Mauricio “Coqui” Ibarbure lleva su experiencia y su poderoso pie izquierdo a Tokio
El bochista marplatense parte este viernes al continente asiático junto a la delegación argentina para disputar sus sextos Juegos Paralímpicos consecutivos.
Además de una formidable precisión en su pie izquierdo, el bochista marplatense de 40 años recién cumplidos Mauricio Ibarbure lleva a Tokio una vasta experiencia que intentará usar como arma para mejorar aún más su desempeño. Es que este viernes, la delegación argentina de boccia -que integra Coqui, quien disputará su sexto paralímpico, en categoría individual y por equipos- viaja al continente asiático para participar de los Juegos Paralímpicos, máximo evento del planeta para el deporte adaptado. Su historia de vida y los hitos de una laureada carrera deportiva.
Tras un largo y triunfal ciclo olímpico que contó con una medalla dorada en los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019, para estos postergados Juegos Paralímpicos Coqui Ibarbure ya está listo y a punto de partir para Tokio junto a los bochistas Ailén Flores, Stefanía Ferrando, Luis Cristaldo y Jonatan Aquino, su entrenador, Pablo Iocca, y el jefe de equipo (head coach) Cristian Rosado, ambos marplatenses.
Hasta el momento solo se conoce que la competencia individual comienza el 28 de agosto pero aún no así los rivales ni el día y horario específico que debutarán en este evento tan importante.
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Mauricio Javier Ibarbure nació hace poco más de 40 años en la vecina localidad de Miramar. Al igual que el otro representante paralímpico local, Matías De Andrade, Coqui es marplatense por adopción, pero no tanto por elección: nació con una parálisis cerebral severa que le limitó la utilización de sus miembros superiores y lo obligó a radicarse con sus cinco hermanos y su madre en Mar del Plata para rehabilitarse. Allí se encontró con su pasión deportiva.
El Circulo Deportivo de Lisiados (Cideli) de Mar del Plata, ubicado en las inmediaciones del Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur (Inareps) hace las veces de “semillero” de los deportistas que se van especializando en distintas disciplinas al punto de no solamente encontrar una actividad física para realizar, sino también hallar una pasión y tener la posibilidad de competir a nivel nacional e internacional.
Desde los diez años, los profesionales que a diario concurren al predio vieron en Ibarbure a un bochista nato y no lo dudaron: lo convencieron de empezar a entrenarse, y tan solo seis años después ya se estaba colgando la medalla de campeón americano de boccia.
A diferencia de muchos de sus colegas, Coqui utiliza su pie izquierdo para lanzar las bochas a raíz de tener una función limitada en sus brazos, pero eso no le ha impedido en su extensa trayectoria practicar el deporte.
Lógicamente, en su vida cotidiana también utiliza su pie izquierdo para pintar cuadros, escribir o usar la computadora, actividades a las que se suma la más importante: el cuidado de la hija de 5 años que tiene junto a su compañera, Lorena.
UN CICLO OLÍMPICO PARTICULAR
Claro está, la preparación para llegar hasta su sexto Juego Paralímpico no fue para nada fácil, más aún en un contexto de pandemia y las restricciones propias para evitar los contagios. Esto se vio agravado aún más ya que en esta disciplina paralímpica compiten personas que forman parte de los grupos de riesgo y su exposición era todavía más riesgosa.
Pero después de varios meses sin poder entrenar junto a compañeros y compañeras, por precaución pero también por la falta de criterio de las autoridades nacionales para establecer protocolos y excepciones a las y los atletas que representan al país y para quienes cada día de entrenamiento es vital, finalmente pudo volver a entrenar en Circulo Deportivo de Lisiados (Cideli) de Mar del Plata, en forma de “burbuja” y con extensos protocolos sanitarios en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard).
Así, como sucede cada cuatro años, con el cierre de telón de los Juegos Olímpicos, llega el turno de los Juegos Paralímpicos, en el que además de Coqui, consiguieron la clasificación otros 56 atletas argentinos.
En la delegación de atletas también se encuentra el nadador marplatense Matías De Andrade, que ya aterrizó en Tokio para disputar sus terceros paralímpicos consecutivos.
UN ATLETA PARALÍMPICO POR EXCELENCIA
Estos de Tokio 2021 serán sus sextos Juegos Paralímpicos consecutivos después de los de Sydney 2000, Atenas 2004, Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016. Justamente en estos últimos consiguió -junto a sus compañeros de equipo María Esther Sahonero, Luis Cristaldo y Sebastián González- un cuarto e histórico puesto en la prueba con equipos BC1, BC2 ya que fue la mejor actuación paralímpica de boccia de Argentina. Perdieron en el partido por la medalla de bronce ante Portugal por 6 a 2.
En cuanto a la competencia individual mixta BC1, Ibarbure se despidió de Brasil en la primera fase al quedar en el tercer lugar del Grupo D. Anteriormente, en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012, en la prueba por equipos BC1 y BC2 junto a Pablo Cortez, Pablo González y Gabriela Villano no pudieron avanzar en los grupos, mientras que en la prueba individual llegó hasta los octavos de final, instancia que cayó ante el noruego Roger Aandalen por 5 a 1.
En lo que respecta a Beijing 2018, en la competencia por equipos cayó en cuartos de final ante Portugal, en un equipo Albiceleste compuesto por Pablo Cortez, Roberto Leglice y Gabriela Villano y el marplatense. Asimismo, en la prueba individual no pudo avanzar en los grupos.
En los que fueron sus dos primeros Juegos Paralímpicos, los de Sydney 2000 y Atenas 2004, Coqui se quedó en los grupos tanto en la competencia individual como por equipos. Ahora, con vasta experiencia, buscará continuar con su carrera ascendente consagrada en la actuación que tuvo en Río 2016 para soñar con una medalla paralímpica después de tanto sacrificio y trabajo, y después de haber estado tan cerca de conseguirlo hace cinco años.
