Viernes 19 de abril | Mar del Plata
31/07/2016

Un lugar para vivir de viejos en el MAR: intimidad y nostalgia

El Museo MAR expone los trabajos de la artista Ana Gallardo en diversos soportes, como dibujos, videos e instalaciones. Una multitud de prácticas que encara para enfrentar el miedo a la muerte y a la indiferencia social.

Un lugar para vivir de viejos en el MAR: intimidad y nostalgia
(Fotos: QUÉ Digital)

Un lugar para vivir cuando seamos viejos, de Ana Gallardo es, junto a Argentina Lisérgica, una de las nuevas muestras que se pueden recorrer en el Museo MAR: dibujos, videos, instalaciones y registro de acciones de una artista sensible que desde su obra enfrenta el miedo a la muerte, al deterioro de la vejez, a la soledad y a la indiferencia social.

Ana Gallardo cuenta su vida con su obra. Literalmente la cuenta, como exponer su currículum para hacerle entender al curioso que ella trabajó y trabaja toda su vida, que el arte es un escape, una necesidad, pero nunca un negocio o su sustento.

Ana también cuenta con textos un camino para recorrer su obra: cuenta la muerte de su mamá y las dificultades en darle descanso eterno en México en la muestra Boceto para la construcción de un paisaje: La laguna de Zempoala.  

Toda la obra reúne una multitud de prácticas que encara con el objetivo de enfrentar el miedo a la muerte o a la vejez que encierra la muerte en vida. En la serie Acciones primarias, Gallardo recibe clases de jubilados mayores de 70 años que finalmente se dedican a lo que siempre quisieron: como bailar danzón, baile japonés tradicional o cantar karaoke.

MUSEO MAR (2) ANA GALLARDO
MUSEO MAR (10) ANA GALLARDO
MUSEO MAR (8) ANA GALLARDO

Ana también se mete de lleno en la denuncia social, como es el video que muestra Silvia Mónica, referente de la fundación AMMA, cantando un tango que refleja la prostitución infantil. O un mural, una especie de diario íntimo escrito en cemento fresco, en que la artista narra los pensamientos de una mujer que trabaja en un geriátrico para prostitutas en México.

En los actos cotidianos y las relaciones afectivas percibo hechos artísticos. En los momentos de intimidad y confianza siento que se produce lo que llamo obra”, resume Ana sobre su obra.

La muestra de Gallardo atraviesa el interior de uno mismo, es un recorrido en que hay cierta nostalgia en las obras de la artista, cierta paz, desconsuelo por lo inevitable y felicidad, felicidad de que al final del camino existe un descanso para cada uno, mejor y peor para cada uno.

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31/07/2016