Viernes 29 de marzo | Mar del Plata
28/02/2023

Lucía Pérez, segundo juicio: los argumentos de las defensas para pedir la absolución

Laura Solari y César Sivo realizaron sus alegatos en defensa de Farías y Offidani. Los hechos, el Ministerio Publico Fiscal, la política y los medios, algunos de los ejes.

Lucía Pérez, segundo juicio: los argumentos de las defensas para pedir la absolución
(Foto: archivo / Qué digital)

“Una única persona debiera estar sentada aquí: María Isabel Sanchez. Todo lo que ha ocurrido desde el 8 de octubre de 2016 es su responsabilidad”. Con esa frase empezó este martes su alegato la defensora oficial Laura Solari, en representación de Matías Farías, uno de los dos acusados en el juicio por Lucía Pérez. Lo dijo con relación a la fiscal inicial del caso, que sigue acumulando cuestionamientos por su deficiente trabajo. “No parece casualidad que Sánchez no tenga consecuencias, sería poner la verdad por sobre todas las cosas”, completó después el abogado César Sivo, a cargo de la defensa de Juan Pablo Offidani.

Esa “verdad” planteada por Sivo es aquella por la que las dos defensas pidieron la absolución de los acusados: sostienen que “no existió delito alguno” al entender que entre Matías Farías y Lucía Pérez hubo una “actividad sexual consentida”.

El segundo juicio tiene a los dos acusados imputados por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar la muerte de la persona ofendida, por el suministro de sustancias estupefacientes y por darse en un contexto de violencia de género en concurso ideal con femicidio”. En el caso del Farías en rol de autor y en el de Offidani de partícipe secundario -para la fiscalía- y necesario -para las abogadas de la familia de Lucía-.

El Tribunal Oral en lo Criminal N°2 deberá resolver si los condena o no por esas acusaciones y esa decisión se dará a conocer el viernes 17 de marzo al mediodía, según quedó definido en la audiencia de este martes.

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LA DEFENSA DE FARÍAS

La última audiencia del debate se inició con la exposición durante unas dos horas de la defensora Solari, quien estuvo acompañada por la defensora general Cecilia Boeri.

Para Solari, “no existió delito alguno” y entendió que “el lamentable deceso (de Lucía) no puede ser imputado” a Farías ya que “nunca pudo representarse el resultado final”, es decir, la muerte. En ese sentido, habló de la existencia de una “actividad sexual intensa, pero consentida”. Y, como respuesta a la postura de las partes acusadoras, entendió que “no es posible presumir el no consentimiento”.

“Los acusadores debieron probar que Lucía no brindó su consentimiento y no lo hicieron. Y de la información con la que se cuenta se desprende lo opuesto”, apuntó.

En la misma línea conceptual, planteó que “Lucía tomó la decisión” de ir a encontrarse con Farías “bajo ninguna presión” y que “no se probó” que ese día las drogas “hayan sido provistas” por el acusado. “Lo que se diga en ese sentido es especulación y no prueba”, planteó y diferenció la situación de lo ocurrido el día previo con la venta de marihuana a la salida de la escuela.

Solari hizo referencia al primer encuentro del viernes 7 de octubre de 2016 afuera de la Escuela Secundaria N°3 en el que Farías le vendió marihuana a Lucía. Lo hizo para sostener que tras ello la adolescente se fue a su casa, donde siguió en conversación permanente con Farías a través del celular. Al día siguiente, el sábado, sería pasada a buscar en la camioneta de Offidani para ir hasta la casa de Farías. “Es falsa la insistencia de Farías para que Lucía fuese a su casa. Lucía tenía interés en encontrarse con Farías“, sostuvo la abogada para retrucar la reconstrucción realizada por la fiscalía y aseguró que “mantuvieron un contacto voluntario y deseado durante todo el viernes por mensajes”.

