Sábado 20 de abril | Mar del Plata
14/11/2019

Declaró el “pastor” Hurtado: “No hacían nada para querer irse de mi lado”

El hombre acusado de engañar, explotar y hasta abusar de “sus fieles” brindó su testimonio en el juicio, que ahora entrará en la etapa de alegatos.

Declaró el “pastor” Hurtado: “No hacían nada para querer irse de mi lado”
(Fotos: archivo / Qué digital)

En el marco del juicio que se le sigue hace más de un mes por haber captado a por los menos 37 personas -atravesadas por situaciones de vulnerabilidad- a través de un mensaje de fe para reducirlas a la servidumbre, explotarlas laboralmente, desapoderarlas de sus bienes y hasta abusar sexualmente de algunas de ellas, el “pastor” Isaías Nelson Hurtado  declaró en las últimas horas en el debate y buscó desacreditar las acusaciones en su contra al plantear que las víctimas “no hacían nada para irse de su lado” al tiempo que también intentó desestimar los casos de abuso al referir que fueron relaciones supuestamente consentidas.

La declaración de Hurtado se produjo este miércoles en el marco de la última audiencia prevista para la producción de prueba a la espera de que empiecen ahora los alegatos de cada una de las partes en los que pedirán las penas que consideran debe recibir el acusado. En el proceso encabezado por el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata también se encuentra imputada la pareja de Hurtado, Patricia Padilla Coronado.

De esta manera, los jueces Roberto Falcone, Mario Portela y Alfredo Ruiz Paz escucharon la declaración del acusado, que por acuerdo de las partes no estuvo presente a lo largo del juicio al momento en que prestaron declaración las víctimas.

Según informaron desde el Ministerio Público Fiscal, Hurtado empezó su exposición al pedir perdón “al señor Jesucristo”, a quien fuera su esposa por ocho años y a sus ocho hijos. “Quiero aprovechar todos estos minutos para poder salvar el nombre de Jesucristo, creo se ha puesto en juego el evangelio del señor Jesucristo”, planteó más adelante y fue interrumpido por el presidente del Tribunal, quien le aclaró que debía circunscribirse a los hechos imputados: “No es pertinente la invocación a Dios, ni siquiera en este acto, esto es una cuestión terrenal”.

El “pastor” -que también decía ser “el apóstol”– hizo un recorrido desde su llegada a Mar del Plata en  2004 y de cómo instaló el templo e incluso expuso que “un pastor amigo” de Estados Unidos le dio el dinero para comprar los equipos para armar la radio a través de la cual empezaba a captar a las víctimas y habló de un “respaldo” del extranjero para comprar el terreno para el templo.

Asimismo, buscó desacreditar la acusación de captación de las víctimas, justamente en primer término a través de los mensajes que emitía por la radio, y afirmó: “No hacían nada para querer irse de mi lado”

De acuerdo a lo detallado desde fiscales.gob.ar, una gran parte de su exposición también ante preguntas del fiscal Juan Manuel Pettigiani estuvo destinada a buscar desestimar los abusos sexuales cometidos contra tres de las víctimas al sostener que fueron relaciones supuestamente consentidas. “Yo sembré mentiras y estoy cosechando mentiras”, apuntó en relación al ocultamiento de estas situaciones a su grupo familiar y a los relatos de las víctimas. Incluso llegó a deslizar que podía “tratarse de una cuestión de despecho” alguna acusación en su contra.

En el inicio de la audiencia prestó testimonio la psicóloga Daniela Iozza del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a personas damnificadas por el delito de trata de personas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, quien intervino -junto a una trabajadora social- al momento de los allanamientos de julio de 2016. Ella refirió que notó un discurso “inquebrantable” por parte de las y los jóvenes entrevistados, cuyos relatos estaban atravesados por citas religiosas, códigos y hasta un lenguaje determinado, como por ejemplo al hablar de dinero mencionaban el término sembrar. Mencionó también que los vínculos de intimidad / familiares que se forjaron no eran casuales: “Convivir con las personas promueve un mayor control”, dijo. Y como contrapunto, apuntó que había un aislamiento de los y las “fieles” de sus grupos familiares, tal como relataron ellas mismos a o largo de la causa.

Cuando el fiscal Pettigiani le preguntó si las personas entrevistadas tenían autonomía, la profesional explicó que “por el relato, ellos decían que elegían, pero creemos que estas prácticas tomaban todas las áreas de sus vidas”. “Autonomía era elegir siempre lo mismo, lo que mandaba el pastor, o Dios”, añadió. Y en este sentido marcó el lazo de poder que regía hacia el interior de la organización: “Generar esperanza, que es una necesidad humana muy importante y generar confianza, puede ser usado con fines no tan buenos”. Y fue a un punto más concreto aún: había una pareja dentro de la “congregación” que no podía casarse hasta que Hurtado no lo determine: “Había un control sobre sus vidas y hasta sobre su sexualidad”.

LA ACUSACIÓN

La acusación contra los dos imputados se produce bajo los delitos de trata de personas con fines de explotación laboral agravado por el uso de engaño, fraude, violencia, amenaza y otros medios de intimidación y coerción, abuso de autoridad y de una situación de vulnerabilidad y concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de personas sobre las que se tuvo autoridad, por la cantidad de víctimas, por ser ministro o autoridad de culto, por la consumación de la explotación y –en algunos casos- por haber sido las víctimas menores de edad al momento de su captación con relación a 37 casos.

A su vez, Hurtado llegó al debate también acusado por tres casos de abuso sexual, y uno en grado de tentativa. El hombre, de acuerdo a la acusación, sacó provecho al conocer la situación de vulnerabilidad que padecían las mujeres y de la sujeción emocional, psíquica y espiritual que había logrado sobre ellas. E incluso producto de uno de los casos de abuso una de las víctimas tuvo un hijo y luego pudo salir del “Ministerio” junto a su pareja, también víctima y con quien se habían tenido que separar por orden de Hurtado.

Por su parte, un expediente paralelo que se elevó a juicio en conjunto con esta causa central, se acusa a Hurtado también de amenazas coactivas reiteradas sobre cinco personas, realizadas de manera telefónica desde la unidad penitenciaria una vez que fue detenido.

En julio de 2016 allanamientos realizados en un “templo” -de O’Higgins 333-, dos casas particulares y una panadería derivaron en una causa judicial que había empezado a tramitarse a cargo de la fiscal Graciela Trill, de la Justicia provincial, y que a medida que empezó a avanzar con los testimonios de las víctimas que contaban la explotación y engaño al que habían estado expuestas durante años pasó a la órbita de la Justicia Federal, para quedar a cargo del fiscal Nicolás Czizik, quien en junio de 2018 dio por cerrada la instrucción y finalmente la causa fue elevada a juicio.

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14/11/2019