Lucía Pérez: a la espera de los alegatos, un repaso de las audiencias del segundo juicio
Este jueves se iniciará la etapa de alegatos tras el paso de unos 30 testigos por el Tribunal Oral en lo Criminal N°2. Los ejes del debate.
La existencia o no de un abuso sexual en medio del cual se produjo la muerte de Lucía Pérez será el eje de los alegatos del segundo juicio contra Matías Farías y Juan Pablo Offidani, que se iniciarán este jueves a cargo de la fiscalía y de las abogadas de la familia de la adolescente y que seguirán la semana que viene con las defensas.
Este jueves desde las 9 de la mañana, y durante unas dos horas, el fiscal Leandro Arévalo iniciará su alegato de cierre del segundo juicio, es decir, las conclusiones y los posibles pedidos de pena. Y después será el turno de las abogadas del particular damnificado, la familia de Lucía, Verónica Heredia y María Florencia Piermarini. En el primer debate, cabe recordar, la fiscalía había pedido perpetua para Farías y 18 años de prisión para Offidani, en tanto que la familia había requerido dos condenas a perpetua.
En el inicio del juicio el fiscal sostuvo que intentaría probar la acusación de abuso sexual con acceso carnal agravado por el suministro de estupefacientes seguido de muerte en concurso ideal con femicidio. En el caso de Farías, como autor, y en el de Offidani, como partícipe secundario, aunque se reservó la posibilidad de modificar esa última figura a la hora de los alegatos, por lo que esa será una de las definiciones que se conocerán este jueves. Sobre ese punto radica la diferencia entre los acusadores ya que para las abogadas de la familia el rol de Offidani debe ser considerado como de partícipe necesario.
Al igual que ocurrió en el primer debate realizado en 2018 en el que Farías y Offidani terminaron por ser absueltos por los delitos de abuso sexual y femicidio -en una sentencia después anulada y fuertemente criticada por su falta de perspectiva de género- y condenados por venta de droga, la clave del juicio vuelve a ser la valoración de lo que ocurrió en el interior de la casa del barrio Alfar en la que vivía el principal acusado, hoy de 29 años.
La investigación del caso da cuenta que Farías había conocido a Lucía Pérez el viernes 7 de octubre de 2016 al venderle marihuana junto a una amiga afuera de la Escuela Media N°3. A eso le siguió un intercambio de mensajes que derivó en que al día siguiente, el sábado 8, la pasaran a buscar en la camioneta de Offidani -en la misma que se desplazaban al momento de la venta de drogas- para ir hasta la casa de Farías.
Desde el inicio del debate las partes acusadoras sostienen que Farías concretó allí el abuso sexual tras la provisión de drogas -cocaína- que causó una “asfixia tóxica” que provocó la muerte de la adolescente en medio de una situación de vulnerabilidad. Para dar marco a ese último punto por el debate pasaron especialistas que señalaron la necesidad de “priorizar” en el abordaje del caso “el contexto de desigualdad entre los géneros” que -remarcaron- “se acrecienta por la relación de desigualdad en términos de la edad”: Lucía una mujer menor de 16 años y él un hombre de 23 años.
Es que sobre la situación particular de Lucía -menor de 16 años- enfatizaron que se trata de un “rasgo de vulnerabilidad mayor frente a situaciones de violencia de género” al que puede enfrentar, por ejemplo, una mujer adulta y profesional. Y consideraron que en esa circunstancia sumada a un consumo de sustancias “la vulnerabilidad se multiplica por 100”.
Para las defensas a cargo de Laura Solari y César Sivo, que realizarán su alegato el próximo martes, lo que ocurrió en el interior de la casa de Farías se trató, en cambio, de “relaciones sexuales consentidas”. Y ya en sus lineamientos iniciales anticiparon que buscarán la absolución de los dos acusados.
