Jueves 18 de abril | Mar del Plata
13/02/2022

Títeres en Mar del Plata, un legado de Pepe García

Los inicios, el semillero que dejó su papá y el arte de contar cuentos. Pablo y Cristina García, hijos del histórico “Pepe”, dialogaron con Qué digital previo al Día del Titiritero Marplatense.

Títeres en Mar del Plata, un legado de Pepe García
(Fotos: Qué digital)
Alina Rodríguez Martín

Por: Alina Rodríguez Martín

Los títeres e historias de Pepe García son innumerables. El titiritero tuvo la sabiduría para hacer divertir y emocionar a familias enteras tanto en Sacoa como en sociedades de fomento, jardines de infantes, teatros y hasta en la cárcel. A dos años de su fallecimiento, sus hijos Pablo y Cristina García junto a otros artistas son parte de un legado que sigue atrayendo a distintas generaciones. Mar del Plata celebra un nuevo Día del Titiritero Marplatense para homenajear el oficio que compartió el artista.

 “Son incontables los títeres de mi papá, los tenemos guardados con mi hermana y también hay titiriteros que hicieron talleres con él que los tienen. Andan desparramados por todos lados, porque él no fabricaba sino que se los compraba a distintos artesanos por eso mezclamos diferentes estilos. Buscamos mantener la manera de hacer las cosas de papá, de crear historias con diferentes muñecos”, compartieron con Qué digital Pablo y Cristina García, en la previa de la fecha que recuerda y celebra a su padre.

Es que, tras el fallecimiento de Pepe García se instauró por ordenanza el Día del Titiritero Marplatense. Cada 14 de febrero -fecha de su nacimiento- la norma establece que tanto la Secretaría de Cultura como la de Educación programen acciones para la celebración. Sin embargo, las actividades que se van a desarrollar este lunes se realizan gracias a la autogestión de diversos artistas locales.

El año pasado, por inclemencias climáticas, solo se realizó una emotiva función en el espacio Cuatro Elementos. Pero este año los espectáculos para homenajear a Pepe García se multiplicaron. Así este lunes a las 19 con entrada gratis, los jardines de la Villa Victoria serán el escenario para una función de títeres a cargo de Pablo y Cristina García junto a la marionetista Sol Lavítola. Luego se realizará un recorrido guiado en el microcine donde habrá premios, títeres y objetos que representaban al gran titiritero. “Él también era un maestro de la astrología, el I Ching, las cartas del Tarot. Sabía mucho y se lo ofrecía a sus amistades”, explicó Pablo.

En simultáneo, habrá funciones gratuitas en cuatro barrios de la ciudad. Así, Mariano Michelino ofrecerá una función en el barrio Santa Rosa de Lima, en Gascón y 236, en tanto que Daniel Di Lorenzo de El Vagón de los Títeres estará en la sociedad de fomento Don Emilio, en Canesa 1638. Por su parte, Andrés ‘Dedos Parlanchines’ saldrá a escena en el barrio Parque Hermoso, en calle 206 esquina 7. Y la compañía La Pajarera dará función en el barrio Virgen de Luján, en calle 230 entre Río Negro y Falkner. “Ir a los barrios es el espíritu de lo que a mi papá le gustaba a hacer. El trabajo cultural está en los barrios. A esos lugares hay que ir, hay que estar y el Estado municipal no está llegando demasiado”, sostuvo el hijo mayor de Pepe.

Previamente, este domingo a las 21:30 el colectivo EPA realizará una varieté de títeres en El Galpón de las Artes, en Jujuy 2755, con entrada por cooperación solidaria donde todo lo recaudado será destinado al Primer Encuentro de Títeres “Pepe García”. Según anticiparon, el festival comenzará el jueves 24 de marzo en diferentes escenarios y finalizará el domingo 27 con funciones en el Teatro Auditorium.

