Jueves 28 de marzo | Mar del Plata
08/02/2023

Lucía Pérez: la llegada al centro de salud, el foco del segundo día del juicio

Seis testigos, entre ellos el exsubsecretario de Salud, se presentaron ante el TOC N°2. Se incorporaron fotos del cuerpo que sacó una policía.

Lucía Pérez: la llegada al centro de salud, el foco del segundo día del juicio
(Fotos: Qué digital)

Con el foco puesto en el traslado, por parte de los acusados, de Lucía Pérez al Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) de Playa Serena donde se constató su muerte, seis testigos declararon este miércoles en una nueva audiencia del segundo juicio por el crimen de la adolescente de 16 años. Los jueces permitieron incorporar fotos sacadas al cuerpo por una policía en la sala de salud que hasta ahora no habían sido parte de la prueba.

Durante cinco horas se extendió la segunda audiencia en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°2, integrado por Gustavo Fissore, Alexis Simaz y Roberto Falcone, en la que declaró en último lugar el exsubsecretario de Salud municipal, Pablo De la Colina, quien fue el médico que estaba al momento del hecho en el centro de salud de la zona sur de Mar del Plata y quien recibió y constató la muerte de Lucía Pérez. Previamente declararon tres policías que prestaban servicio en la comisaría de Playa Serena, a pocos metros del CAPS, y un vecino que estaba en ese momento frente a la sala y observó la llegada.

Como en la primera audiencia, los acusados Matías Farías y Juan Pablo Offidani no estuvieron conectados desde la cárcel -donde observaron este martes los lineamientos iniciales- y quienes sí estuvieron en la sala fueron Marta Montero y Guillermo Pérez, los padres de Lucía.

En primer lugar, dos de los policías que declararon -después lo haría un tercero-  y que se encontraban el sábado 8 de octubre de 2016 en la comisaría de Playa Serena explicaron que se dirigieron hasta el CAPS a partir de un llamado desde allí que daba cuenta de la llegada de una joven muerta.

Al igual que en el primer juicio, una de las policías declaró haber visto el cuerpo de la adolescente y haber notado la presencia de “polvo blanco” en la zona de nariz, algo que el resto de los testigos que declararon este miércoles y que vieron el cuerpo dijeron no haber percibido.

Además, los policías contaron lo que pudieron hablar con Farías afuera de la sala de salud, antes de tomarle declaración formalmente,y que como inicialmente no estuvo imputado ni era sospechoso, el joven fue acompañado por efectivos a su casa para buscar los elementos de Lucía que habían quedado ahí (zapatillas, dinero y un buzo, según enumeró uno de los policías).

Previo a ello, contó uno de los policías, tuvieron que pasar a buscar las llaves del departamento por otra casa. Esa casa era la de Offidani aunque el policía testigo no recordó esa circunstancias a diferencia de una declaración anterior en la que había aportado ese dato.

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Otro de los policías también mencionó que Farías le dijo que cuando Lucía se había descompensado en su casa había intentado reanimarla y que para eso la había metido en la ducha. Al no poder lograrlo -agregó en su versión- la trasladaron en la camioneta de Offidani al centro de salud. 

Asimismo, los policías explicaron que en el primer momento sólo sabían a través de Farías el nombre de Lucía y que el joven había dicho que tenía 18 años y que la había conocido ese mismo día a través de una amiga de la que aportó el nombre. Así los policías llegaron al comercio en el que trabajaba la amiga y pudieron finalmente contactarse con el hermano de Lucía y le pidieron que concurriera a la comisaría.  Dos de los policías calificaron la actitud de Farías como la de una persona “asustada”.

FOTOS INCORPORADAS

Al igual que en el primer debate, pero esta vez con una decisión final diferente, un punto que derivó en una pequeña incidencia tuvo que ver con un pedido del fiscal Leandro Arévalo para agregar al proceso fotos que una de las policías que declaró este miércoles tomó del cuerpo de Lucía en la sala de salud y que hasta ahora no habían sido incorporadas a la causa.

