa” continúa con funciones de jueves a domingo a las 21:00 en la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium. Las entradas a $500 se pueden adquirir de forma virtual a través de Plateanet o en la boletería ubicada en Boulevard Marítimo 2280.
La puesta principal de esta temporada del Teatro Auditorium es una producción del Teatro Nacional Cervantes, que se encuentra celebrando su centenario. Se trata de una comedia en verso que evoca las compañías de carromato, las tensiones entre hispanos y criollos y la lucha por la libertad. Cabe recordar que “La comedia es peligrosa” fue reconocida por el jurado de los premios Estrella de Mar 2022 por su “calidad excepcional y superlativa”.
“La comedia es peligrosa se podrá ver hasta fin de mes, después en marzo habrá un receso invernal. Vuelven en los primeros días de abril para hacer funciones gratuitas a escuelas públicas y un fin de semana la podrá ver el público en general”, anticipó en diálogo con Qué digital el director del Teatro Auditorium, Marcelo Marán, en el marco de la entrega de premios.
Luego de obtener el reconocimiento, el actual vicedirector del Cervantes, Jorge Dubatti, reveló la importancia de que la obra esté presente en Mar del Plata. “Fue un esfuerzo conjunto del Teatro Nacional Cervantes que es un teatro fábrica, es un esfuerzo tanto de los artistas como de los trabajadores, de los técnicos. Es un equipo muy grande donde trabajan cerca de 400 trabajadores y hay mucha gente detrás”, resaltó.
“A mí lo que más me sorprende cada vez que veo una obra del Cervantes es todo lo que se mueve detrás, la máquina teatral”, apuntó el docente, crítico e historiador.
Desde que se supo concretamente que “La comedia es peligrosa” se iba a desarrollar esta temporada en la sala Piazzolla, Dubatti reconoció: “Fue una alegría saber que volvíamos a una sala en la que desde el año 1951 el Teatro Cervantes está presente en Mar del Plata, en el Auditorium, con ‘La fierecilla domada’ con dirección de Enrique Santos Discépolo”.
“El campo teatral de Mar del Plata es muy importante, reconocido en todo el mundo. Es una de las referencias más extrañas del teatro mundial, se lo escuché decir a Carlos Rottemberg porque lo que pasa con el teatro en verano acá no pasa en otras capitales como Barcelona”, compartió.
Por último, el crítico aseguró que con este espectáculo apelan a llegar al interior del país. “Es el Teatro Nacional Cervantes, no es el teatro de Buenos Aires, no es un edificio en Libertad y Córdoba. Es un proyecto cultural, social y político para todos los territorios del país. Estar en Mar del Plata nos hace cumplir con esa federalización”, se sinceró.
El espectáculo cuenta con las actuaciones de Horacio Acosta, Facundo Aquinos, Paola Barrientos, Julián Cabrera, Julián Cardoso, Roberto Castro, Gaby Ferrero, Andrés Granier, Milva Leonardi, Javier Lorenzo, Tincho Lups, Sergio Mayorquin, Mariano Mazzei, Iván Moschner, Pablo Palavecino y Julián Rodríguez Rona.
En “La comedia es peligrosa” no reina la solemnidad. Más bien, la obra hace gala de la irreverencia propia de un escenario tan ecléctico e inclusivo que, en los locos años ’20, ofreció espectáculos de revista. Mezcla de historia y de fantasía, “La comedia es peligrosa” cuenta una trama de suspenso y vodevil que ocurre en la capital del Virreinato del Río de la Plata en 1783 cuando unos cómicos de la legua pretenden construir un teatro estable y para ello deben enfrentarse al poder de los cabildantes y del obispo.