Lo que se destaca de papá es su generosidad. Hay un diario que recuerda: ‘José Lucas García, el titiritero Mate de Luna ofrece funciones gratis en los barrios’. Él ya tenía esa idea en el año 1966 y la sostuvo también en Buenos Aires. Una parte de él siempre estuvo en los barrios con chicos que no podían pagar la entrada, porque el arte es es salud mental”, confirmó Pablo.

CRECER HACIENDO TÍTERES CON PEPE

En 1966, José Lucas García comenzó a hacer títeres, en ese momento Pablo tenía 5 años y Cristina un año y medio menos. “Mi papá trabajaba con juguetes y eso para mí era fantástico”, recordó el artista. Por su parte, su hermana menor afirmó que a ella la cautivó “su capacidad de contar historias y llamar la atención”.

Por aquellos años, el Centro de Educación Física N°1 (CEF) del complejo Auditorium no tenía sala teatral y el espacio que luego fue bautizado Ruperto Godoy, junto a El Astral y otros escenarios, eran los lugares donde Pepe, junto a sus hermanos y amigos, conformaron la compañía “Los 4 gatos”, grupo que actualmente está vigente con su hijo e hija.

Posteriormente, Pepe García entró a trabajar a Sacoa y Pablo no faltó a ninguna función. “Me conocía algunas historias de mi papá de memoria y una vez después de la función papá tenía que ir a un cumpleaños y me dice que vaya yo, que la plata iba a ser para mí. Ese fue mi debut profesional, tenía diez años. Después seguí, lo acompañé, cada uno hacía un personaje y así crecí junto con él”, rememoró su hijo.

“Con mi hermana empezamos juntos, pero ella después estudió Ingeniería Química. Nosotros éramos chicos y no llegábamos arriba, así que para que se vieran los títeres nos ponían cajones de Coca Cola de madera al revés y ahí hacíamos funciones de títeres”, describió el titiritero respecto a los inicios junto a su padre.

Empezamos entre los 11 y 10 años a reemplazar a papá cuando no podía él. Hacíamos cumpleañitos, funciones en Sacoa cuando tenía otro trabajo. La primera función con responsabilidad fue en la carpa municipal con el espectáculo llamado ‘Un baúl para jugar’ en el que dos cantantes cantaban canciones para chicos y nosotros hacíamos los títeres, que eran de papá, como las historias”, afirmó Cristina.

Durante una década Pepe García divirtió a niños y niñas que iban a jugar a Sacoa. En 1981 le dejó su puesto a Pablo para ir a trabajar a Buenos Aires y solo venía a Mar del Plata en el verano. Y cuando se cansó de trabajar en el lugar le dejó a su hijo mayor el teatrillo con el que brindó funciones hasta el 2010. “Nosotros nunca sentimos que competíamos (con las máquinas), los chicos se recontra divertían y no pedían ir a los juegos”, graficó Pablo. En este sentido, Cristina aportó que como se festejaban cumpleaños, estaba todo muy bien organizado. “Todo tenía su momento. Tenían las fichas, la función en un horario y la comida”, subrayó.

Aunque el registro de Pepe es único, Pablo mantiene en algún punto su forma, en cambio Cristina confesó que tuvo que trabajar la voz para interpretar diferentes personajes. “Al principio hacía Pinocho y voces femeninas, pero en una época me tocó hacer Sacoa sola durante todo un invierno porque no podíamos perder el lugar. La garganta se me acomodó, a mi viejo siempre le llamó la atención que llegara a hacer esas voces, el falsete, la voz de títere, pero lo mío fue entrenamiento”, evidenció.

Papá diferenciaba las voces de una manera única. El viejo es irremplazable. Tenía gran capacidad de hacer modismos

Si algo distinguió a Pepe García fue su manera de contar historias, detrás y delante del teatrillo. “Él acumulaba títeres en una pieza y cada tanto miraba los que hacía mucho que no usaba, los agarraba e inventaba un cuento. Si le salía bien, quedaban, si no no los hacía más. Hicimos muchas historias a pedido para ‘A desaburrir el invierno’ o el Museo del Mar; eran temáticas”, compartió Cristina.

