Jugó a lo grande, se retiró a lo grande: Leo Gutiérrez
El último capitán de Peñarol tuvo un emotivo partido homenaje junto a su familia y parte de la Generación Dorada. Amigos, campeones Milrayitas y de Atenas fueron algunos de los actores de la fiesta del ala pivot que fue Oro en Atenas y máximo ganador de la Liga.
El Islas Malvinas se puso de pie por última vez para recibir a Leo Gutiérrez con las zapatillas deportivas. Entre lágrimas, emociones cruzadas, amigos, familia, excompañeros y con su hijo Pepo en cancha, el cordobés de corazón marplatense tuvo su partido homenaje en el Polideportivo y se retiró dejando una gran huella en el país, en el seleccionado argentino, en clubes de Argentina y principalmente en Mar del Plata y en Peñarol, ciudad y camiseta con la que decidió retirarse.
Simplifiquemos: un amor, Leo Gutiérrez y Peñarol. De llegar entre puteadas y de escupir la camiseta de Peñarol en la cancha de Boca, a jugar su último partido en Mar del Plata con la camiseta Milrayitas y ver la emoción de los hinchas y seguidores en sus caras. Entre casi dos horas de cánticos que siempre fueron para el recordman de la Liga Nacional y sus seres más queridos, así fue el contexto del partido que jamás olvidará uno de los últimos referentes del básquet en Argentina, al que difícil será barrerle todos los récords que rompió: diez títulos de liga, un medalla dorada en los Juegos Olímpicos Atenas 2004, campeonatos sudamericanos, un subcampeonato del mundo y el récord el triples, todo esto y más fue la cosecha del ala pivot nacido en Marcos Juárez.
El Polideportivo se vistió de gala para recibir al último ala pivot de la Liga Nacional y sus amigos: Luis Scola y Andrés Nocioni de la Generación Dorada, Facu Campazzo, Nico Brussino, Selem Safar y Marcos Mata, todos compañeros en Peñarol, Milanesio, Osella y Campana, sus tres referentes en el Atenas campeón, el marplatense Patricio Garino y Laprovittola del seleccionado, Sergio Hernández y Rubén Magnano, campeón con ambos entrenadores y distintos referentes de la selección Argentina y de sus exequipos acompañaron a Gutiérrez en su última noche, que al igual que en su último partido de la temporada, estuvo junto a su hijo Francisco en el vestuario y cancha.
Se jugaron los clásicos 40 minutos, hubo duelos entre amigos y compañeros, pero esta vez el resultado fue lo que menos importó. La sonrisa la tuvo dibujada durante las dos horas que duró el homenaje, contrario a la cara de aguerrido que siempre tuvo durante los partidos.
Hizo lo que quiso y con quien quiso: no hay mayor satisfacción para un jugador que ganó todo -que tuvo siempre a su familia al lado- que retirarse y jugar un último partido con todas esas personas que alguna vez lo empujaron y lo alentaron para que nunca bajara los brazos.
Nació con un carácter que fue marca registrada, fue líder y capitán, fue el más ganador de Argentina y rompió todos los récords. Ahora, la próxima vez que salga del vestuario, será sin la camiseta y sin el short, pero con la camisa de entrenador de Peñarol.
Equipo 1 blanco: Luis Cequeira, Selem Safar, Eduardo Dominé, Cristian Romero, Fernando Podestá, Alejandro Konsztadt, Andrés Rodríguez, Carlos López Jordan, Luis Villar y Ezequiel Lamas.
Equipo 2 Azul: Luciano Masarelli, Juan Pablo Figueroa, Nicolás Lauría, Nicolás Brussino, Alejandro Reinick, Marcelo Milanesio, Héctor Campana, Carlos Alemano, Gonzalo Bogado y Juan Gutiérrez.
Equipo 3 blanco: Germán Sciutti, Nicolás Laprovittola, Franco Giorgetti, Diego García, Reymundo Legaria, Roberto Acuña, Luis Scola, Juan Ignacio Sánchez, Walter Storani, Ignacio Ravellino y Francisco Gutiérrez.
Equipo 4 azul: Facundo Campazzo, Marcos Mata, Patricio Garino, Pablo Barrios, Hernán Jasen, Gabriel Fernández, Andrés Nocioni, Sebastián Rodríguez, Diego Osella, Jorge Zulberti y Pablo Abertinazzi.
* Leonardo Gutiérrez formó parte de todo los equipos y jugó un cuarto con cada uno de ellos.
