Martes 23 de abril | Mar del Plata
26/09/2015

Liniers: de raro tímido a monstruo escénico

El historietista y dupla artística de Kevin Johansen pasó por el primer día del Trimarchi y dio una charla a un Polideportivo repleto en la que confesó: “Yo le robé a Matt Groening y a Art Spiegelman y me chupa un huevo”.

Liniers: de raro tímido a monstruo escénico
Ricardo Siri Liniers. (Foto Lucho Gargiulo)

Ricardo Siri Liniers es un tipo raro. Uno lo ve y se dice: “Este tipo es raro”. Pero un raro copado, un amigo raro, un raro que se volvió súper cool. Pero raro. Y si en algún lugar un raro es una celebridad es en Trimarchi, donde participó el viernes con una charla para un Polideportivo prácticamente repleto.

En la charla, el creador de Macanudo, habló de todo ese azar que lo llevó a ser uno de los historietistas más reconocidos de la actualidad en Argentina, porque el tipo, raro como es, tuvo y tiene diarias en Página 12, La Nación; ilustró tapas de discos a Andrés Calamaro, a su amigo Kevin Johansen y otros más; publicó libros en Ediciones de La Flor -el sueño de su vida artística-, en el extranjero y con su propia editorial –Editorial Común-; y como si todo eso era poco, realizó tapas en la mítica revista norteamericana The New Yorker.

Ese azar que transformó a Liniers en Liniers, cuenta, empezó en la escuela, cuando era marginado de los partidos de fútbol por no tener ningún tipo de talento para el deporte y se quedaba en el aula dibujando películas que había visto, como Star Wars. Si bien reconoció que no dibujaba bien, le gustaba y eso era más que suficiente.

Ante un Polideportivo lleno de diseñadores y curiosos, Liniers explicó que hubo un momento que tuvo que saltar al vacío y decidir entre abogacía o dibujar. “Si yo sacaba de la ecuación esa necesidad de `hacer algo de lo que pudiera vivir´ me quedaba con el dibujo y eso hice”, dijo en respuesta a esa pregunta tácita que se hacen todos los que quieren vivir del arte y no de un trabajo “convencional”.

El momento de confesión llegó a la charla. Liniers iba a revelar parte de los secretos de Macanudo, la tira que publica en La Nación y que es su marca registrada, su caballito de batalla. Ricardo Siri Liniers tomó una fibra, le pidió a la directora de cámara que enfocara un papel y dibujó un conejo como el personaje de Matt Groening (The Simpsons) en Life in Hell, luego, al lado, dibujó un ratón como los de Art Spiegelman en la celebrada novela gráfica Maus.

Liniers hizo una pausa de mago que está a punto de realizar el mejor truco. Trazó una línea punteada en la frente y orejas del conejo, cortó de los ojos para abajo del ratón y los sumó. Ese resultado es su versión Liniers en historieta, en la que aparece siempre como conejo con anteojos.

Yo les robé a Matt Groening y a Art Spiegelman y me chupa un huevo”, confesó Liniers ante miles de jóvenes que rieron y aplaudieron al artista que, básicamente, dijo que “robar está bien, pero para buscar tu estilo, no para ser una versión chota de otro”.

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Liniers se mostró auténtico ante un Polideportivo casi colmado. (Foto Lucho Gargiulo)

PREGUNTAS PARA LINIERS

Luego de la charla, Liniers aceptó responder algunas preguntas y contó que “cada personaje de Macanudo fue un pequeño experimento. Es como tirar de la lana y ver cuánto hay. Hay personajes que pensé que iban a durar poco y aún hoy siguen saliendo, como Olga, que solo dice Olga ¿cuánto puede durar un personaje que solo diga Olga?”.

-¿Cuál es el consejo que podés darle quienes se metan en el mundo de la historieta?

-El consejo es perder la timidez, eso, este monstruo. Prefiero hacer un papelón frente a todo el público. Prefiero fracasar probando que quedarme en mi casa. Si fracasó, por lo menos morí en la batalla. Perdí el miedo al papelón.

-¿Cómo perdiste la timidez?

-Yo era un alma sensible y pura y llegó Kevin (Johansen), la culpa es de Kevin. Subí al escenario y fue como: “Poder, esto es lo que sentía Benito Musolini”. Es muy peligroso, es como el anillo de El señor de los anillos. Uno a uno soy tímido, si hay 5 mil no.

-¿Cómo te queda el traje de “famoso”?