“Una vez lo acompañé a hacer funciones a la cárcel. Ese día a la mañana le había tocado hacer títeres en un jardín y a la tarde en el Penal, y no había tenido tiempo de cambiar los cuentos. Y veíamos a los internos de máxima seguridad llorando y riendo con los títeres como si fueran criaturitas. Mi papá no lo podía creer porque prácticamente eran las mismas caras. Después se le acercaron a agradecerle”, recordó su hija.

“Hay historias que son nuestro tesoro y son de distintas épocas. El personaje Rompeportones es uno de los primeros que hizo y yo lo sigo usando, estaba inspirado en un pibe malo y grandote”, apuntó Pablo.

Y así lo rememoró Cristina: “Teníamos un libro que se llamaba ‘Kásperle’, era un títere alemán como Polichinela en Italia. Papá se inspiró en este personaje e hizo a Fosforito, que es mi Piolín ahora”. Y, al mismo tiempo, Pablo sostuvo que “los personajes se fueron transformando”.

Sin lugar a dudas, en el último tiempo los títeres se fueron adaptando al titiritero. “Ya después de los 70 años las obras eran más de diálogo, con títeres de boca y no de guante”, recordó Pablo. Y, en este sentido, Cristina sintetizó que los títeres “fueron perdiendo movilidad y agresividad también por toda la cuestión social”.

“Había lugares con un libro donde la gente podía comentar y por ahí escribían ‘que mal que los títeres se peguen’ o  ‘muy violento’ y de a poco (Pepe) empezó a buscarle otra vuelta por él mismo y por eso que cambiamos como sociedad de menos tolerancia hacia la violencia. Él iba tomando registro de todas esas cosas y las iba incorporando”, analizó.

Pepe García creó argumentos de todo tipo y se sumó a múltiples causas. “Así participó de Arte x la Identidad, el Colectivo por la No Violencia lo convocaba mucho y él se prendía en todas”, sostuvo su hija. Justamente, parte de esas organizaciones sociales ahora buscan el legado que dejó Pepe para seguir trasmitiendo mensajes a través de las funciones de títeres.

Después de dos años atravesados por la pandemia, Pablo y Cristina aseguraron que recién ahora están apuntando a hacer funciones. “Estamos trabajando en ‘El retablillo de Don Cristóbal’ que es una obra para adultos de García Lorca que siempre hicimos con papá y excede nuestra manera de trabajar y nos fascina por lo poética y divertida. Estamos preparando muñecos, escenografía, utilería y música en vivo. La estamos ensayando y seguro en el invierno la vamos a estrenar”, cerraron.

Pablo y Cristina, hijos del histórico Pepe García.

EL SEMILLERO DE UNA GENERACIÓN DE TITIRITEROS Y TITIRITERAS

Pablo y Cristina conforman también el Colectivo EPA y junto a otros titiriteros y titiriteras vienen haciendo festivales y funciones con el objetivo de recaudar fondos para el Primer Encuentro de Títeres “Pepe García”. Los espectáculos no son solo para el público infantil sino que atraviesan a diferentes generaciones. “Nos viene a ver gente grande que me dicen que me veían hacer funciones a mí en Sacoa y sus padres veían a mi papá. Nos ven nietos, bisnietos”, recordaron los hermanos.

“Parte de lo que dejó papá fue una nueva generación de titiriteros que se formaron al lado de él, que lo fueron conociendo y a muchos los tuvo al lado enseñándoles. Lucila Manzo, Silvina, Marcos, Sol Lavítola son parte de una generación que creció con él. A todos los que pudo, él los impulsó a hacer y está muy bueno que haya mucha movida”, aseguró Cristina.

Además, EPA tiene un costado solidario que durante las restricciones que impuso la pandemia fue fundamental. “Hay dos productos culturales que dejó papá: uno es EPA y el otro es Alternativa Cultural Marplatense que también se llama ‘La Pepe García”, una agrupación política cultural donde tratamos de aportar ideas sobre cómo tendría que gestionarse los recursos en Mar del Plata y somos parte del Observatorio Cultural”, completó Pablo.

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13/02/2022