Jueves 28 de marzo | Mar del Plata
26/04/2017

El historial

A esa hora de la tarde los rayos del sol barrían la mitad del living. Había dejado de llover después de un rato largo. Encendí la computadora y caminé hasta el borde de la ventana, buscando el aire fresco de un día que se reinauguraba. Las nubes se evaporaron rápidamente. Tenía que terminar un encargo…

 

A esa hora de la tarde los rayos del sol barrían la mitad del living. Había dejado de llover después de un rato largo. Encendí la computadora y caminé hasta el borde de la ventana, buscando el aire fresco de un día que se reinauguraba. Las nubes se evaporaron rápidamente. Tenía que terminar un encargo de mi jefe, un trabajo de hormiga que me dejaría los ojos y los nervios destrozados. Sin dudas pasaría la noche en vela. Dormí la siesta para juntar energía. Iba a necesitarla. Comprobé que hubiese suficiente café. Mientras tanto la pantalla de la puta máquina se veía negra, sin señales. Tendría que resetearla hasta que se le acomodaran los patitos. Tras las cortinas, la vecina de enfrente me observaba pasear en bolas por el departamento. Quizá se esté tocando esa vieja chota. Quién sabe.

¿Qué marca es esta? Mamadera, dónde pude comprar un café tan ordinario. Tengo que sentarme a trabajar. Mi jefe se va  poner como loco si no termino a tiempo. Es un campeón para romper las pelotas, especialmente si no tiene nada que hacer. Maldigo el día en que me eligió de mano derecha, qué me habrá visto. Ahora no tengo respiro, el sueldo es más jugoso, sí, pero eso no le da derecho a llamarme a cualquier hora. Y por Dios que he estado al filo de preguntarle si no tiene mujer o pastillas para dormir, o la puta conciencia de una persona medianamente normal. Este café es un asco. Veamos si la compu agarró viaje. Nada. ¿Qué carajo le pasa? Es raro. Uy, la concha de la lora, me olvidé de ir a buscar a Juli, qué animal. Ahora voy a tener una discusión con mi ex, y ninguna excusa. Me cago en mí, la puta que me parió…Llamarla…tengo que llamarla ya mismo.

¾Hola, Ernestina ¾al otro lado de la línea un silencio tenso. Después su voz.

¾Escuchame pedazo de forro, dónde tenés la cabeza. Julieta estaba llorando a mares, la encontré solita esperándote en el jardín, y vos, vos…

¾Uy, disculpame, estoy hasta las bolas con un trabajo y te juro que… ¾no alcancé a terminar la frase.

¾Te va a llamar mi abogado, ¿entendés? Esta es la última vez que haces algo así.

¾Pero… ¾cortó.

Después de caminar como un loco por el departamento y cabecear la puerta del baño hasta abrirme un tajo en la frente, me tapo la herida con papel higiénico y espero un rato mirándome al espejo sin encontrar más que la mirada de un idiota crónico.

Teléfono. Debe ser ella de vuelta. Atiendo con el alma en el piso.

¾Hola…¿Ernestina?

¾Yo no tengo voz de Ernestina, pillín ¾es mi jefe y tiene tonito de apurado.

¾Eh…eh… Ernestina es mi ex mujer jefe.

¾-Ah, no sabía que te entretenías hablando con ella mientras yo te imaginaba adelantando algo de nuestro trabajo ¾daban ganas de golpearlo cuando usaba el plural¾. Me acaban de llamar del buffet de abogados de Irurzún y quieren que eso esté terminado para mañana sí o sí.

¾Eh, sí, claro. Estaba en eso.

¾Mmm…no se nota mucho.

¾Es que…

¾Recordá lo que te digo siempre, más vale morir que claudicar, eh.

¾Sí jefe, no se haga problema. Llegaré a tiempo, pierda cuidado.

¾Así me gusta. Que descanses.

El muy hijo de puta me toma el pelo deseándome un buen descanso. Y otra vez está la vecina chusma de enfrente mirando para acá. Porque no le decís a tu maridito que te atienda como corresponde… ¡chota! No sé para qué me gasto si no puede escucharme. Ajá, ahora cierra las cortinas.