En el primer juicio no se habían tenido en cuenta bajo el argumento de que la fiscal inicial del caso, la cuestionada María Isabel Sánchez, tuvo conocimiento de ese material y así y todo no se lo había incorporado a la causa por lo que definieron que en esa instancia no se podía “enmendar ese error”. En este segundo juicio, ante preguntas de Arévalo, la policía dijo desconocer si la fiscal sabía o no de la existencia de esas fotos y bajo ese argumento -y que no hay ningún elemento en la causa que demuestre lo contrario- fue que los jueces dispusieron incorporar esas tres imágenes.

LA LLEGADA AL CENTRO DE SALUD

En la continuidad de los testigos, un vecino que estaba en esa zona y que vio cómo llegaba la camioneta y cómo bajaban el cuerpo -para lo cual colaboró-  también prestó declaración. Indicó que eran tres personas las que estaban en la camioneta, de las cuales dos -Offidani y Maciel- ante la primera aparición de un policía se fueron rápidamente  -“escapándose”, declaró- en el vehículo. 

Mientras tanto, quien permaneció en el lugar -según las descripciones aportadas- fue Farías. “Cómo lo explico, qué hago, qué digo”, recordó el testigo escucharle decir. Y a Offidani responderle “tranquilo, lo arreglamos”. También consideró que era Offidani quien “manejaba la situación”. Ante preguntas de la defensa, respondió que inicialmente pensó que era una joven mayor de edad aunque luego se enteró de que tenía 16 años.

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El próximo testigo fue el enfermero que estaba en la guardia del CAPS de Playa Serena, uno de los cinco con guardias de 24 horas en Mar del Plata. Recordó que empezó a trabajar alrededor de las 14 y que concurrió a partir de un llamado del subsecretario de Salud en ese entonces, Pablo De la Colina, quien se acercó a abrir la sala -en principio hasta las 17-  ya que no había personal para ese turno y el centro quedaría cerrado entre las 13 y las 20.

Describió ante preguntas del fiscal que con las maniobras de RCP practicadas no lograron salvar a la adolescente, que había ingresado sin signos vitales. Y que percibió un cuerpo “normal” sin haber observado “moretones” o “signos de lucha” ni con alguna prenda húmeda.

En ese mismo sentido se expresó el médico Pablo De la Colina, en lo que fue una de las declaraciones más extensas de la jornada. El exfuncionario recordó que al CAPS llegó una camioneta de la que un hombre descendió a Lucía, que en un momento se tropezó en la vereda y que en ese momento “se desentendió” y terminaron por ingresarla él junto al enfermero.

También planteó que ya en ese momento percibió que pese a la caída Lucía no había evidenciado ninguna reacción y minutos más tarde ya en el interior comprobó que no tenía signos vitales, en tanto que las maniobras de reanimación practicadas no dieron resultados. Así, explicó el funcionario, fue que avisaron de inmediato a la Policía.

En otro tramo de su declaración recordó que cuando salió del CAPS con la muerte de Lucía ya confirmada se encontró con que Farías -a partir de las descripciones brindadas- permanecía ahí. De todas maneras dijo no recordar detalles dados en una declaración previa en la que manifestó que el joven le había dicho que Lucía había estado en su casa y que había consumido drogas.

Al igual que en el primer juicio, el médico ratificó que en una primera revisación que realizó no detectó heridas a la vista “ni ningún tipo de lesión”, recordó que la joven “estaba vestida normalmente” y afirmó, ante preguntas del fiscal, que “no tenía ningún olor ni aroma en particular”. Tampoco dijo recordar que tuviera “algo particular en su nariz” ni “signos de violencia ni de accidente”.

La madre de Lucía durante la primera audiencia

EL CERTIFICADO DE DEFUNCIÓN

Durante el primer juicio la familia de Lucía Pérez, a través de su abogado de entonces Gustavo Marceillac, mostró críticas hacia Pablo de la Colina al acusar desprolijidades administrativas detectadas en la causa como “que el funcionario no plasmó ni una entrada ni salida” de Lucía al CAPS y que “firmó un certificado de defunción en blanco”.

Puntualmente, esas críticas se basaron en que no se había dejado asentado el ingreso de la joven en el libro médico de guardia y que sólo haya sido referenciado en uno de enfermería y en que la por entonces coordinadora del CAPS declaró que De la Colina había firmado un certificado de defunción en blanco o incompleto y que había sido encontrado por ella meses después en el centro.

