En Mar del Plata se gasta la mayor partida anual de la administración municipal en la empresa a cargo de la recolección de los residuos. Pero sin una política de estado eficiente, el reciclado es limitado: la ciudad podría recuperar mucho más.
Además de disminuir el impacto en el ambiente, una mejor gestión implicaría un menor gasto en la disposición final de los residuos y mayores ingresos para recicladores y recuperadores que están en la informalidad o agrupados en la economía popular.
Mientras tanto, cientos de personas se siguen colgando de camiones en busca de basura para comer o reciclar como forma de subsistencia.
RECOLECCIÓN MILLONARIA
Para la recolección de los residuos el gobierno municipal tiene vigente hasta enero de 2026 un contrato con la empresa Transportes 9 de Julio SA que, a diciembre de 2023, implicaba un canon mensual de $ 1.550.919.551,73 (1,9 millones de dólares).
La proyección anual realizada en el Presupuesto 2023 había sido de 10 mil millones de pesos.
Se trata de una partida que representó el 13% del total del presupuesto municipal.
Y es la más grande incluso en comparación a lo destinado para todas las secretarías municipales, excepto Hacienda que es por donde se ejecuta.
El servicio de recolección contratado funciona con frecuencias diferenciadas según los barrios y, desde 2012, incluye la separación en origen de los residuos.
En determinados días de la semana (martes y viernes en el centro) las y los vecinos debieran sacar, y los camiones sólo recolectar, residuos reciclables. Pero nada de eso se cumple de manera generalizada.
Existe, además, un circuito municipal de recolección de materiales reciclables integrado por más de 60 instituciones y puntos sustentables para la recepción de residuos recuperables en distintos barrios y dependencias oficiales.
Con cientos de carreros y cartoneros, se estima que la calle es el sector que mayor porcentaje de recuperadores urbanos nuclea, aunque no existen estadísticas o indicadores que permitan dimensionar su magnitud.
Un informe elaborado por la Universidad Nacional de Mar del Plata y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) entrevistó en junio de 2019 a 100 trabajadores cuando la experiencia de la cooperativa RUM era incipiente.
94%
Nivel educativo inferior al secundario
38%
Vive en condiciones precarias
85%
Utiliza carro a pie o a caballo
La cooperativa CURA nació en agosto de 2004 cuando un grupo de personas que acudía al basural a cielo abierto decidió organizarse.
En marzo de 2008 lograron ser reconocidos con la cesión de una planta municipal en cercanías del predio y en junio de 2009 comenzaron a operar en la separación y clasificación de material reciclable para venderlo.
Cada día reciben 14 camiones de la empresa 9 de Julio con la recolección domiciliaria y también llegan vehículos municipales y particulares con residuos reciclables.
La planta tiene una capacidad para el trabajo de 120 personas. En 2009 llegaron a ser 52 operarios y en 2023 quedaban sólo 20.
0 TONELADAS
Se descargan por mes en CURA
0.37%
Recupera CURA en relación a lo que se
dispone en el relleno sanitario
0 TONELADAS
Se recuperan mensualmente en CURA
600
Recuperadores informales
que acuden por mes
La mayoría tiene entre 18 y 30 años con la agilidad necesaria para hacerse de lo que tiran los camiones antes que otros.
Llegan desde 32 barrios, aunque más del 50% se nuclean principalmente en ocho: Autódromo, Belgrano, Las Heras, Parque Palermo, Villa Evita, Nuevo Golf, Monte Terrabusi y Santa Rosa del Mar. Sin transporte público, algunos caminan entre una y dos horas diarias para llegar, en algunos casos colgados de camiones.
El trabajo, en condiciones de extrema insalubridad, se extiende entre las 2 de la madrugada y las 18 y en verano hasta las 20.
Sin inversión suficiente ni decisión política para una mejora sustancial de las condiciones que los saque definitivamente de la marginalidad, en el lugar se desempeña un equipo municipal de trabajadores sociales para su asistencia.
Conforme a su profunda informalidad, no hay datos ni estimaciones de cuántos residuos recuperan: sólo existe la certeza de que, en otras condiciones, podría ser mucho más.