Procesan por trata al joven que captó e intentó llevarse a una menor a Bolivia
El hecho sucedió en febrero, cuando el imputado llegó a Mar del Plata desde Santa Cruz de la Sierra para llevarse consigo a la adolescente mediante engaños y un supuesto vínculo amoroso.
El joven que intentó llevarse a una menor de 14 años desde Mar del Plata a Bolivia tras haberla contactado a través de un juego virtual fue procesado en las últimas horas por la Justicia Federal, que además le dictó la prisión preventiva, acusado del delito de trata de personas agravado por mediar engaño, abuso de la situación de vulnerabilidad y por haber sido cometido contra una adolescente. Los detalles de la investigación de la Fiscalía Federal N°1 de Mar del Plata.
El hecho había sucedido en febrero. La joven, del barrio La Herradura, estuvo una semana desaparecida hasta que en un operativo conjunto de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) y la Policía de Santa Fe lograron interceptar un micro en el que se trasladaba con un hombre de 25 años, en principio con destino a Jujuy.
Desde ese momento el joven fue aprehendido y con el paso a la Justicia Federal, desde el Ministerio Público Fiscal continuaron con la recolección de las pruebas para poder conocer detalles de lo sucedido y avanzar en la acusación contra el joven.
A partir de allí pudieron establecer que el imputado era oriundo de Santa Cruz de la Sierra y había contactado a la joven a fines de 2020 en primer término a través de un juego virtual “Free Fire”, y luego a través de Facebook y Whatsapp. Allí, mediante un supuesto enamoramiento la captó y viajó desde Bolivia a Mar del Plata para llevarse con él a la menor.
En ese marco, los investigadores pudieron constatar que el vínculo entre ambos tenía que ver con la propuesta de un noviazgo y de trasladarse con él a Bolivia. En ese momento, para la fiscalía el imputado “sacó provecho” de la situación de vulnerabilidad económica, social y emocional de la adolescente al hacerle promesas laborales y regalos para lograr su consentimiento.
Según consta en la investigación, además, el joven llegó a Mar del Plata y consultó a la familia de la niña la posibilidad de mantener una relación y la negativa fue “inmediata”. La joven, descontenta, aceptó de todos modos y mediante engaños la propuesta del joven de irse con él. En consecuencia, pudieron tomarse un micro hacia Ciudadela el 9 de febrero, donde esperaba una familiar del joven, para luego emprender el viaje al norte del país el 14 de febrero.
Sin embargo, el viaje a Bolivia no se completó gracias a la denuncia de la familia en la Justicia provincial y la intervención de la Procaduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) y del Comité Ejecutivo para la lucha contra la Trata que permitió que la Policía pueda interceptar el vehículo en el que se trasladaban.
Al quedar detenido acusado de un delito federal, la Justicia Federal tomó el caso y la Fiscalía Federal N°1 de Mar del Plata a cargo de Laura Mazzaferri solicitó, tras tomarle declaración a la menor en Cámara Gessel, la prisión preventiva del imputado. Además, como parte de las pruebas, la Justicia acreditó que el imputado había retenido el DNI de la víctima en su billetera y le habría ordenado que apague el celular tras atender él mismo a una familiar de la menor que la llamó y explicarle que se iban a Bolivia.
Este último punto, para la fiscalía, es un indicador del delito de trata de personas. “Tiene efectos similares al confinamiento físico y a la imposición de restricciones ambulatorias. Puede esto ser incluso más grave cuando se impide el contacto con familiares y amigos ya que se obstruye así la posibilidad de realizar un pedido de auxilio”, indicaron.
La fiscalía, además de sostener que el imputado buscó ganarse su confianza mediante distintos métodos, no descarta que el objetivo de trasladarla al país vecino fuera con fines de explotación sexual y obtener así un provecho económico: la propuesta incluía un puesto laboral de 3.500 dólares de paga mensual en un local de belleza y con alojamiento gratuito.
“El monto de la oferta excesivamente elevado en relación con la tarea a desarrollar, permite fácilmente afirmar que esta no era cierta y que el despliegue de las sucesivas maniobras engañosas llevadas a cabo por el imputado escondía una clara finalidad de explotación, que estimamos sexual, teniendo en cuenta las características de la víctima (mujer, joven, extranjera) y las manifestaciones del propio imputado al intentar convencer a la víctima de que esa no era su finalidad”, expusieron desde el Ministerio Público Fiscal.
ALERTA SOBRE LOS VÍNCULOS VIRTUALES
Frente a este caso, desde el Ministerio Público Fiscal advirtieron por los vínculos que se pueden generar de manera virtual y que pueden esconder intereses delictivos. Así, Mazzaferri reparó en que “la captación se inició en el marco de una red social y juegos, virtuales, modalidades actuales que, producto de pandemia y aislamiento, suceden de manera habitual y donde el anonimato que supone la virtualidad da lugar al logro del establecimiento de un vínculo que muchas veces no es tal y sirve para otros fines”.
En este sentido, reparó en su requisitoria que “debe sumarse la complejidad de control que este tipo de prácticas supone por parte de los adultos responsables encargados del cuidado de los niños, niñas y adolescentes”.
El contexto familiar conflictivo que describieron desde la fiscalía sirvió al imputado para lograr la manipulación: “Las profesionales del organismo de asistencia hicieron hincapié y valoraron el contexto de violencia familiar expulsivo en el que se encontraba la joven, su inicio de etapa adolescente, el rechazo que sentía por parte de su madre y su escasa red de adultos referentes”, apuntó.
