Viernes 29 de marzo | Mar del Plata
09/10/2015

“La música se volvió aire”

La voz de “Dios los Cría”, Pato Duhalde, se presenta esta noche, desde las 22, con su proyecto paralelo “99 Monos” en Mingus, Hipólito Yrigoyen 2575. “Será una especie de ensayo abierto, porque el lugar no necesita amplificación, algo súper puro”, dijo el cantante.

“La música se volvió aire”
Pato Duhalde, de Dios los Cría a uno de los monos en una noche primitiva. (Foto facebook Dios los Cría).

El hombre que hace años anunció que el disco había muerto, Patricio Duhalde, continúa con su postura ideológica haciendo música para colgar “en el aire” y se presentará junto a su proyecto paralelo, 99 Monos, este viernes a las 22 en Mingus, Hipólito Yrigoyen 2575.

El proyecto del que participa el cantante de Dios los Cría, según él “nació de una forma tan peculiar que lo hizo irresistible no hacerlo”. Un día, el guitarrista de Que Querés Natalio Cocuk fue a mostrarle unas canciones a Pato y empezar a producirlas. Al poco tiempo se dieron cuenta que habían hecho unos trece temas. Las canciones salían, aparecían, surgían. Ahí los dos músicos entendieron que había “algo”.

Lo que hacíamos con Natalio no sonaba a Dios los Cría, era otra cosa y por eso dijimos que valía la pena editarlo. Hacer algo que ya habíamos hecho hubiese sido al pedo, no era necesario”, dice el cantante.

El disco de 99 Monos se puede escuchar por internet, se consigue, está en todas partes. Suena a otra cosa, a rock ochentosa mezcla de una noche de joda en que pasaron muchas cosas inentendible. “99 Monos tiene otra temática, otra forma de escribir. Todos hacemos lo que no hicimos nunca. Yo canto de otra forma, tocamos estilos que son distintos. Incursionamos y exploramos en estilos muy eclécticos, como música disco”, dice Pato Duahlde.

-Tantos años al frente de una banda que marcó un estilo en la ciudad ¿no tenías miedo a hacer el ridículo yendo hacia otros caminos?

-Soy muy crítico a nivel musical. Si creo que algo está bueno para editar, primero lo veo como oyente de música. Durante toda mi vida fui más un melómano que un músico. Siempre el estándar de música tiene sus parámetros muy arriba, siempre uno trata de llegar lo más cerca posible de las cosas que le gustaron. Y eso tiene su exigencia.

-¿El disco sigue muerto?

-Eso es ya una cuestión, una postura intelectual y filosófica sobre el por qué. A nosotros nos pasó el haber estado en una época en que las compañías discográficas eran muy necesarias. Todo ese período donde era la única posibilidad de hacerlo hasta el hecho de ya no ser necesario no deja de ser una gran escuela. Ahora el acercamiento a la gente es directo y eso cambia todas las reglas de juego y también es la gente la difunde todo.

-¿Y cómo es adaptarse a esto?

-Es un proceso que está pensando y lo más difícil de todo este proceso es el orden. La gente necesita tener un orden. Antes el orden era simple, un tipo sabía que para escuchar música iba a la disquería y compraba un CD. Hoy ya no es tan claro, hoy la música se volvió aire.


-Velaste al CD ¿Sentís que todos participaron del entierro o hay quienes se resisten?

-Las generaciones nuevas no son fetiches, no les importa tener la música, les importa escuchar. Y mientras más simple se lo hagas va a llegar más fácil. Es un laburo que todavía hay que hacer a tiempo. Porque te encontrás al tipo que quiere el objeto y el que no le interesa, y tal vez convive el mismo público en la misma noche.

-Hoy parece que más que discos, lo que rinden son canciones ¿Qué te parece?

-Es un problema de la industria, la industria llevó a que eso sea así para vender rápidamente. Entonces a toda banda que editan lo único que importan es que tengan dos canciones que se puedan difundir, para la industria eso es suficiente.

-¿Y para que un álbum sobreviva?

-Lo difícil en un álbum es que si uno hace un álbum es que se pueda pensar, grabar y que sea escuchable de punta a punta. Eso es lo que hace a un buen álbum. En el último tiempo eso dejó ser importante y es una gran cagada a nivel cultural. No se hacen álbunes como El lado oscuro de la luna, nadie pensaría en hacer algo así. Salvo con esta nueva posibilidad, que se empieza a valorar a la música como música y no como producto musical para vender. Esa es la gran diferencia, hasta culturalmente.

-¿Al músico le cambia la lógica de pensar su arte el tema de que no haya una compañía que edite su disco?

-Es que los mismos músicos, como no dependen de ninguna estructura, hacen que si hay cuatro buenas canciones no haya que tener catorce, no haya que poner relleno. Al músico le saca la presión de pensar cuando tiene que crear. Lo que pasa con la música, y eso se nota, es que está pensada más que sentida. La industria dice que tenés que lograr el hit y no es importante, sí es importante una buena canción.

-La industria en un sentido orwelliano casi.

-La industria, en el hecho de sentirse extinguida, pasó a sacar canciones descartables y dejó de tener lo importante, su pertenencia a través del tiempo. Todo músico a lo que aspira es a cierta forma de inmortalizarle a pesar de su tiempo de vida, dejar cosas que puedan seguir repitiéndose. Lo que trato de buscar es eso, en cierta forma ganarle una pelea a la muerte, que perdí de movida pero bueno, con eso se la puede cagar.

99 monos

 

-¿Cómo entra la música de 99 Monos en esta lógica, con un álbum de 13 canciones?

-Al álbum lo pensamos para ser escuchado de punta a punta. Hay muchas canciones que quedaron a fuera por no ser relleno. Se repetían dentro de la temática del álbum y por eso no están.

-¿Es difícil dejar canciones afuera?

-Sí, pero con el tiempo empezás a ser objetivo, para que la obra quede de una forma pensada para que perdure, le das bola a la obra.

-¿Estás conforme con lo que hicieron?

-Me encanta, me divierte y me lleva a tocar que eran mis comienzos. En Mingus vamos a hacer una especie de ensayo abierto, porque el lugar no necesita amplificación. Es tocar de equipo y lo que suena es lo que estamos tocando. Es súper puro.

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09/10/2015