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Lucía no fue a la casa de Farías motivada en estupefaciente alguno, ya contaba con drogas en su poder”, sumó a su versión de lo ocurrido y planteó que -como definió la acusación– si “el único objetivo de Lucía hubiera sido pagar lo adeudado (por la compra de marihuana), podría haberse encontrado con Farías en cualquier esquina”. Así, enfatizó: “Lucía deseaba encontrarse con Farías, con total independencia de los estupefacientes”.

Un tramo de su alegato, Solari lo utilizó para hacer referencia a la autopsia y a las diferencias mostradas a lo largo del caso por los peritos, hasta llegar a la Asesoría Pericial de la Suprema Corte. De esa manera, sostuvo que “no es verdad que Lucía tenía lesiones” en la zona genital como sostuvieron los acusadores y remarcó que de las conclusiones de los peritos se desprende que “no puede afirmarse la existencia de un abuso sexual” aunque también reparó en que señalaron no poder descartarlo.

También cuestionó al fiscal Leandro Arévalo por haber descripto a su defendido por tener un “insaciable apetito sexual (sic)”. “Se basaron en nada. Cayeron en la tan nombrada utilización de estereotipos de género”, retrucó y entendió que “todas las conclusiones del fiscal fueron conjeturas, suposiciones y moralismos que no logró acreditar de ninguna manera”.

LA DEFENSA DE OFFIDANI

Sivo se sumó a esos cuestionamientos, pero en su caso por Offidani. “Los datos prejuiciosos los generó la acusación, no fueron nuestros”, planteó tras haberse quejado por los límites impuestos a la hora de preguntar a los testigos sobre la vida privada de Lucía.

“Offidani fue presentado como un pornógrafo compulsivo”, remarcó sobre dichos del fiscal e indicó que eso fue “a puro prejuicio” y para generar un “efecto tribunero” porque “jurídicamente no hay nada de eso”. Y también cuestionó que se haya referido a Farías como un “depredador de adolescentes”.Nada de eso está ni cerca de ser real”, respondió e insistió en que “todos los alegatos de las partes acusadoras estuvieron plagados de prejuicios”.

Y sobre el rol puntual de Offidani -más allá de entender que no existió delito vinculado a Farías al sostener que “las relaciones fueron consentidas”- consideró que “siempre estuvo afuera de la casa” del principal acusado y que sólo se acercó para “socorrer” y trasladar a Lucía a la sala de salud. “Offidani está de regalo en este caso”, definió.

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También puso en discusión la figura penal acusada, la de “abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar la muerte de la persona ofendida”. Es que planteó que ese “resultado muerte” tiene que tener “vinculación directa con la agresión sexual” y sostuvo que los peritos concluyeron que Lucía “no murió como consecuencia de la relación sexual” sino por una “asfixia tóxica”.

LA FISCAL SÁNCHEZ

Tanto Solari como Sivo utilizaron una buena parte de sus alegatos en analizar diversos elementos que rodearon el caso desde el inicio, marcado por la conferencia de prensa brindada a pocos días del hecho por la fiscal María Isabel Sánchez.

Al inicio de su exposición Solari proyectó un video con un resumen de las declaraciones en las que la funcionaria judicial afirmó que el causal de muerte de Lucía había sido el dolor que le había provocado un “violento abuso sexual infrahumano” con un objeto -habló de “empalamiento“- y aseguró que, tras el crimen, el cuerpo había sido lavado y acondicionado.

Esa postura fue descartada tras la realización, meses después, de una Junta Médica a cargo de la Asesoría de la Suprema Corte en la que se definió que el fallecimiento de Lucía se produjo a partir de una “asfixia tóxica, con congestión y edema pulmonar” y se descartó una instancia de “lavado” del cuerpo.

Por eso, Solari apuntó: “Una única persona debiera estar sentada aquí: María Isabel Sánchez”. Y acusó que “todo lo que ha ocurrido desde el 8 de octubre de 2016 es su responsabilidad”.

