“Las Mil y Una”, una historia de amor en los márgenes
La película correntina, escrita y dirigida por Clarisa Navas, es la segunda proyección argentina que compite por el Astor de Oro en el Festival Internacional de Cine.
La cámara sigue de cerca, desde atrás, el recorrido que hace una chica, vestida con camiseta de básquet y con una pelota en la mano, por un barrio de monoblocks: las construcciones de edificios que se repiten, todas iguales, pero que están rodeadas por múltiples pasadizos, escondites, plazas; en esos espacios y algunas casas transcurre Las Mil y Una, una película intensa, dura, interesante.
Iris juega al básquet, es flaca, tiene los brazos muy largos, es tímida. La actuación de Sofía Cabrera es muy inspirada, fresca, íntima, con buenos matices: siente vergüenza todo el tiempo, gusta de una chica, le escribe una carta. El gesto de inocencia contrasta con lo explícito del resto de los personajes: tienen sexo por todos los rincones, a las apuradas, violento. Iris gusta de Renata, su opuesto: es enigmática, parece que vende drogas, que es trabajadora sexual, los rumores le adjudican infección de HIV.
La película dura dos horas exactas, se justifica en el desarrollo, nada está forzado ni precipitado, las escenas se construyen con solidez y nunca están apresuradas, no cae en el pecado recurrente de las malas series y las malas películas de Hollywood: en dos minutos el personaje explicita sus conflictos y sus anhelos, en voz bien alta para que no queden dudas.
Es una historia de amor en un contexto hostil. La película no intenta ser un reflejo de la realidad, esa ilusión imposible que siempre queda en las buenas intenciones y poco más; Las Mil y Una (que llega a Mar del Plata luego de un paso por el prestigioso festival de Berlín) construye buenos personajes (los primos de Iris funcionan muy bien), sin una mirada paternalista, no se mira desde arriba ni se siente pena, este detalle hace que la narración funcione.
La fotografía, la cámara en movimiento, los movimientos de cámara y las composiciones de las escenas de interior, saturadas de elementos, funcionan muy bien. En varias escenas el trabajo con la profundidad de foco genera planos muy virtuosos en los que la atención se multiplica y se complejiza.
El calor del Litoral, los personajes siempre están con escasa ropa, el sexo, la transpiración, la cumbia a todo volumen recuerdan al universo de la novelista entrerriana Selva Almada. Por suerte no solo se hace cine en Buenos Aires, por suerte se financian proyectos fuera de Buenos Aires. Las Mil y Una está a la altura de la sección más importante del festival.
LAS MIL Y UNA
(Duración: 120 minutos/ Alemania – Argentina/ Competencia Internacional)
Disponible martes y miércoles en www.mardelplatafilmfest.com
- Guion: Clarisa Navas
- Fotografía: Armin Marchesini Weihmuller
- Edición: Florencia Gómez García
- Dirección de Arte: Lucas Koziarski
- Sonido: Mercedes Gaviria Jaramillo
- Música: Claudio Juarez, Desdel Barro (Hiedrah)
- Producción: Diego Dubcovsky, Lucía Chávarri
- Intérpretes: Sofía Cabrera, Ana Carolina García, Mauricio Vila, Luis Molina,Marianela Iglesia
Clarisa Navas (dirección)
Clarisa Navas nació en Corrientes en 1989. Es licenciada en Artes Audiovisuales por la Universidad Nacional de las Artes (UNA). Su ópera prima, Hoy partido a las 3 (2017), participó y fue distinguida en distintos festivales internacionales. Las Mil y Una es su segundo largometraje.