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El exfuncionario fue consultado sobre esas situaciones en particular y, tras varias insistencias, recordó algunos detalles, pero le restó trascendencia. Contrario a lo afirmado por el enfermero, dijo que existía solo un libro de reportes y no dos -uno de médicos y otro de enfermería- y que en él el enfermero había realizado el informe acompañado con su firma.

Por su parte, dijo que el certificado de defunción correspondía que lo realizara la Policía Científica al estar ante una “muerte dudosa” y, además, al no conocer datos personales de la víctima ni la causa de la muerte. Tras varias insistencias de las partes, De la Colina restó importancia al documento municipal que quedó incompleto: “Cuando alguien deja un certificado de defunción incompleto no sirve”. E insistió en que esa tarea le correspondía a la Policía.

PEDIDO A LA PRENSA

Previo al paso de los testigos convocados, la segunda jornada se inició con un pedido de las defensas, a cargo de Laura Solari en el caso de Matías Farías, y de César Sivo y Romina Merino por Juan Pablo Offidani, de tener una reunión privada de las partes técnicas con los jueces. Así se desalojó la sala del sexto piso de Tribunales, en la que este miércoles inicialmente también estuvo presente la defensora general Cecilia Boeri, y se cortó la transmisión en la del segundo piso en la que se encuentran “amigos del tribunal” y periodistas.

Ese pedido derivó en una solicitud -no habitual- a los periodistas (apenas son seis los habilitados para la cobertura de esta instancia) de que no se reproduzca la totalidad de las declaraciones de manera literal. Para eso argumentaron la necesidad de no afectar o incidir en el resto de los testimonios que se sucederán en el juicio. Desde el medio Lavaca cuestionaron esa limitación ya que los jueces señalaron una publicación suya en particular.

EL JUICIO

En el primer día del juicio el fiscal Leandro Arévalo ratificó la acusación de abuso sexual con acceso carnal agravado por el suministro de estupefacientes seguido de muerte en concurso ideal con femicidio. En el caso de Farías, como autor, y en el de Offidani, como partícipe secundario, aunque se reservó la posibilidad de modificar esa última figura tras el transcurso del debate. Las abogadas de la familia de Lucía, María Florencia Piermarini y Verónica Heredia, adhirieron a la acusación aunque en su caso plantearon la acusación de Offidani como partícipe necesario, tal como ocurrió en el primer juicio.

La defensora oficial Laura Solari, en representación de Farías, explicó que discutirán la materialidad delictiva, es decir, el hecho ilícito acusado. Y el abogado César Sivo -por Offidani- también afirmó lo mismo al asegurar que su defendido “no aportó nada” en el hecho porque “no hay hecho ilícito en sí”. Al cerrar el juicio, pedirá la absolución.

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La investigación da cuenta que Farías había conocido a Lucía Pérez el viernes 7 de octubre de 2016 al venderle marihuana junto a una amiga afuera de la Escuela Media N° 3. A eso le siguió un intercambio de mensajes que derivó en que al día siguiente, el sábado 8, la pasaran a buscar en la camioneta de Offidani -en la misma que se desplazaban al momento de la venta de drogas- para ir hasta la casa de Farías en el barrio Alfar. 

Allí para los acusadores se produjo el abuso sexual por parte de Farías tras la provisión de drogas que causó, de acuerdo a los peritos -en un punto variable a lo largo del caso- una “asfixia tóxica, con congestión y edema pulmonar” que provocó la muerte en medio de una situación de vulnerabilidad de la adolescente. Para la defensa, en cambio, se trató de “relaciones sexuales consentidas”.

Lucía fue llevada al centro de salud de Playa Serena por los tres acusados en la camioneta de Offidani, y tanto él como Maciel se fueron del lugar ante la llegada de la Policía en tanto que Farías después fue con policías a su casa a buscar pertenencias de la adolescente que habían quedado allí. Los tres serían detenidos días más tarde, condición en la que se mantienen desde ese día Farías y Offidani en cumplimiento de la pena a ocho años de prisión -ya atravesaron una gran parte- y en prisión preventiva a la espera de lo que se resuelva en este juicio.

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