“Siempre escribí para emocionarme yo, para sanarme”
Lo dijo Juan “Piti” Fernández, cantante de Las Pastillas del Abuelo, antes de presentarse este miércoles a las 21 en GAP. “Estamos creando un disco rockero”, contó el vocalista a QUÉ en una entrevista sobre la banda, el país y la mar en coche.
“Fue muy original, fue una locura, fue muy creativo”, cuenta el cantante de Las Pastillas del Abuelo, Juan Piti Fernández sobre lo que fue realizar el disco El barrio en sus puños, una ópera rock que cuenta la vida del boxeador Ringo Bonavena. En pleno proceso de pre producción de un nuevo disco, la banda se presentará este miércoles a las 21 en GAP, para que empiece otra vez el ritual en Mar del Plata.
En 2014 lanzaron El barrio en sus puños, una ópera rock de doce canciones que narra cronológicamente la vida del boxeador Ringo Bonavena. El año pasado armaron un ciclo semanal para tocar este material en el Teatro Ciego de Capital Federal, un lugar donde se vive el arte totalmente a oscuras. “Fue alucinante hacer la ópera rock. Las letras estaban ya escritas por nuestro amigo Alberto Sueiro. Pero la idea de musicalizar esa ópera fue rara porque los temas, las escenas transcurrían en diferentes localidades, como Estados Unidos o Pompeya; por eso la obra tiene tango, country y candombe uruguayo”, dice Piti.
-¿Por qué hacer una obra conceptual de la vida de Bonavena?
-La idea original fue de Alberto, con quien en algún momento hicimos una canción para Maradona. Estuvo tan buena la experiencia, que cuando se estaba por hacer una película sobre Bonavena, Alberto me dijo: “¿Por qué no le ponés música a esta poesía que tengo para Ringo?”. La película se cayó y las canciones quedaron flotando sin lugar para pertenecer. En esa época fui al Teatro Ciego y después nos pareció buena idea que estas canciones se desarrollaran en ese marco.
-¿Cómo es armar un show en Teatro Ciego?
-Es increíble, de eso se encargan los que saben, el equipo de Teatro Ciego. Tienen mucha creatividad a la hora de expresar situaciones y escenas con olores, con sensaciones como lluvia, frío, calor. Hacen quilombo, son técnicas muy especializadas para generar sensaciones en la oscuridad. Los efectos especiales y las escenificaciones fueron hechas con los actores de Teatro Ciego, quienes actúan en oscuridad total.
-¿Y para narrarla alcanzó con las canciones?
-La poesía es cronológica, la letra es desde que Ringo nace hasta que fallece con una muerte trágica. Por eso no fue tan difícil armar el guion.
-¿Qué sentiste como espectador de una obra en Teatro Ciego?
-Tuvimos la oportunidad de disfrutar como espectadores una vez de El barrio en sus puños. Los actores habían grabado un ensayo de Las Pastillas del Abuelo y nos lo pasaron a oscuras. Después tuvimos el privilegio de tocarlo. Pero esa vez que lo disfrutamos fue increíble, una experiencia única.
-¿Cómo los encuentra este 2015?
-Disfrutando. Estamos creando un disco rockero. El barrio en sus puños vino después de Desafíos, pero es un disco acústico con aires tangueros. Así que la gente está esperando un poquito de rock, por eso estamos ensayando las canciones nuevas.
–Hay quienes llegan a tatuarse canciones de Las Pastillas, cada vez son más los seguidores de la banda ¿Sentís presión a la hora de escribir una canción por el efecto que generás en quién escucha?
-Creo que siempre escribí siendo consciente que generaba mucho en los demás, pero respetándome a mí. Siempre escribí para emocionarme yo, para descargar, para sanarme yo. Escribir es un pacto con uno mismo y esa responsabilidad hace que uno tenga que ser sincero y honesto antes que nada.
