Gustavo Melmann: “Ojalá que nos alcance la vida para poder condenar a todos”
Los padres de la adolescente asesinada en 2001 expresaron sus sensaciones tras la condena del cuarto policía. Pidieron avanzar con la identificación del quinto ADN.
“Vamos a lograr que todos los que participaron lleguen a juicio, ojalá que nos alcance la vida para poder condenar a todos”. Esa fue una de las reflexiones de Gustavo Melmann, el papá de Natalia, después de escuchar este miércoles la condena a prisión perpetua impuesta a Ricardo Panadero, el cuarto policía acusado por el brutal femicidio cometido en 2001 que en 2018 había resultado absuelto. Es que la familia reclama que la Justicia también desentrañe a quién pertenece un quinto perfil genético que fue hallado en un rastro en el cuerpo de la adolescente.
“Es un hecho muy importante porque con las mismas pruebas que hay desde el 2001 se condenó a esta persona”, valoró el padre de Natalia apenas minutos después de que los jueces Néstor Conti, Mariana Irianni y Juan Galarreta, por unanimidad, condenaran a prisión perpetua a Panadero por los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada , abuso sexual agravado y homicidio doblemente agravado y ordenaran su inmediata detención.
“Había que llegar a un tribunal que sea imparcial, no como el de 2018 que jugó como defensor de Panadero”, enfatizó Gustavo y, de todas maneras, planteó que la condena alcanzada “no cambia” el dolor que cada día desde el 4 de febrero de 2001 siguen atravesando como familia. “Sí cambia a la historia de nuestro país, al abuso de la fuerza policial, a la barbarie que hicieron con Natalia que no se puede repetir”.
En el mismo sentido, remarcó que “la paz no se logra más, la paz no está”. “Ahora lo que necesitamos es que se resuelva todo”, anticipó de cara al pedido que mantienen hace años para que la Justicia determine a quién pertenece un quinto perfil genético que fue hallado en un rastro en el cuerpo de la adolescente.
– ¿Llegó la Justicia?
– No, a mi hija nadie la resucita y tenemos que ir por el quinto, por eso hay que seguir juntando fuerzas, respondió Laura, la mamá de Natalia también minutos después del fallo en la puerta de Tribunales.
“Del cuerpito de Nati surgieron cinco ADN, no los sacamos nosotros, los sacaron los bioquímicos, entonces ahora queda el quinto”, insistió para pedir avances en la investigación que también está a cargo de la fiscal Ana Caro.
“Ellos no saben el valor de un hijo, de una hija, no tienen la menor idea lo que significa el valor de un hijo, incondicional, imprescindible. Cualquiera que nos quite a nuestros hijos verá sólo la cárcel”, expresó Laura y dijo recordar permanentemente a su hija “arrastrada por cinco tipos que no dejan de hostigarla, de golpearla, de quemarla y de todo lo que le hicieron”.
También pidió que “no haya un asesino más en Miramar” y por eso insistió en la necesidad de “buscar al quinto”. “Pido por favor al que sepa algo que nos sigan ayudando a sacar asesinos de Miramar, porque nos debemos vivir en libertad, nuestros hijos y nietos se lo merecen”, concluyó.
El brutal femicidio se produjo 4 de febrero de 2001 cuando a la salida de un boliche de Miramar Natalia Melmann, de 15 años, fue abordada por un grupo de policías, fue subida por la fuerza a un patrullero y trasladada a una casa del barrio Copacabana para violarla y asesinarla mediante asfixia con el cordón de una de sus zapatillas para después arrojar su cuerpo en el vivero municipal, donde sería encontrado cuatro días más tarde.
En octubre de 2002 los policías Oscar Echenique, Ricardo Anselmini y Ricardo Suárez fueron condenados a perpetua al ser considerados “coautores de los delitos de privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual agravado y homicidio triplemente calificado por ensañamiento, alevosía y en concurso de dos o más personas para asegurar el resultado”. También fue condenado a 25 años de prisión Gustavo “Gallo” Fernández, por su participación en el secuestro, aunque la pena luego fue reducida a 10 años de prisión.
En aquel proceso no estuvo Panadero ya que la Justicia de Garantías lo había sobreseído previamente. Sin embargo, luego esa decisión fue revertida por la Corte bonaerense y así llegó a un primer juicio en 2018 y a este segundo debate tras la anulación de esa primera sentencia.
El foco de la discusión estuvo puesto en el valor probatorio a asignar a un estudio de ADN y a la credibilidad de un testigo clave, y en ese sentido los jueces consideraron que los elementos de prueba reunidos “resultaron suficientes y aptos” para condenar a Panadero más allá de distintas contradicciones expuestas entre testigos.
Los magistrados se apoyaron en el testimonio técnico del perito Gustavo Penacino, que sostuvo que un vello púbico encontrado en el cuerpo de Natalia tenía una compatibilidad de un 97% con el perfil genético del acusado, y desacreditó los planteos de la defensa, a cargo de Lautaro Resúa, contra las explicaciones dadas por el profesional respecto a por qué no se llegaba a un nivel de certeza del 99,9%. El juez Conti en su voto habló de una “contundencia técnica y científica”, expuesta por el profesional que, sumada al resto de los indicios probatorios, derivó en la condena, a 22 años del crimen.