El cielo se está oscureciendo. Refucilos. Va a llover a cántaros de nuevo, será posible. Uy, la ropa que colgué en la terraza hace un ratito ¡No! Tarde. Se largó a morir la concha de la lora. Ya fue, que se moje y ojalá venga un viento y se lleve puesto todo, empezando por la conchuda de la vecina. Mejor me pongo a trabajar. Acatá…al fin se prendió esta máquina del orto. ¿Y este cartel? Ah, es para borrar el historial. A ver… Mmm, esto es medio raro, a ver qué dice acá. ¿Borrar datos de tu vida? ¿Eh? ¿De dónde salió esto? ¿Un hacker? ¿Se me cagó la compu? A ver…apretemos acá a ver qué pasa. Dice…eliminar los siguientes elementos… mmm…El principio… a ver qué más… Última hora, Último día, La semana pasada, Las últimas semanas, El origen de los tiempos. ¿El origen de los tiempos? ¿De qué? ¿De mi vida? La puta madre. Esto es una joda o estoy tan limado que veo cualquier cosa. Probemos. ¿A ver qué pasa si aprieto eliminar última hora? Listo. Ahora a llamar a Ernestina.

 

¾¿Hola Ernestina?

¾Hola, cómo estás. Sí, decime.

¾No, nada. Lo del abogado que dijiste…

¾¿Abogado? ¿De qué hablas?

¾Eh, nada. Todo bien. ¿Y Juli?

¾Acá está, te manda un beso.

¾Ah, ok, sí, sí, mandale un beso. Nos vemos.

¾¿Vos estás bien?

¾Sí, sí, sí…bueno, nos vemos.

¾Chau.

 

La puta que lo parió, la puta que lo parió. Y ahora qué hago. Será una casualidad, habré soñado lo de mi hija y en realidad fui a buscarla. Pero eso no pasó, estoy seguro. Me estaré volviendo loco entonces. Es eso, debo haber sufrido un stress agudo por culpa del boludo de mi jefe y no tengo registro de lo que hice. A ver… en esta semana murió mi perro. Si aprieto borrar lo de hace una semana, Batuque debería…digo… él también es parte de mi vida…entonces debería…

Dios mío, qué estoy diciendo. En qué clase de nabo me he convertido, pero…y si fuera así. Veamos… La semana pasada… borrar… listo. Y ahora qué.  ¿Esperar? ¿Y ese ruido? Están rascando la puerta de entrada. El único que hace eso es…ay, la concha de la lora, esto es una joda. Na, na naaaa. Debe ser el perro del vecino o un ruido adentro de mi cabeza. Cómo es que se llamaba eso. Acúfenos, eso es. Tengo el oído atrofiado y… pero la puta madre, ese es el ladrido de Batuque. Dios, qué hago ahora… ¿abro o no abro? Es mi perro, pero en teoría está muerto. O sea que yo podría revivir todo lo que pasó en esta última semana. O lo que es peor, eso ya ha revivido, pero bajo qué formas, qué clase de cosa es la que ha vuelto. No quiero averiguarlo. Y encima este puto trabajo sin terminar, qué me importa. A no ser que… que haya empezado a vivir de nuevo la semana pasada y esto todavía no haya ocurrido. Es decir, yo no estaría acá en este momento y sin embargo soy consciente de que ha cambiado la lógica del tiempo vaya a saber por qué motivo, y de dónde es que salió este…¿poder?, y qué tengo que ver yo, por qué me ha tocado a mí. Un segundo, esto quiere decir que el presidente todavía no ha muerto. No no no no no. Es imposible. La tele. A ver. El presidente volará a Italia la semana próxima. Eso ya ocurrió. Estoy viviendo en la semana anterior. El ladrido de mi perro es extraño, suena apagado, como una cosa que se está quedando sin pilas. Un segundo… es el mismo sonido de cuando lo llevé a sacrificar. La puta madre, qué carajo hago. Tengo dos alternativas. Salvar la vida del presidente o… qué carajo me importa el presidente. ¿Qué es más importante? Acaso nunca pensé en terminar con todo, aquella estupidez de que los seres humanos tendrían que poder desenchufarse, apelar a una eutanasia limpia, sin dolor, sin contratiempos dramáticos, no es algo que he pensado siempre, en joda y en serio. Ahora tengo la oportunidad, y a un solo click. Mi vida no es algo de lo que pueda vanagloriarme, eso lo sé. Además me la paso metiendo la pata, estoy seguro de que mi hija estaría mejor si yo no existiese, mi trabajo es un asco, hasta mis vecinos parecen mirarme con desprecio, soy un idiota a tiempo completo, o peor, una basurita en la vida de los demás. A ver…si ocurre lo que pienso, todo desaparecería, chau dolor y nos vemos en Disney. Ma sí…El origen de los tiempos. Eso es. Acá voy…click.

26/04/2017