Las Pastillas del Abuelo es una banda que no desatiende lo que pasa en el país. Desde sus canciones, sobre todo en canciones como “Gobiernos procaces!” del disco Desafíos, dan su mirada del mundo y la sociedad. También participan de movidas sociales y en su disco Versiones (2010) trabajaron el arte y diseño de la portada con YO NO FUI, una empresa social que trabaja en proyectos artísticos y productivos en los penales de mujeres de Ezeiza y afuera, una vez que han recuperado la libertad.
-¿Cómo ves el país en este año tan político?
-Lo veo como siempre, las cosas cambian, pero no tanto. Hay muchas ollas destapadas y eso me parece buenísimo. Dejan entrever de un lado y del otro que el fanatismo no es nada sano. Sé que hay mucha corrupción, se sabe, la pregunta es si eso sirve realmente, algunos piensan que si roban mucho a la clase media y alta para distribuir a los pobres está bien, yo no estoy tan seguro de eso y de que sea la mejor forma para el país. Hubo épocas peores, donde la democracia no tenía lugar, momentos de muerte y tortura, momentos de nn donde había una ignorancia nociva para el país. Hay mucho por trabajar, estamos lejos de ser el país responsable, honesto y progresista que todos queremos tener.
-¿Qué opinás de tocar en escenarios públicos cuando muchas veces son utilizados por la política?
-Lo hemos hecho, decimos que los lugares públicos que están destinados a eventos culturales nos parecen buenísimos. Después que la gente sepa tal o cual acción del político es otra cosa. Incluso en ese mismo escenario sirve para dar nuestro parecer de ese político. Hemos tocado en el Rockeaba, que está organizado por la gente de Scioli y aprovechamos para decir que la Policía Bonaerense es la peor policía que ha existido hasta el momento, la más peligrosa y la más corrupta. Creo que hay que valorar los escenarios públicos, porque en otro momento no había lugar para la cultura. Una persona como Macri no le da lugar a la cultura tampoco. Si hay lugares, yo estoy a favor para utilizarlos y aprovechar ese lugar para difundir un reclamo.
Las Pastillas del Abuelo es una de las bandas de rock nacional que más creció en la última década. Desde que el tema “El Sensei” se viralizó allá por el 2004, pasaron y llenaron todos los lugares del circuito de bandas y son una fija en festivales grandes. En Mar del Plata empezaron tocando en La Mula Plateada para no más de 30 personas y ahora llenan GAP cada vez que vienen.
-¿Extrañás algo de la época under?
-Es una pregunta oportuna porque ahora estamos tratando de generar una movida en México donde nos vienen a ver 100 o 130 personas y ellos allá son 200 millones. Vamos sin la familia, con un equipo reducido y los músicos tenemos que ir cargando los equipos, armar el escenario, nos encargamos de todo y terminamos rotos. Por eso valoramos mucho el momento que estamos viviendo en Argentina.
-¿Cómo es tu relación con la canción “El Sensei”?
-Yo estoy feliz del “Sensei”, en su momento fue una estrategia nuestra de no tocarlo, para que no nos confundan con una banda de joda y fumona. Queríamos darle la oportunidad a todas las demás canciones y su poesía, para que la gente no se confunda con que es una banda de un solo tema. Pero lo tocamos, lo tocamos en los barrios bajos, en alguna parroquia que nos lo han pedido. Hoy fui a tocar a un hospital psiquiátrico para unos pacientes, pidieron “El Sensei” y lo tocamos. Yo estoy a favor de la marihuana, de la legalización, el tema es tocarlo en momentos claves. Lo tocamos cuando sabemos que vale la pena, incluso nos dijeron que es como un himno para los autocultivadores y eso nos pone contentos.
Las Pastillas se presentarán el 3 y 10 de febrero con El barrio en sus puños en La Trastienda, Capital Federal. Después en el Cosquín Rock, tienen otro Luna Park programado, más ensayos para el disco nuevo que pretenden sacar en la segunda mitad del año, una nueva gira y la mar en coche. Vaya uno a saber cuántas cosas más le esperan a una banda que siempre tiene una nueva gambeta, una sorpresa, una fantasía.
Esta noche a las 21 Las Pastillas se presentan en GAP, así que a celebrar “que se hayan inventado Las Pastillas del Abuelo, y por supuesto la 20 que explota”.