Uno de los puntos claves del debate será la valoración de las conclusiones arrojadas por los peritos forenses. A lo largo de toda la causa fueron diversos los resultados y visiones. Así, las defensas se apoyan en las conclusiones de la Junta Médica de la Asesoría de la Suprema Corte de Justicia que definió que el fallecimiento de Lucía se produjo a partir de una “asfixia tóxica, con congestión y edema pulmonar” y planteó una ausencia de lesiones compatibles con abuso sexual.
De todas maneras, esa valoración fue diversa para cada una de las partes ya que, por ejemplo, los acusadores plantean que la inexistencia de lesiones no descarta la existencia de un abuso. Pero además en este segundo juicio quien por entonces era la médica ginecóloga de Lucía advirtió haber observado lesiones en la zona genital de la adolescente en fotos de la operación de autopsia que le fueron mostradas durante el juicio. Y señaló que “no es habitual” observarlas en pacientes.
Si bien inicialmente la fiscal que realizó la instrucción de la causa, María Isabel Sánchez -después desplazada del caso-, había afirmado públicamente que el causal de muerte había sido el dolor que le había provocado un “violento abuso sexual”, incluso con un objeto, luego esa postura fue descartada y modificada en el pedido de elevación a juicio de la causa tras la realización de la Junta Médica.
Los padres de Lucía Pérez acompañados en una audiencia por el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Conti
CASI 30 TESTIGOS
A lo largo de las ocho jornadas de juicio llevadas adelante en el Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de Mar del Plata -integrado por Gustavo Fissore, Alexis Simaz y Roberto Falcone- declararon en total casi 30 testigos.
En la primera audiencia lo hicieron la mamá, el papá y el hermano de la adolescente, quienes recordaron cómo fueron los últimos momentos con ella y los primeros tras enterarse del hecho, y dos amigas, una de ellas centrada en cómo conocieron a Farías por venderles marihuana. En esa audiencia se vivieron diversos cruces y momentos de tensión entre los familiares y las dos defensas por el tenor de distintas preguntas realizadas vinculadas con la vida privada de la víctima que derivó en quejas de las abogadas e limitaciones impuestas por los jueces.
En el segundo día prestaron declaración un enfermero y el exsubsecretario de Salud municipal, Pablo De la Colina, quien fue el médico que estaba de guardia en el centro de salud de Playa Serena el sábado 8 de octubre de 2016 y quien recibió y constató la muerte de Lucía. A lo largo de las jornadas también expusieron ocho policías que acudieron a la sala sanitaria ante el traslado de la adolescente y formaron parte de la investigaciones y las detenciones y un vecino que estaba en ese momento en la zona del centro de salud y observó la llegada de la camioneta. También lo hizo quien era por entonces la coordinadora del CAPS.
Por su parte, fue el tercer día del juicio el que estuvo reservado para cuatro peritos -tres de la Suprema Corte y uno del Ministerio Público Fiscal de Lomas de Zamora- que intervinieron a lo largo de la causa y que volvieron a señalar -como en el primer juicio– el causal de muerte vinculado con una “asfixia tóxica, con congestión y edema pulmonar”.
En los días siguientes también declararon vecinos de Farías: una mujer que vivía enfrente y que observó cómo sacaban a Lucía desvanecida y la trasladaban al CAPS y la pareja que le alquilaba la vivienda al acusado, que fue inspeccionada por todas las partes del juicio a pedido de la fiscalía.
También se incorporó como prueba la declaración que brindó durante la investigación -tanto en el primer como en este segundo juicio no estuvo en condiciones psicológicas para presentarse a declarar ante el Tribunal- la compañera de escuela de Lucía a través de quien la adolescente conoció a Farías a partir de la venta de marihuana.
En aquel relato la joven expuso que ese sábado 8 de octubre de 2016 Farías le había mandado un mensaje en el que le decía que estaba yendo a buscar a Lucía a su casa y relató que el viernes cuando se habían visto -allí le vendió marihuana por primera vez a Lucía a la salida de la escuela- él les había insistido a las dos para que fueran a su casa, invitación que en ese momento rechazaron.