También la señaló por “no haberse movido de su casa” y por “no haber investigado nada”. “Todo lo que hizo generó un dolor inconmensurable“, apuntó y entendió que, así, “la sentencia condenatoria de toda la ciudadanía fue inmediata” y que “todas las miradas se volvieron hacia esos empaladores señalados por la fiscal”: “Esa condena emocional permanece y fue tan irrecurrible como irrevocable”, concluyó.

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De todas maneras, la defensora consideró que “una investigación responsable no hubiera arrojado un resultado distinto” y calificó de “insólito” que el Ministerio Público Fiscal mantenga las acusaciones y el pedido de perpetua para Farías.

Solari también se preguntó cuál fue el costo que pagó Sánchez. “Cero, sigue caminando por los pasillos de tribunales”, se respondió e indicó que una investigación por posible “incumplimientos de deberes de funcionario público” en el caso fue abierta en el departamento judicial de Necochea, rápidamente desestimada y ahora tras las quejas expuestas en su alegato por el fiscal Leandro Arévalo “parece haberse reflotado”.

Luego, Sivo se sumó a esas críticas y lamentó que “nadie” desde el Ministerio Público Fiscal “se encargó de decir que lo que Sánchez dijo no fue así”.

“La creencia colectiva de que las cosas fueron de determinada manera no fueron revertidas”, aseguró y planteó que “no parece casualidad” que Sánchez siga en funciones -ahora en la Fiscalía de Flagrancia. “Si Sánchez tenía consecuencias era poner la verdad por sobre todas las cosas”, entendió.

También dijo que se estuvo ante un juicio con “dos grandes problemas” que lo “pusieron al borde de un juicio nulo”. Es que acusó una “afectación notoria de la independencia judicial” y además advirtió que fue “violentado el derecho de la defensa en juicio”.

También consideró que “esta causa pasó a ser política” y recordó el paro internacional de mujeres concretado tras conocerse el caso con las características descriptas por la fiscal Sánchez. También criticó a las autoridades de los ministerios de Mujeres tanto nacional como bonaerense por “decir cosas que no se comparecen con el caso” a través de declaraciones periodísticas.

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UNA “CAUSA POLÍTICA” Y UNA “JUSTICIA MEDIÁTICA”

La resonancia que tuvo el caso derivó en un fuerte acompañamiento e intervención del Poder Ejecutivo tanto nacional como provincial y esa actuación también fue cuestionada por los dos defensores.

El Poder Judicial no puede sentirse amenazado ni coaccionado. Es inaceptable que el Poder Ejecutivo se inmiscuya en áreas que no les corresponden”, apuntó Solari y cargó en duros términos contra el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Conti, que estuvo presente en la primera audiencia. “Que haya manifestado públicamente que la estrategia de la defensa era ‘canalla e indigna pero que se sabía que lo que rompe con eso es estar acá’ no puede interpretarse de otra manera que como una abierta presión hacia los magistrados”, sostuvo y apuntó que eso “genera una enorme preocupación y falta de seguridad jurídica”.

Sivo también entendió que es inadmisible que el Ejecutivo se siente acá” (por el juicio) ya que planteó que eso “deslegitima la calidad de los magistrados”.  

“En un proceso penal venimos a buscar la verdad, puede gustar o no, pero es la verdad”, insistió y también habló de una idea de un “supermercado de punitivismo en el que la única góndola habilitada es la de la prisión perpetua“.

Así, consideró que “la Justicia es avasallada por un clamor popular que no tiene información” y cuestionó que “otros sí tienen información” como el Ministerio Público Fiscal que “calla ante determinadas situaciones y falsedades”.

El papel de los medios de comunicación y la “justicia mediática” también fue un argumento de los defensores. Solari acusó que “los medios colaboraron con la instauración de la idea de un crimen atroz y no se encargaron de desmentirlo cuando la verdad salió a la luz”. Y dijo que “una vez que el feminismo abrazó este caso no hubo manera que se le diera micrófono a otras partes”. De esa manera, aseguró que existe una “verdad paralela” a la tratada durante el juicio.

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