-No soy Matías Alé, que es lo único que es. No tienen otro talento que ser famosos. Yo soy dibujante. Cuando yo empecé a dibujar podía hacer un fanzine y gastaba guita. En esa época yo hacía el cálculo en cantidad de compacts: “¡Estoy gastando 5 compacts en hacer 100 de estas revistitas de mierda!”. Lo lindo es que ahora no está esa barrera económica, podés hacer tu página de Facebook, desarrollar tu idea y que sea algo.

-Confesaste que le “robaste” a Groening y Spiegelman. ¿Viste cosas tuyas en otro dibujante? ¿Te jode?

-Nunca me molestó ver cosas mías en otros. Es una pavada. Todas las expresiones artísticas se apoyan en lo que viene atrás. Si el tipo es dibujante va a seguir haciendo hasta encontrar algo de él, nadie quiere ser la versión chota de alguien. Y si no es dibujante, copiará diez tiras y hará otras cosas.

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Liniers posando con uno de los carteles que repudiaron los atacas a Juan, su fanático de 11 años. (Foto Lucho Gargiulo)

 

-¿Qué sentiste con todo ese bullyng que se generó en torno a Juan, tu fanático de 11 años?

-Fue todo muy querible en principio. Me mandaron un video del pibe que decía “Me gusta Liniers” y pensaba “que lindo y habla raro y qué sé yo”. Pero la segunda oleada fue una cosa muy fea. Gente que no tiene la capacidad de empatizar, de darse cuenta que atrás de eso hay un chico de 11 años y que hay cosas que no se hacen. Es básico eso. No le hacés algo así a una persona que está en inferioridad de condiciones en el sentido que tiene 11 años.

-¿Por qué te parece que pasó algo así?

-Pasa que ahora en internet todo el mundo quiere ser el más ácido, el primero en hacer un chiste sobre alguien que se murió. No hay que olvidarse de que el hecho que hagas un chiste de mierda y que se ría gente de mierda no te hace humorista. Básicamente es eso. Pero la gente celebra que tuvo 50 retweets y no, tuvo 50 retweets de 50 pibes de mierda. Si vos estás contento haciendo chistes racistas, misóginos y lo que sea, está bien, lo vas a seguir haciendo. Pero me pareció muy desagradable eso.

-¿Lo volviste a ver a Juan?

-Sí. Ayer fue muy lindo, estuve en Bahía (Blanca) con Kevin y estuvimos con Juan. Le regalé un montón de dibujos, le llevé originales y estuvo muy contento. Todos los políticos que están haciendo campaña ahora sueñan con alguien que hubiese hecho la publicidad que hizo Juan para mí.

-Remarcás que no sos periodista, pero, como con la marcha por el #NiUnaMenos, supiste sintetizar el momento social con un dibujo. ¿Cómo hacés?

-Mi manera de funcionar es bajar cosas al papel y pensarlas al papel. Cualquier cosa. Macanudo es eso, yo pensando cosas en el papel. Y cuando cosas que son muy fuertes las bajo al papel para pensar, si veo que eso tiene un sentido, me gusta y tiene un mensaje que yo quiera poner lo publico. Cuando apareció el nieto de Estela de Carloto, como que bajé lo del abrazo y me dije: “Claro, eso no le sacaron, lo único que querés cuando perdés a alguien es abrazarlo”. Hice el dibujo y se lo regalé a ella.

-Ahora, con todos los problemas de refugiados en Europa dibujaste el nene sirio muerto en la playa. ¿Por qué?

-Con el chiquito que murió en la playa mi arranque a la mañana fue, cuando apareció la foto, no mirarla y no mirarla y no mirarla. Tengo hijas que tienen más o menos esa edad y la reacción fue no mirar. Después dije “no”. Primero: mi trabajo es pensar estas cosas. Segundo: no estoy mirando algo que me parece que hay que mirarlo, es tan horrible que hay que mirarlo. Y para un dibujante la manera de mirar más concentrado es copiar el dibujo, copiar la imagen. Entonces me dije: “Me voy a obligar a copiar al chiquito para que esa imagen no se me vaya nunca”. Después me dije “¿Publico esto?”.

-Obviamente lo publicaste ¿Fue difícil hacerlo?

-Fue la vez que más dudé en publicar algo. Y la razón por la que lo publiqué es que la semana anterior se habían muerto cincuenta personas en un camión, en el que también iban tres chicos y no generó ningún tipo de reacción. En cambio con la imagen de este chico pasó algo, la gente reaccionó y me dije: “Sumemos a que está ola se haga grande”. Mi manera de sumar es con ese dibujito, no es una gran suma, pero…

Liniers pasó por Mar del Plata, pasó por Trimarchi y durante el tiempo que duró su charla, el tiempo que respondió estas preguntas, fue el amigo raro que todos queríamos tener.

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26/09/2015