Viernes 19 de abril | Mar del Plata
04/09/2015

La foto que lloró el mundo

Editorial QUÉ, en la radio

 

Uno ve la foto y lleva tiempo asimilarla, pero hay que reaccionar. Un nene de tres años yace muerto a la orilla de una isla que no es su isla, de un país que no es su país, de un continente que no es su continente por intentar huirle a una guerra que no es su guerra.

La muerte de una persona es la muerte de toda la humanidad.

Un nene muerto por inmigrante, por pobre, por exiliado, por extranjero, por ilegal. Un nene muerto porque el norte no acepta al sur, porque dólar, porque euro, porque en ese primer mundo hay más muros que puentes, más armas que abrazos y más miseria que oportunidades. Pero eso no es lo que nos venden. Pero eso no hay que comprarlo más.

La muerte de una persona es la muerte de toda la humanidad.

Un paria de tres años en este mundo que cada día es más mierda, que ya fracasó de todas las formas imaginables. Porque la política, en su sentido más amplio, quedó derrotada y la solidaridad está en retirada, porque el humano es un bicho muy inhumano y lamentar desde el Vaticano o desde un sillón presidencial es fácil. Lamentar lamenta cualquiera, claro, un nene de tres años está muerto.

La muerte de una persona es la muerte de toda la humanidad.

La foto muestra a un nene sirio muerto de tres años que se llamaba Aylan Kurdu. Pero también muestra a los nenes que murieron quemados en un taller clandestino en Capital Federal. Muestra a un chico qom llamado Néstor que murió desnutrido. Muestra a los muertos por los bombardeos y a los mutilados en la Franja de Gaza. Muestra a los chicos que tienen una Ak-47 sin saber lo que es un juguete. Muestra a las nenas nigerianas que venden en Europa como esclavas sexuales. Muestra a los cadáveres de la próxima masacre en una escuela de Estados Unidos. Muestra todo lo que está mal en este mundo, que sin dudas se volvió más mierda.

La muerte de una persona es la muerte de toda la humanidad.

Bandera blanca. Perdimos, admitamos que perdimos, no hace falta que nos refrieguen la foto en la cara para entender que esto ya no funciona más. O tal vez si hace falta todavía y hay que volver a verla. Ahí está, un nene de tres yace muerto en la orilla de una isla que no es su isla, por escaparle a una guerra que no es su guerra.

La muerte de una persona es la muerte de toda la humanidad. 

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04/09/2015